XXI- ¿Dónde está Sella?

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SAMUEL

Aún recuerdo la terrible angustia en la cara de mi hermana al enterarse de la muerte del supuesto Martin. Lo peor es que haya sentido culpa. Sí, se culpó por su presunta muerte.

Debo informarle que ese desgraciado solo estaba jugando con ella. Pero no es fácil, ¿Sabes? No es fácil que tu confianza sea puesta a prueba tantas veces.

Conduzco con Bastian a mi lado, vamos de camino a la casa de Sybil. La amenaza del mexicano nos ha dejado los nervios a flor de piel. Solo Dios sabrá lo que se trae entre manos.

Hace días no veo a Sybil y creo conocer la razón de su alejamiento. No lo negaré, estar frente a su puerta, hace que unas vibraciones extrañas, recorran mi cuerpo.

Mis ojos se quedan parpantes al ver quien abre la puerta.

-¿Quién es? -se acerca, la dulce voz de Sybil.

-Emmm -Bastian me mira un poco asombrado -Son ideas mías o... ¿Llevas su ropa? -pregunta, señalando el pullover que viste ella.

Sybil me mira como cuando eres adolescente, estás haciendo algunas travesuras y de pronto te pillan tus padres.

Ian está sujeto al marco de la puerta, expectante a los acontecimientos y muy calmado. Su pecho está descubierto, ya que su camisa blanca, cubre a Sybil.

-Me alegro que estén los dos, debemos hablar -espeto, para romper el hielo.

Me introduzco en la casa sin esperar invitación. Al pasar por el lado de Sybil, se me hace inevitable no encantarme ante la increíble escencia de su perfume. Camino hasta el salón y si te lo preguntas, sí, ya he estado en la vivienda, por lo que me atrevo a decir que estoy bastante familiarizado con ella.

-Iré a ponerme algo apropiado -pronuncia, Sybil.

-Y será mejor que yo me vista -habla detrás suyo, Ian.

-¿Sabías algo de esto? -pregunta Bastian, sentándose a mi lado.

-Ian me había comentado algo, sí -pronuncio con desánimo.

No me gusta hablar de ese tema. Mi viejo amigo ya me había contado que sentía ciertas cosas por Sybil y que incluso se estaban viendo, pero eso de que se quedara en su casa, no tenía ni idea.

****

-He hecho un poco de café, este es el tuyo, Bastian, café Negro, como te gusta -expresa extendiéndole una taza -Ian, café Expresso y Samuel, un Cappuccino.

No me sorprende que nos conozca tan bien. La noto incómoda y es entendible ya que los tres hombres que estamos sentados en su salón, hemos estado involucrados sentimentalmente con ella.

-¿Y el tuyo? -pregunta Ian.

-Ella no toma café en la noche -exponemos Bastian y yo, al unísono.

Esto provoca que nos miremos, el ambiente se siente súper tenso.

-¿Y a qué han venido?

-Hice lo que me pediste -señalo a Ian -Es decir, profané la tumba del tal Martin -especifico.

-¿Y? -Sybil queda expectante.

-Estaba vacía -interviene Bastian.

-Lo sabía -expresa Ian, con emoción.

-¿Entonces quién demonios es? ¿Por qué fingir su muerte? -cuestiona, Sybil.

-Bastian y yo descubrimos que ese tipo es mexicano, tal vez algún pariente de Ismael Zambada, eso explicaría el motivo de su venganza, teniendo en cuenta que fue Eloys quien le mató.

SELLA (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora