Capítulo 3

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Nadie sabía que él estaba vivo, excepto Joshua y unos pocos empleados del DPI.

Para fingir su muerte de manera convincente, la organización había removido un cuerpo no identificado de la morgue local y lo había usado como su doble. Tal como lo ocurrido en el asesinato del sacerdote Grahm, los oficiales habían desfigurado al cadáver con algunos hachazos, antes de entregarlo a la familia Duncan.

El hombre que lo mató era un seguidor fiel del señor Grahm —un agente del DPI, vestido como un policía común, le dijo al hermano menor de Sydney—. Quiso que él muriera de la misma manera que su ídolo.

Esta explicación ficticia fue copiada y pegada en todos los diarios y revistas del país. La muerte del sicario de Kautley había sido un acto de venganza, por parte de un cordero que había perdido a su pastor. No un accidente.

Obviamente, este sujeto no existía; los agentes del DPI usaron una imagen generada por una inteligencia artificial como foto de identificación y un nombre falso se le fue atribuido al ignoto cibernético: Ernest Lie.

En la otra mano, el vivo y respirando asesino a sueldo recibió también una nueva identidad, junto a un pasaporte, varias tarjetas de crédito, débito, un pase de transporte público, permiso de conducir y un centenar de documentos de menor importancia. Todo bajo el nombre de Aeacus Arioch.

En la mitología griega, "Aecus" fue el Rey de Egina, muy famoso por su sentido de piedad y de justicia, con que gobernó a su pueblo. Al morir, fue fue designado juez de las sombras en el Hades, junto a cretenses Minos y Radamantis.

"Arioch" en algunos grimorios es uno de los ángeles caídos que siguieron a Satanás al infierno. Se convirtió en un demonio de la venganza, pero a diferencia de otros, solo es vengativo cuando contratado para serlo.

—De verdad te pusiste creativo con mis nombres, ¿eh? —el sicario le dijo a Joshua, mientras terminaba de ojear sus documentos nuevos—. ¿Cómo carajos pasé de Sydney Duncan a Aecus Arioch?... Y lo peor, ¡mírame! ¡Soy más blanco que leche agria! ¡¿Cómo se supone que alguien me creerá cuando le diga que mi nombre es Aecus Arioch?! ¡Tengo cara de John! ¡De Kevin!... ¿No podías haber elegido uno de esos nombres?

—Aecus vine del griego antiguo Αἰακός. Y Arioch viene del hebreo Aryōḵ. Son nombres diversos, bonitos...

—Me llamaste de Diablo Demonio. Eso es lo que hiciste.

—Técnicamente Aecus no es el diablo...

—Es de la mitología griega. Todo lo de la mitología griega es del diablo... ¡Claramente estás sin ir a misa mucho tiempo, Joshua Davis!

El agente se rio y sacudió la cabeza. Luego, abrió su maletín de cuero y sacó una bolsa ziplock con más documentos.

—Estaba bromeando... aquí está tu nueva identidad real —le entregó entonces la bolsa a Sydney, quien alzó una ceja curiosa antes de abrirla y revisar su contenido.

Abrió el nuevo pasaporte y leyó:

—Simon Duran.

—Pensé que hacerlo sonar parecido a tu antiguo nombre te ayudaría a recordar el nuevo mejor.

El sicario concordó, ojeó la hoja con cuidado y luego levantó la cabeza:

—Lo siento, pero ahora quiero quedarme con Aecus. Suena a personaje de un videojuego que nunca jugué en mi vida. Es más interesante que Simon, hombre blanco promedio que usa calcetines con sandalias, camisas de botón con shorts jeans y hace barbacoa toda tarde de domingo —metió el pasaporte dentro de la bolsa y se la devolvió—. No gracias, me quedo con el Diablo Demonio.

Santo SicarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora