Prólogo

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Wei Wu Xian

'Wei Ying' la fuerte y profunda voz de Lan Zhan llegó a sus oídos, una sonrisa se extendió en su rostro; la felicidad inundó su corazón y se dió la vuelta, esperando a ver al dueño de la voz.

Sin embargo, curiosamente no pudo ver nada, de la nada todo se torno oscuro perdiendo el sentido; una fugaz idea de que quizás sea el cansancio lo convenció. El cuerpo de Mo Xuan Yu era frágil y muy delicado, sin mencionar su escaso poder espiritual.

En ese lugar lleno de oscuridad sintió que su estómago dolía, como si un remolino hubiera aparecido en sus entrañas.

'Wei Ying, regresa' otra vez, la voz de Lan Zhan lo hizo abrir los ojos. ¿Estaba acaso soñando?

Parpadeando vio a Lan Zhan sostener su mano mientras su brazo sangraba, está sorprendido fue poco ¿No? Iba a decir unas palabras cuando sin tener control de su cuerpo volvió a decir las palabras que había dicho hace 16 años.

— Lan Zhan, suéltame.

El miedo en los ojos de Lan Zhan lo hizo sentirse triste, dicho sentimiento lo hizo sentir mareado y agotado. ¿Cómo volvió? No lo sabe.

Varios minutos de silencio se mantuvieron mientras ambos compartían miradas, de esas que consiguen desnudar el alma, abrazar con amor el corazón y calmar tus miedos.

— ¡Wei Wu Xian, vete al infierno!

Nuevamente, la espada de jiang Chen fue en su dirección chocando con la roca nuevamente.

— ¡Wei Ying! — un grito lleno de temor, terror y pánico salió de su boca.

Lan Zhan, por segunda vez.

Lo veía caer en el precipicio dónde no supo nada de él por 16 años.

Lan Wang Ji

¿Podía nuevamente verlo descender en aquel lugar tenebroso lleno de oscuridad, muerte y quién sabe que otras cosas más?

'No, no de nuevo. No, no, no.' su mente era un caos, su corazón comenzo a palpitar lentamente y su respiración estaba a punto de detenerse.

Recordó vagamente la conversación que tuvieron en el camino Qiongqi, cuando salvó a lo sobrevivientes del clan Wen.

'Si muero en tus manos, valdría la pena'

¿Por qué no puede salvarlo está vez? Wei Ying estaba en sus narices cayendo por segunda vez en aquel lugar de mala muerte, ¿No lo iba impedir?

Su corazón y su mente tenían un pelea interna muy reñida, pero aquí; la razón había dado su brazo a torcer y por impulso se lanzó al acantilado con una mano extendida para tomar la de Wei Ying.

¿Qué más daba si morían? ¿Qué más daba si lo acusaban de traición? ¿Qué importaban todas las reglas si nadie estaba dispuesto a seguirlas? Su mano sostuvo la de Wei Ying atrayendo el cuerpo del otro hacia él, le dió un abrazo fuerte.

— No podía dejarte ir de nuevo, no mientras yo esté aquí.

Susurró en el oído de Wei Ying al ver el desconcierto en sus ojos.

Una luz brillante se abrió paso en el fondo del acantilado, una sombra de oscuridad se pegó a la mano de Wei Ying.

¿Finalmente iban a morir?

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