XIV- Blanco o negro.

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SAMUEL

Tres meses atrás:

Lo último que recuerdo es sentir como mi cuerpo se debilitaba poco a poco mientras le susurré “calma” a mi corazón.

Al abrir los ojos sentí lo pesado de mis párpados y la resistencia de estos al ser abiertos. Hay una parte de mi cuerpo que no siento, es como si estuviera incompleto. Mis únicos pensamientos son: Camille y Sella.

»¿He muerto?»

En mi mente está el vago recuerdo de como Axel y Eloys huyeron dejándome ahí tirado.

En el techo blanco puedo apreciar unas numerosas lámparas, a decir verdad, la luz me molesta. Respiro un profundo olor a penicilina. Siento como en mi brazo izquierdo se está introduciendo un líquido. Ahí es cuando me doy cuenta de que estoy en un hospital.

¿Cuánto tiempo he estado sedado? ¿Qué hay de Sella? ¿Dónde está Camille? ¿Por qué no están junto a mi? Un montón de interrogantes rondaron mi cabeza.

-Bienvenido a la vida -siento la dulce voz de una chica aproximarse.

-¿Quién eres? -pregunto en hilo.

-Soy Sybil, y estás en mi sede de investigación.

Mis ojos se abren con desconcierto. ¿De qué habla?

-¿Sede de investigación? -intento acomodarme en la cama.

-Iré directo al grano Bastian Anderson -espeta de manera tajante -Hace unos días...

-¿Días? -siento un dolor en mi cuerpo ante el brusco movimiento que realizo -¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Cuatro días -explica mientras se acerca -Como te decía, hace unos días estabas reunido a las afueras de la ciudad con Eloys y su hijo, Axel Anderson -entrelaza sus dedos mientras mantiene firme su postura -Además, también estaban acompañados por el difunto Ismael Zambada, alias “El mayo”. ¿Quién lo mató? -pregunta clavando sus ojos en mi.

-Eloys Anderson -pronuncio mientras recuerdo el incidente.

-Ya lo sabía -espeta con una sonrisa -Balística no falla.

-¿Entonces para qué la pregunta?

-Quería saber si podíamos confiar en ti. Te pareces mucho a tu padre -pronuncia con emoción.

-¿Conociste a mi padre?

-Así es, estuvo un tiempo trabajando con nosotros.

Si antes no entendía nada, pues ahora entiendo menos. Turbulencias de desconcierto viajaron en mi interior.

-Ahora quiero que tú trabajes conmigo.

-Explícate.

-Tu familia piensa que has muerto.

Sentí que algo dentro de mí se comprimió. Camille debe estar al borde del abismo, y Sella, ella ha sufrido demasiado, temo que haga algo que la perjudique.

-Mi hermana, mi hermana no puede pensar que estoy muerto -reacciono de inmediato.

-Ya he hablado con tu hermana, y está en perfecto estado. Tal vez no estés de acuerdo, pero es mejor que lo sepas cuanto antes -respira profundo y yo la miro con preocupación -Ayer Sella se casó con Moisés Rossi.

-¿Qué? ¿De qué hablas? Ella no haría tal cosa.

-Tu hermana quiere darlo todo por saber quién mató a vuestro padre y quién te mató a ti -concluye.

-La estás usando.

Siento unas punzadas en mi pecho que me incomodan cuando intento respirar.

-Solo le omití una parte.

SELLA (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora