No estaba preparada.
Pero tenía que responder.
Porque él estaba en una rodilla, dispuesto a ofrecerle su vida.
Y aunque ella "podría ser una excelente esposa"
No tenía idea de qué decir en ese momento.
Porque no se sentía preparada.
───
─¿Ams? ¿Estás ocupada por la noche? Tengo... una sorpresa para tí ─ habló Tom mientras ingresaba a la habitación de la chica, ésta se encontraba en su computadora.
─Creí que tenías show esta noche.
─Más tarde que eso, llego como a las nueve, ¿quisieras...?
─Si, claro. ¿Vamos a salir?
─Algo así.
─¿¡Cómo que algo así!? Amor tengo que saber que ponerme.
─Ponte lo que sea, algo bonito. El vestido azul que tienes. Combinará perfecto.
─¿Con qué?
─¿Dije que era una sorpresa, cierto?
─Está bien.
Cada cosa que se ponía le dejaba dudas, no sabía para qué se preparaba, y eso no la ayudaba para nada, porque a pesar de que adoraba las sorpresas, le gustaba saber que iría acorde a la ocasión. Sin embargo, cuando él pasó a buscarla de camisa negra y pantalones a juego, notó que se había vestido perfecto.
─Perfecto ─ soltó en voz alta, sacándole una sonrisa. ─ Es en serio, eres perfecto. Genuinamente perfecto, ¿cómo? ¿tú quieres estar conmigo?
─¿Estás bromeando? ¿Si te viste? Dios, estoy tan enamorado de tí que ignoraré el comentario que acabas de hacer. ─ se dedicó a mirarla por un par de segundos ─ ¡Agh! Mi novia es hermosa ─ exclamó. Ella también sonrió, mientras él le tendía su brazo.
─¿A dónde vamos, caballero?
─En realidad... ─ soltó mientras se acercaban a las escaleras.
Tom había puesto una mesa en medio de la sala. Habían pétalos de rosa y velas aromáticas de limón por todos lados - las favoritas de Amy -. Dos platos con pasta existían sobre la mesa, mientras una melodía sonaba de fondo.
─Veo de qué se trata, o eso creo... ¿una cena?
─No podemos ir a ningún lado sin que alguien nos reconozca, y teniendo en cuenta que hoy tenía show, no podíamos salir del país de imprevisto. Pero realmente quería... cenar contigo hoy. ¿Está bien?
─No te excuses ─ dijo ella colocando una mano sobre su mejilla ─Es perfecto. ─ sonrió y dejó un beso en sus labios. Tom sintió como abandonaba la mochila del peso que le generaba haber hecho algo mal para ella. Realmente necesitaba que esa noche saliera a la perfección. Pero Amy no tardó en notar que había algo extraño en el hombre. ─ ¿Estás bien? Estás menos sarcástico de lo normal.
─Si.. solo... tengo algo que decirte.
─La última vez que dijiste eso te fuiste de la banda, así que, ¿podrías...? hablar.
─Espera, que no es fácil.
─¿Que pasó?
─Te he compuesto una canción.
─¿Y estás nervioso por eso? Creí que lo hacíamos todo el tiempo.
─Si, lo hacemos, pero... Amy, te amo, muchísimo, y realmente creo que...
─Tom-
─Me has hecho una mejor persona, incluso cuando no estaba a tu lado pensaba en cómo reaccionarías a mis acciones, y- creo que jamás he amado tanto a nadie en mi vida, y realmente temo mucho por lo que vayas a decir, porque sé que adoras las sorpresas pero no sé si ésto sea lo que quieres realmente y- está bien, simplemente hablaré. ─ Tom se paró de su silla para acercarse a Amybeth, quien lo tomó de la mano cuando él le indicó que se pare frente a él. De a poco, vio como Thomas se fue haciendo chiquito, para colocarse en una rodilla. ─ ¿Amy-
─¿Estás atandote un zapato o está ocurriendo lo que creo está ocurriendo?
─No, mi amor. Realmente quiero saber... ¿Amybeth, serías mi esposa?
Puedes pasar una eternidad con alguien. Puedes decirle que lo amas, que jamás querrás a nadie de la forma en que le quieres, y que realmente sientes que es el amor de tu vida. Puedes soñar e imaginarte teniendo hijos con esa persona, puedes tener la certeza de que quieres que él y solo él sea lo primero que ves por la mañana. Puedes encontrar tu hogar en sus brazos, y en su existencia la letra de miles de canciones. Definitivamente puedes amar en mil millones de colores, en un mundo que es blanco y negro. Puedes enamorarte todos los días de él; puedes extrañarlo casi agónicamente, puedes volverte a enamorar, pasar una, dos, tres noches llorando, llorando en sus brazos, llorando por él. Puedes encontrarte completamente sola en el mundo, y luego voltear y encontrarte con que nunca lo estuviste: porque siempre lo tuviste a él.
Puedes sentir que tu única certeza es que lo amas, y sin embargo, quedarte en blanco cuando esa persona te pregunta si quieres ser su esposa.
Porque para tí, la palabra esposa no es significado de amor.
Y lo sabes, porque por más años de los que puedes recordar te encontrabas con tu padre regresando borracho de diferentes bares, con diferentes labiales de mujeres por el rostro, que ni siquiera tuvo la decencia de limpiar. Porque por años soportaste quejas de tu madre, que aunque tenías cinco decidía desahogarse contigo; y porque cuando se separaron, aunque era lo correcto, decidiste que jamás volverías a creer en el amor.
Por eso, cuando el amor de tu vida te propone ser su esposa, a tí se te revuelve el estómago. Y la pasta que comías te parece asquerosa, y toda tu vida te parece asquerosa simplemente porque no sabes ni siquiera lo que quieres.
Pero tienes que responder.
Y te esfuerzas por recordar que pase lo que pase, él estará a tu lado.
Te recuerdas las noches en las que no podías dormir por no tenerlo. Te fuerzas a recordar el por qué lo amas como lo amas. Rememoras las noches de amor, las noches de risas, y la persona en la que tu lo has convertido.
Más importante, recuerdas por qué lo amas, por qué lo has elegido. Recuerdas que él no es como ese señor que apenas lograste conocer, y que él Thomas que adoras no se convertirá en otra persona de la noche a la mañana, y que si eso sucediera, tú no tendrías que ser juzgada socialmente como lo fue tu madre en su momento, sino que serías una mujer millonaria y divorciada, como corresponde. Como sientes que el pensamiento de divorcio abrume demasiado tu mente al momento en que alguien te propone formalizar en matrimonio te resulta extraña, simplemente sonríes, para encontrarte con que tu mente a trabajado demasiado rápido, otra vez, y que hace menos de dos segundos Tom hizo la pregunta más importante de toda su vida, seguramente.
Y sales de tu bucle mental. Sonríes, dejas que la lágrima caiga.
Y aceptas formar una familia con el amor de tu vida.
─¡Si! Claro que quiero ser tu esposa.
Luego te largas a llorar. Como una loca; y ambos se emocionan pero tú no puedes parar, y Tom se preocupa. Tienes que soltar toda la historia que él no conocía sobre tu familia, y te protege, te rodea con sus brazos. Y en ese momento confirmas que tomaste una buena decisión al aceptar.
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Colors | Tom Hiddleston
Fanfic"Sabía que si Tom cruzaba esa puerta, sería dejar ir una gran oportunidad como artista. Pero también sabía que si se quedaba, significaría abrir camino a una cantidad de problemas que no sabía si estaba dispuesta a soportar. " Tom y Lester son dos m...