Cartas de Andrómeda

Luz

Qué facilidad, qué admiración. Todo es una sola imagen, como un pequeño momento donde todo se transmuta y se convierte en algo cristalino. ¿Lo imaginas? Todo un mundo de posibilidades en la palma de tu mano.

Qué emoción cuando observas la verdad y te das cuenta de la bella realidad, como un portal de verdad e incertidumbre. Qué hermoso es percibir solo una corta y delgada línea de oscuridad, solo una delgada línea de dolor y tristeza.

Conoces a este pequeño e "inútil" ente que logra desvanecer esa línea, o al menos logra ocultarla. Algo que, en cierto sentido, da vida a la habitación de la humanidad.

Solo trata de imaginar un mundo sin su luminiscencia. Aquel lugar sería un reino de miedo e incertidumbre, una realidad donde no existen certezas. Al final, ¿qué clase de tormentos viviría un mundo sin brillo?

Sería inútil intentar iluminar un agujero negro, ¿no? Igualmente, la idea de iluminar a alguien que cabalga con el ángel de las tinieblas. Pero, ¿qué hacer si tú eres aquel que está con ese ángel?

¿Quién puede observar si es mejor ver primero, observar tu caída desde aquel punto brillante? Al final de todo, ¿qué será de mí si, al caer en la oscuridad, no logro observar con claridad mi final? Saber que todo es brillante aunque el mundo sea un caos, es una sensación de paz y certeza.

Sin más que decir, creo que es más que obvio que hablo de la luz, no aquella que ves en un radiante amanecer, sino esa luz que logra iluminar un alma. Qué difícil es comprenderlo, como una ventana, una gran fuente de verdad y realidad, como aquel intrépido que nada contra corriente.

Creo que en un mundo tan lujurioso de luz y claridad, nada realmente es claro, y al final, la verdad más sincera es aquella que nunca salió a la luz.

Sabes, al crear esta carta, pensé en nuestra historia juntos, una luminosa y al mismo tiempo algo tan oscuro e indescriptible. Espero que no olvides nuestra historia.

Con cariño, Andromeda.