Pov Derek
Sitles alzó su vista y sus ojos se encontraron con los míos. Sus palabras dolieron y no supe cómo reaccionar.
- Ahora Derek es tu decisión... Si te vas o te quedas no sé si será lo mejor.
- Stiles, mi voz sonaba ahogada y mis deseos por fundirme en su cuerpo de manera cálida y tranquilizante aumentaban, pero sé que aquello lastimaría aún más a mí pequeño Stiles.
Algunos minutos fueron suficientes para que Stiles se pudiera tranquilizar, y después de haber derramado demasiadas lágrimas poco a poco su cuerpo cedía al país de Morfeo debido al sueño y el cansancio que debía tener.
Todo lo que olía en Stiles era mágico, pero ahora el aroma que más emanaba de su cuerpo era decepción y frustración.
Mi Stiles... luché y me negué a sentir todo aquello por él, pero a la final fue inútil porque Stiles siempre me pertenecerá como yo a él. Salí de mi trance y me dispuse a cargar su cuerpo para subirlo a la habitación que compartíamos con los pequeños.
Aquella noche contemplé cada rastro de la sutileza en la piel en Stiles, cada espacio lleno de lunares y sobre todo aquellos rasgos finos y aniñados que enamoraban a cualquiera.
A la mañana siguiente desperté con un olor diferente a los de todos los días, como me era de costumbre. Al bajar Stiles se encontraba en la cocina preparando no sé qué cosa, pero el punto favorable es que su olor era embriagador.
- Hola, murmuré en su oído mientras con mis brazos rodeaba su cintura.
- ¡Diablos Derek!, sé muy bien que eres un lobo, pero te repito que yo no lo soy y no me curo por gracia divina y un día de estoy voy a morir por tu maldita costumbre de hacer eso que siempre haces... Buenos días Derek.
Sin duda alguna Stiles era asombroso, de un momento a otro su forma de ser cambiaba. Todo su yo era tan interesante y no sé porque lo he lastimado cuando toda mi felicidad esta junto a él y todo lo que he pedido ya lo tengo.
- Lo siento, volvía murmura mordiendo su oreja izquierda, y por el estremecimiento que Stiles tuvo junto con su gemido ahogado confirmé que aún mis carias hacían que se estremeciera.
- ¡Derek!, respondió a manera de juego con su voz rasposa y aniñada.
Decidí terminar el juego y dejar a Stiles ahí parado con su rostro de asombro y enojo.
- Tenemos toda una vida juntos Stiles, fue lo último que dije antes de salir de la cocina y dirigirme hacia mis pequeños.
La mañana fue emocionante diría yo, así que decidí ayudar a Stiles en casa arreglando la misma y decorando algo estropeado. No sé cuánto tiempo pasó, pero los pequeños yacían dormidos en el centro de la sala.
Pov Stiles
Había encontrado algo que jamás pensé que Derek podría poseer. Abrí aquel libro adornado con hojas secas entre sus páginas. La incertidumbre me mataba por el hecho de decir Derek Hale en el borde superior de aquel texto.
Empecé leyendo el inicio como se es de costumbre y no me equivoqué al pensar que este sería su diario. El diario de Derek Hale.
No soy de esos chicos que escriben para sentirse bien, porque el hecho de pensar que debo escribir algo me aburre, pero quería conversar con alguien y Laura me ha dicho que la mejor forma de hablar es con uno mismo, así que espero y sea una buena idea.