Capítulo 6

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-Copia estos sellos -Naruto levantó un puchero, no le salían. Itachi se paró frente a él, tomó sus manos suavemente, con delicadeza comenzó a realizar los sellos con cuidado, el Uzumaki mordió sus labios avergonzado, pero contento de aprender nuevos jutsus -tienes que absorber una gran cantidad de aire en tus pulmones, tanto tus pulmones como el viento debes envolverlos en chakra -Naruto asintió con emoción, hizo lentamente los sellos, absorbió una gran cantidad de aire, lo liberó, pequeñas esferas de aire salieron de sus labios, golpearon un árbol. Itachi sonrió, Naruto vió con duda el ataque -debes practicar hasta que tus esferas derriben el árbol en un solo ataque -el rubio asintió, comenzó a practicar sus sellos bajo la atenta mirada del mayor, cada vez con más eficiencia, cada intento mejoraba su velocidad  Itachi sonrió al ver que con la práctica mejoraba a pasos agigantados.

El rubio practicó una media hora los sellos hasta que sintió que ya fueron fluidos -recuerda imaginar que tu chakra envuelve el aire en tus pulmones -la mano del Uchiha tocó suavemente el pecho del rubio, subió por su cuello hasta su boca -el chakra debe seguir esa trayectoria de entrada y de salida, hazlo lentamente y lo sueltas de golpe -el rubio se sonrojó un poco, se había sentido como una caricia su toque, mordió su mejilla con duda, asintió, aspiró una gran cantidad de aire rodeándolo con chakra, hizo los sellos de manos con más velocidad, expulsó el aire en pequeñas esferas que parecían balas, la gran cantidad de esferas perforaron el árbol con fuerza, Itachi sonrió -otra vez, practica los sellos, debes mandar un poco más de chakra en el viento, no te límites, estás tratando de controlar tu chakra, eso está bien, pero al expulsarlo usa un poco más, tienes demasiado para crear un jutsu poderoso -Naruto asintió con emoción, no decepcionaría al Uchiha que estaba haciendo demasiado por él.

Toda la tarde estuvieron practicando, los labios del rubio estaban hinchados y un poco lastimados. Itachi sacó una pomada de su estuche de herramientas, con su dedo tomó un poco de esta, levantó su dedo, suavemente lo pasó por los labios del pequeño, mordió su mejilla al sentir que eran suaves y gorditos. Naruto se puso nuevamente rojo, avergonzado, el Uchiha a veces lo ponía vergonzoso, le agradaba sentir que lo cuidaba, nunca había tenido la dicha de sentir que alguien se preocupara de esa manera por él, mientras le ponía la pomada el mayor en sus labios, lo observaba con atención, era bastante guapo. Itachi ya había terminado de poner la pomada, pero en verdad le habían encantado sus labios, así que se aprovechó un poco -¿te sientes… mejor? -el Uzumaki asintió ligero separándose disimuladamente, sonrió suavemente -te agradezco ttebayo -el Uchiha respiró hondo sacudiendo sus pensamientos, sonrió ligero -ya es tarde, te acompaño al departamento y regreso a casa -Naruto sonrió ligeramente -no es necesario, ve a descansar -Itachi mordió su mejilla, debía ser más discreto con sus sentimientos, se había dado cuenta como se había separado discretamente del toque en sus labios el rubio, asintió ligeramente algo decepcionado, caminaron juntos hasta terminar el bosque, al final, cada quien tomó un camino distinto.

El Uchiha lo observó alejarse, ya no podía observarlo un poco, sabía que podía sentirlo con su habilidad sensorial, suspiró con tristeza, le encantaba verlo, usar los cuervos para eso no era opción, caminó hacia su casa con cansancio, estaba a medio barrio Uchiha cuando unos brazos lo envolvieron por la espalda, cerró sus ojos con fastidio y molestia -¿qué sucede Izumi? -la chica sonrió poquito -sólo quería sorprenderte un poco, te veías distraído ¿qué te parece si vamos a la aldea?, hay una feria -el mayor apretó el ceño con molestia -no estoy de humor Izumi -la chica apretó el ceño -¿qué sucede Itachi-kun?, ¿te sientes bien?, nunca habías rechazado una salida, tiene semanas que no podemos salir y convivir -el Uchiha mordió su mejilla -sólo he tenido semanas algo ocupadas, estoy cansado, ¿podemos dejarlo para otra ocasión? -la chica asintió con duda -bueno, pero por lo menos puedes decirme, ¿por qué aplazaste la boda más tiempo? -

Itachi en verdad quería voltear sus ojos con fastidio, envidiaba la libertad de los Nara para hacerlo -aún tengo proyectos que quiero cumplir, no me siento listo, lo lamento, sólo es un poco más de tiempo -Izumi lo vió con molestia -¿estás diciendo que tus proyectos son prioridad?, llevamos años juntos, ¿más tiempo para qué?, ¿por qué no estás listo? -la chica giró su mirada observando que la gente rumoreaba. Itachi apretó el ceño -deberías bajar la voz, así son las cosas, no estoy listo, tendrás que esperar más si quieres que ese matrimonio se realice -la chica escuchó su susurro con claridad, abrió sus ojos con miedo, por primera vez en su relación veía molesto al Uchiha y evidentemente dudar sobre su compromiso, asintió observando como se alejaba lejos de ella, tenía una sensación extraña, como si lo estuviera perdiendo.

Itachi entró en su casa directamente a la ducha de su habitación, se sentía asfixiado en ese lugar, sólo quería salir de ahí y tomar en sus brazos a ese pequeño rubio, hacerlo suyo y estar a su lado, recargó su rostro en el azulejo del baño cerrando sus ojos con frustración, podía sentir el agua caer por su cuerpo y relajarlo, era obvio que le encantaba, le gustaba demasiado, lo deseaba, pero el chico ni siquiera lo veía de esa forma, ni siquiera confiaba en él, apretó sus puños con frustración -¿qué demonios me pasa?, ¿qué me has hecho? -ojalá tuviera a alguien que pudiera aconsejarlo, un padre amoroso, una madre comprensiva, un hermano confidente, un amigo, no tenía nada de eso, hizo lo que en años no había hecho, comenzó a llorar de frustración, ¿por qué tenía que ser el heredero de ese clan?, ¿por qué tenía que tener esos padres? ¿por qué vio morir a su único amigo?, ¿por;qué tenía que estar comprometido con alguien que no amaba ni un poco?, ni siquiera le gustaba o despertaba deseos en él, a su mente vino la imagen del pequeño Uzumaki desnudo viendo la luna, abrió ligeramente sus onix, su mano se dirigió a su miembro, comenzó a tocarse suavemente pensando en él, nuevamente en él, en esos labios que hubiera tomado con deseo sino se hubiera alejado de su mano el rubio, imaginó que lo besaba con desesperación, que abría sus hermosas piernas y entraba en él suavemente, imaginó que lo embestía con deseo y locura, imaginó que lo hacía gemir su nombre con fuerza, disfrutar como lo hacía suyo, sin más, se liberó en su mano suprimiendo el gemido en sus labios, respiraba agitado, observó su mano, su liberación, negó con fastidio, sacudió sus pensamientos, se dió una ducha. No salió a cenar, simplemente entró en su cama y durmió tratando de evitar el rumbo de sus pensamientos.

Cautivado (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora