Capítulo 10

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Blueville - 2024

Thadeus Alcántara había sido el... amante (?) principal de Sydney en sus primeros meses de vuelta a la vida civil. Nunca había existido nada romántico entre los dos, apenas sexo, pero el veterano mentiría si dijera que no lo consideraba un buen amigo.

Thadeus también era el hombre que le había enseñado la película León: The professional y accidentalmente inspirado a convertirse en sicario.

Sin embargo, pese a su previa cercanía, existían ciertas cosas que Sydney nunca descubrió sobre él mientras estuvieron juntos. Por ejemplo, no sabía que él era un ex marinero. Ni que se había graduado en psicología. O que trabajaba en el DPI. O que era el terapeuta de Chris. Todo esto era información nueva.

Al conversar con Joshua al respecto del hombre, el director le envió por chat las redes sociales de Thadeus, más un pequeño briefing sobre el mismo. Esto lo ayudó a comprender mejor la historia de vida de su viejo camarada.

Aparentemente, él había estudiado en la escuela naval de Vernon al salir de la secundaria, y se había graduado como grumete de infantería ahí. Luego, servido por cuatro años en el Destroyer Atlantic —un buque de guerra armado con torpedos— antes de encerrar su carrera y volver a tierra firme, a cumplir su sueño de estudiar psicología. Se graduó con honores y decidió mantenerse lejos del mar para siempre. Siempre que le preguntaban por qué, decía una respuesta diferente. Así que nadie realmente lo sabía.

Entre 2018 y 2019 había trabajado como psicólogo clínico, hasta ser contratado por el DPI en 2020. Desde entonces, trataba a todos los agentes de la organización —incluyendo a los independientes, como Christopher— junto a otros 4 profesionales más.

Joshua hasta le envió una foto de Thadeus durante sus días en la marina, para probarle que no mentía sobre todo esto:

Joshua hasta le envió una foto de Thadeus durante sus días en la marina, para probarle que no mentía sobre todo esto:

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El sicario sonrió al ver la imagen. El hombre se veía como un nerd en su juventud. Era adorable.

Al crecer, él había perdido esa cara de ingenuo. La última vez que Sydney lo vio en persona Thadeus llevaba una barba gruesa, había ganado músculo, y había también intercambiado sus anteojos por lentes de contacto. Ya no tenía tantas espinillas como en la foto, pero las marcas del acné aún marcaban su rostro.

Y cuando lo reencontró, luego de que Joshua lo llevara a su colsultorio en el centro de la ciudad, al lado de una de las sedes del DPI, prácticamente nada había cambiado desde entonces.

Thadeus seguía igual.

—¿Me estás jodiendo? ¡¿SYDNEY?! —el psicólogo se levantó de su silla y perdió su sonrisa relajada— ¡¿SIGUES VIVO?!

—Nunca murió. Apenas fue contratado por nosotros —Joshua explicó, con serenidad—. Es un agente ahora.

Sydney pudo ver la hesitación en los ojos de su amigo antes de que lanzara su cuadernillo a un lado, corriera hacia él y lo abrazara con fuerza. Pero no se molestó por ella. Porque en ese segundo de duda, el hombre había unido los puntos al fin. Todos los asesinatos cometidos por el veterano eran justificados. Él no hubiera sido contratado por el DPI si lo contrario fuera cierto. Solo había matado a crimínales, nadie más.

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