Capítulo 1

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─¡Ey! Eso estuvo genial ─ elogiaba Thomas, mientras dejaba la guitarra de lado. Se lo veía demasiado animado a comparación de lo que acababan de tocar. 

─¿Eso crees? ─ preguntó Lester, intentando igualar su emoción, aunque sus intentos fracasaron y su sonrisa desapareció al recordar lo que había oído por la mañana. ─ De todos modos creo que no deberíamos esforzarnos demasiado. He visto ensayar a Harper y Steve, no importa lo que hagamos, perderemos. 

─Pues sí que tienes buena energía hoy. ─ habló el baterista de la banda, Steve, mientras servía un vaso de agua para cada uno. ─¿Idea de quién fue anotarnos en éste patético concurso? 

─Pues mía... ─ murmura Lester.

─¡Porque crees que somos geniales! ─ respondió Thomas mientras dejaba la guitarra de lado para aceptar el vaso de agua de Steve. 

─Sé que soy genial.

─Gracias por incluirnos ahí, te ves muy considerada. 

─Me encuentro estresada. 

─Entonces vamos de nuevo, desde el principio, después de todo, hasta que no me sangren los dedos y se nos destruya la garganta no tenemos por qué parar, ¿cierto? ─ bromeaba el chico, aunque ella se vio más motivada. 

─Eres un imbécil. ─ rodó los ojos. 

─Si, lo sé. Ahora comienza a cantar, que vas primera. ─ exigió mientras volvía a conectar su guitarra. ─ Y sube esos ánimos, Lester ─ dice, ella rueda los ojos cuando él la llama por su apellido. 

Y así, una tarde más, Tom, Steve y Lester ocuparon su tarde ensayando para ese concurso de talentos, el cual perderían noches más tarde, tal como la chica había mencionado. Los contrincantes, Harper y Stefan tuvieron mejor puntaje de ellos, y se llevaron los premios, dejando a la banda desanimada por completo. 

En cuanto tuvo oportunidad, se bajó del escenario, imaginando la cantidad de personas que estarían hablando en ese momento acerca de su rostro de ilusión al inicio del veredicto. Era patética por creer que su sueño alguna vez podría haberse hecho realidad. Escapó del lugar sin mirar atrás, conocía a la perfección a sus amigos, no lo tomarían personal. Por otro lado, Steve se encontraba rodeando a Harper en un abrazo. Por dentro, esperaba que su amigo pueda animarse a decirle a la chica lo mucho que le gustaba. 

─Ey... estuviste bien. ─ escuchó a sus espaldas, mientras se escondía en la salida del instituto.

─No ganamos de todas formas. ─ respondió a Thomas, sin siquiera voltear a verlo. 

─Lo sé, ¿crees que me importa siquiera? ─ fue el detonante para que la chica volteara a verlo, él intentó ahogar la sonrisita que le provocaba el rostro de tristeza de ella. Odiaba que Amybeth fuera tan exigente con ella misma, sobre todo cuando el resultado no dependía completamente de su persona. Por eso se acercó mientras intentaba no sonreír, porque ella no lo tomaría de la misma manera. 

─¿Cómo? ─ preguntó ella, mientras alzaba una ceja. 

─No me importa el estúpido premio, toda la escuela nos vió... saben que también somos talentosos. ─ volteó los ojos y luego fingió corregirse ─ Que tú eres talentosa. 

─Gracias, eres bueno dando apoyo moral después de todo. ─ dijo mientras el chico le pasaba el brazo por encima de los hombros, sostenía una guitarra con su otra mano, y no había llegado a apartarse el cabello rubio que le caía en el rostro. ─ Además, hubiera sido lindo llevarnos la estatuilla. 

─Ánimo. ─ dijo mientras le alborotaba el cabello ─ No será la última vez que hagamos ésto. 

─¿Perder? ─ bromeó la chica.

Colors | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora