Rompecabezas

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Dante era muy fanático de los rompecabezas, podía dedicarles horas sin aburrirse. Había algo en ellos que le fascinaba, especialmente cuando se trataba de reconstruir obras de arte. En el piso que compartía con Estela, de hecho, tenían unos cuantos enmarcados y colgados por las paredes, solo para que él pudiese verlos con orgullo y decir de vez en cuando el tiempo que le llevó terminar este o aquel. Esa noche en la que ni uno ni la otra podían dormir, habían acabado con él sentado en el escritorio mientras montaba uno y ella subida en las piernas de su novio mientras observaba como revolvía las piezas y trataba de unirlas a ratos. Era muy metódico: siempre empezaba buscando marcos y esquinas, después hacía otras subcategorías tanto en centro como en los bordes a partir de colores y era entonces cuando se decidía a montar desde fuera hacia dentro.

Estela no estaba hablando casi, perdida en la mezcla del silencio nocturno y los pequeños ruidos fútiles tan satisfactorios que hacía el desastre ordenado de partes que había formado el moreno. Como mucho, él le iba murmurando a ratos partes de la biografía del autor de la obra, especialmente ese tipo de datos curiosos que no se suelen mencionar en ámbitos serios. En momentos como ese, entendía perfectamente por qué se había enamorado de él. Esa calidez que sentía mientras le abrazaba y trataba de que la manta que se habían echado por encima no se les cayese, esa voz tan gentil, esas palabras tan elocuentes y llenas de entusiasmo por compartir su saber, esa cabeza que se que apoyaba sobre ella a ratos en busca de caricias, esa complicidad y tren de pensamiento tan parecido como para que ambos se hubiesen podido decir que no podían dormir y que hubiesen visto completamente lógico levantarse de la cama solo para eso...

Le gustaba ser la novia de Dante, le encantaba. Le daba algo muy importante para ella: paz. No le gustaban las personas demasiado alocadas, las que te acaban dando problemas y que no saben gestionar su pasión al punto de convertir todo en un vórtice de toxicidad e inseguridad por el mañana. Dante era más como ella, más sereno y hogareño, muy apegado a la rutina. Encontrando ambos el confort en la repetición y las muestras de amor más fuertes en detalles como ese momento, era lógico que hubiesen acabado siendo pareja.

– Mira que hay que ser puñetero para hacer este tipo de piezas... ¿Qué se supone que es esto? – le mostró a la chica una diminuta que, efectivamente, tenía una forma muy rocambolesca.

– Supongo que hacen ese tipo de cosas para llegar a las 1000 piezas, no sé. Es de cabrón igual, pero tú también lo eres un poco por comprarlo... – no se pudo tomar en serio a sí misma en la última oración y se le escapó una sonrisita.

– Es que me gustan los retos, yo solo soy la víctima que ha llegado aquí engañada.

Estela soltó una risa por debajo de la nariz ante el tono dramático del mayor, que acabó también sonriendo al ver que había conseguido divertirla con algo tan nimio. Le gustaba hacerla sonreír honestamente, sin importarle si era una de esas sonrisas hacia arriba o hacia abajo que hacía ella de vez en cuando. Cualquiera de las dos se le hacía la cosa más bonita del mundo y le llenaba el pecho de cierto orgullo al ser capaz de alegrar a la mujer que amaba.

Todavía se encontraba a sí mismo sorprendiéndose en ocasiones de haber coincidido con ella y, sobre todo, de que los sentimientos fuesen mutuos. Ya habían pasado años desde entonces, pero todavía recordaba estar en la casa del pueblo de la familia de la morena y sentir cierto interés desde el momento en el que se enteró de su trabajo, cuando ella le permitió acercarse más fue cuando cayó en la trampa y se sintió bastante miserable durante un buen tiempo por dar por hecho el futuro rechazo de ella. Fue una sorpresa encontrarse con esos ojos llenos de emociones cuando la cosa se empezó a desviar al lado romántico y ese impacto inicial le volvía de vez en cuando, justo lo había sentido al girarse a mirarla a los ojos por encontrarse con todo ese afecto que sentía que nunca llegaría a dimensionar del todo en cuanto a intensidad se trataba. No supieron por qué, pero ambos ensancharon la sonrisa a la vez.

– Cuéntame más cosas de este señor... – Estela escondió la cara en el cuello del mayor, aspirando con un poco más de fuerza en el proceso.

– Me alegro de que me pidas eso porque hay muchas cosas de las que hablar, básicamente porque toda su vida está llena de incógnitas que los biógrafos han intentado rellenar como han podido en base a rumores o declaraciones de sus seres queridos. Se dice incluso que el nombre "Fin Ray" es un pseudónimo que inventó, pero jamás se ha llegado a descubrir cuál sería entonces su verdadero nombre. Honestamente, me suena creíble que realmente no se llamase Fin Ray porque también se rumorea que tenía un tatuaje de un 3 en una mejilla y, si te fijas, tanto nombre como apellido tienen solo 3 letras... Bueno, lo único que tenemos claro de él es que tenía una familia muy numerosa según sus propias declaraciones y que sentía una fuerte devoción por su madre...

No tuvo claro cuándo, pero Estela dejó de escuchar llegados a cierto punto al estarse quedando dormida. No era que le pareciese aburrido lo que le contaban, todo lo contrario, se trataba de que la mezcla de susurros, sonidos del rompecabezas y sentirse tan segura al lado de Dante conseguían hacerle bajar la guardia lo suficiente como para dejarla rendida en el momento menos esperado.

El moreno estuvo un rato más hablándole al aire sobre los significados ocultos de muchos cuadros de ese enigmático artista, pero cuando se dio cuenta de que su novia hacía ese ruido específico con la garganta que soltaba cuando se había quedado dormida con la boca abierta y se ahogaba por cualquier cosa, decidió que era el momento de dejar todo aquello para la mañana e irse a dormir. Eso sí, no sin antes cerrarle la boca a Estela, en caso contrario se acababa quejando al despertarse de que le dolía la garganta de lo seca que la tenía.  

***

*se ríe en sabe quién es Fin Ray, pero se niega a poner en un punto exacto de la cronología a Dante y Estela*

Este one-shot, como siempre que se trata de este par, fue un impulso en busca de expresar algo bonito, algo suave y que me reconfortase un poco, en el momento en el que lo escribí tenía ciertos sentimientos que necesitaba sacar y salieron de esta forma :p

Siento que Dante y Estela son la pareja ideal para que yo suelte mi relación aspiracional porque ambos entienden y sienten el amor de una forma muy similar a la mía, por lo menos son los más parecidos a mí en ese sentido de todo mi cast de personajes que tengan alguna relación romántica (y mira que no son pocos lmao), son mi casita ToT

Me gusta escribir sobre ellos, por mucho que no suela tener tiempo para hacerlo, cuando saco un momentito y consigo estar con ellos un ratito siento que recupero fuerzas XD

En fin, dejo ya de ser fangirl y me despido, no sé cuándo vuelva a pasarme por Wattpad así que no prometo nada a nadie, ojalá que sea pronto y un beso de estos largos y que suenan fuerte por si acaso - v - 


One-shots (2023-????)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora