Capítulo 4

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─¡Es horrible! ¡Está por todos lados! ─ exclamaba Amy.

─Amy... no está por todos lados. 

─¿En serio? ¡¡Enciende el televisor!! ─ Sebastian tomó el control remoto y apretó el botón que encendió el televisor, y efectivamente, lo primero que vio eran esas fotos que le habían tomado al idiota de Hiddleston saliendo de su casa. De Thomas. ─ ¡Mierda! ¿¡Que voy a hacer!? Creí que el imbecil abandonaría la casa por la puerta de atrás, no es posible que no haya notado que armaría un lío. 

─Eso... o lo notó. 

─¿Qué? 

─Piénsalo. ¿Eran compañeros, cierto? No nos vendría nada mal una pequeña polémica al respecto. ¿Quién no creería que una mañana un viejo compañero de banda se aproximó pidiendo reconocimiento? 

─No. Seb, nosotros lo llamamos, y lo que menos necesito es otra polémica. 

─¿Ellos saben eso? 

─Thomas tiene registro de llamadas, y aunque su celular se rompiera.. siguen estando. 

─Bien, hasta ahí fueron mis opciones. 

─¿Ensuciarlo era tu única opción? 

─¿El tipo no era un patán? 

─¡Si, pero solía ser mi mejor amigo! 

─Okay... ¿y si lo llamamos? Dijiste que era bueno. Podríamos hacerle caso a la prensa amarillista y contratarlo. 

─¿Contratar a ese infeliz? Quieres decir ¿compartir tiempo real con él? 

─¿Quieres que se sigan publicando artículos diciendo que te acuestas con presuntos guitarristas y que necesitas enseñarles "la puerta de atrás"? Sabes como eso suena. 

─Sé exactamente cómo eso suena, Sebastian, gracias. 

─¿Entonces? 

─Te recuerdo que hace un par de horas te molestaba la existencia de ese tipo. 

─Si, pero ahora lo necesitamos por publicidad. ─ soltó William mientras ingresaba a la habitación a toda marcha. 

─¿En que momento ingresaste? 

─Así vas por la vida, ingresan y salen de tu vida sin que lo notes. Ahora, niña, cortinas cerradas ─ indicó el hombre con firmeza. 

───

─¿Que demonios hago aquí de nuevo? ¿Alguien va a enseñarme la puerta de atrás? ─ ironizó

─Ey, te calmas. ─ lo retó Sebastian mientras continuaba cerrando las cortinas de la casa. 

─¿Que hago aquí L-? ─ escuchó el momento exacto en el que él se frenó de llamarla por su apellido. 

─Te han visto abandonar la casa, infeliz. Ahora debemos fingir que, al menos, todo esto tuvo un por qué. 

─¿No sueles tener visitas, o...? 

─Evidentemente no tienes idea de cómo funcionan las cosas, Thomas ─ explicó William. ─ Amy no deja que las personas vean su vida, a no ser de tener un plan específico al respecto. Y ahora te vieron, por lo cual-

─La gente piensa que estoy aquí por algo en específico, más que simplemente por un error. ¿Por qué es tan complicado? ¿No puedo simplemente salir a decir que seguí a tu chofer a la salida porque me había perdido? 

─Claro que no puedes─ dijo la chica, poniéndole a Sebastian una mano en el hombro, temía sobre sus respuestas hacia el otro que ya de por sí no le caía muy bien. 

Colors | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora