Conoces bien esos pensamientos, esas ideas. Todas las acciones llevan a un mismo lugar, nos llevan a los sentimientos, esas armas de doble filo que causan tanta controversia.
Imagina una casa. Aquí encuentras cuartos, baños y otras cosas. La mayoría se siente cómodo en su cuarto. Con esta premisa, creemos un cuarto de emociones. ¿No sería catastrófico? Un lugar que albergue todos los sentimientos.
Aunque para muchos sería nefasto, yo lo veo como un ciclo donde lo malo y lo bueno se juntan para formar un solo lugar: un cuarto. Imagina las paredes llenas de sensaciones. Pero siempre existen cosas de las que preferimos apartarnos, como una ventana que te hace vulnerable. Esto representa la frustración, el odio, la envidia y todas esas emociones que muestran una cara distinta.
La ventana es un espacio que muestra nuestra vida, pero también podemos ver la realidad en ella. Es un espacio de liberación y revelación, un espacio que observa y es observado. Pero siempre puedes cerrarlo y ocultarlo.
Imagina que te encuentras en tu cuarto, el cual está lleno de felicidad, orgullo y alegría. Pero cuando te percatas de que afuera hay una gran tormenta desbordada de tristeza, soledad e ira, decides cerrar la ventana, bajar las persianas y ocultarte. Ese acto de cerrar es la frustración, una sensación que trata de controlar el aura de felicidad. Pero siempre escucharás la tormenta, nunca cesará esa sensación, ese ruido desagradable que solo cesa hasta que decides abrirla y aceptar la realidad.
Pero al final del ciclo, siempre encontramos esto, ¿no lo crees? No hay ciclo que no lo complete, pero tú lo sabes mejor que nadie, ¿no es verdad? No eras tú aquel nombrado como el padre de la frustración, tu pasado te alcanza, amigo, pero primero llegué yo. Aun así, sigues siendo alguien único. Espero que estés bien y que no sufras mucho, hermano mío.
Con cariño,Andromeda.
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Cartas de Andrómeda
PoetryCartas de un cadáver, que solo busca que todos sus pecados sean perdonados y que todo su dolor termine.