Capítulo 20

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DOS AÑOS DESPUÉS

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─¿Crees que sea una buena hora para hacer esto? Digo... creo que están dormidos, pero ¿y si se despiertan? ─ preguntaba Amy, sus compañeros de banda aún estaban dormidos en sus respectivas habitaciones, pero tenían planeado hacer maratón de películas todo el día, y temblaba con la idea de éstos abriendo la puerta de la habitación de ambos.

─Si se despiertan, esperan con nosotros.

─¡Ay no, Tom! No quiero hacer esto, estoy muy nerviosa.

─¿Nerviosa por qué?

─Porque literalmente es la cosa más importante que me puede llegar a pasar en la vida?

─No digas eso que me pondrás nervioso a mí.

─¡Ya viste!

─Bueno, vamos, hay que hacerlo... solo... dalo vuelta.

─¿Y si-

─Ya te dije que será hermoso no importa lo que pase. 

─Pero y-

─Amybeth, estás jugando conmigo y lo sabes. Vamos, dalo vuelta. ─ Si le hubieran puesto un texto en código morse tal vez hubiera sido más sencillo de leer. Volteó a ver su esposa, notando que ella también lo veía. ─¿Bien? 

─¿¡Bien!? ─ preguntó ella 

─¡No entiendo estas cosas! ¿Qué se supone que esté sucediendo? 

─Thomas te leí las instrucciones apenas empezar, ¿estás jugando conmigo? 

─¡Estoy muy nervioso como para jugar con nada! 

─¡Pues ponte aún más nervioso porque son dos rayas, lo cual significa que para este verano seremos padres! ─ soltó ella. Tom alzó las cejas y abrió tan grande sus ojos que ella creyó que se les saldrían de la órbita. 

─¿Y así me lo dices? ¡Me dará un infarto!

─¿Qué se supone que te diga?

─¡No lo sé, trátame con cariño! 

─¡Thomas! ─ exclamó ella

─¿¡Qué!? 

─Serás papá. 

─¿Esto es real? ¿Cómo sabes que esto es real? Es decir- deberías fijarte el resto, creo que- ¿cómo? Oh por Dios ─ dijo mientras se acercaba y la rodeaba con sus brazos. ─ Así que así se siente.

─¿Qué cosa? No es físicamente posible que sientas patadas o algo así.

─Sush, hablo de la felicidad. Así es como... se siente estar completamente pleno de felicidad. 

─Supongo que sí, mi amor. ─ dijo ella mientras lo besaba. 

Oportunamente la puerta se abrió, dando paso a los otros dos miembros de la banda, junto a William y Sebastian. 

─¡Uy, no queríamos interrumpir nada! ─ habló William

─¡Pues caiganse de culo, idiotas, porque este par de pechitos serán padres este verano! ─ gritó Thomas mientras tomaba de la cintura a Amybeth, que rompió en risas. Y definitivamente todo fue felicidad por un largo tiempo. 

───

─Esto no puede ser... ¡pero! 

─¿He oído a mi hermosa esposa quejarse a la distanci- Wow. 

─¡Lo sé! Ayer no estaba así. ─ dijo observando su abdomen ─ Son apenas quince semanas, ¿qué se supone que pasará cuando lleguen las cuarenta? Tengo miedo. 

─Está bien, se supone que tiene que tener... espacio, tiene una habitación ahora.

─¡Eso es un apartamento de dos cuartos, Thomas! 

─¡Está bien! 

─¡Soy el grinch! 

─No, no lo eres, y estás hermosa.

─Siento que no puedo respirar. 

─Estás preciosa, ¿de dónde salió todo eso, como sea? No estaba ahí la semana pasada.

─¡No lo sé! 

─Era una pequeña montañita la semana pasada.

─¡Lo sé! Tengo miedo. 

─Todo estará bien, solo... ven aquí, no llores. 

─¿Estoy llorando? Estoy bastante emocional, no sé si lo has notado.

─Si, si lo he notado. 

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─¿Estás bien? Tranquila, te traeré un poco de agua. ─ Amybeth acababa de tener fuertes dolores mientras se dirigía a escribir. Era un proceso importante para ella, pero no podía dejar de ser creativa. Thomas había escuchado un grito y había acudido a por ella. Aunque ella insistió en que todo estaba bien, él pudo notar que no lo estaba. Sobre todo por la forma en que se había quedado sentada esperando a por él. ─ Quiero creer que no estás- ¡No! ─ dijo notando cómo ella intentaba sentarse, soltando una exclamación de dolor. ─ Quédate ahí recostada, amor. 

─Mierda ─ susurró

─¿Eso dolió? ─ preguntó él mientras la veía acomodarse en la cama. Ella respondió asintiendo. 

─No sé si se supone que esto sea así, ¿sabes? ─ cerró los ojos y él notó cómo su rostro se contraía en llanto ─ Salió de la nada, y comenzó a doler, no sé cómo puede doler tanto y tan rápido. Sé que está bien.. ─ dijo tocando su abdomen ─ Pero no puedo... no asustarme, ¿sabes? 

─Ey, está bien, tranquila.

─¿Cómo es que tanta gente hace yoga con outfits bonitos mientras yo estoy así? ¿Hay algo malo conmigo? No podría hacer yoga ni aunque me pagaras ahora mismo. 

─Lo haces bien, estabas básicamente en una posición de yoga cuando te encontré. 

─No por elección. 

─Amy, ¿podrías hacerme un favor y no intentar pararte por tu cuenta? 

─Tengo que intentarlo-

─No.

─¡Tengo que! No puedo depender de tí. 

─Hey, no estás sola. No tienes por qué hacerlo tú sola. Eres privilegiada y me tienes, así que no quiero que te pongas en peligro, ¿quieres? Pídeme lo que quieras, lo traeré para tí. Descansa. 

─Pero iba a hacer spaguetti. 

─¡Yo puedo hacerlo! Ey, no me veas así, puedo hacerlo. 

─No estoy realmente segura de ello. 

─Podría cargarte hasta la cocina, y dejar que me des todas las instrucciones, ¿eso funcionaría para tí? 

─Creo que sí...

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NOTA: ¡El siguiente ya es el epílogo! 

Colors | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora