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"mierda, mierda, mierda, mierda, mierda"

era lo único en lo que podía pensar el alemán en ese momento. Sabía que Sergio le haría algo.

al entrar a la casa de su pareja, se asustó más apenas cerró la puerta.

- mi amor, ¿así que sigues siendo amigo de ese? -hablo, todavía no volteó a verlo-

- n-no, no se porque dijo eso, no se nada yo.

- ¿ah no? -pregunto, se dio vuelta y camino hacía él, mostrándose intimidante- ¿y por qué ese estúpido chico vino y empezó a hacerse el malo conmigo?

- no, no lo se, te juro por Dios que no se nada, yo no le hablo más desde que me dijiste, de verdad, créeme, por favor..

- así que te hago mal, ¿eh?, ¿sabes que hace mal realmente, mi amor? Los mentirosos.. ¿tu me estas mintiendo?

- no, yo no te miento.. -empezo a dar unos pasos hacía atrás, tenía miedo-

- ¿por que te alejas?

por instinto propio se alejaba, quería alejarse por miedo a que le hiciera algo, quería estar seguro.
¿pero quien le defendería?

- ni eres capaz de contestarme, escúchame una cosa, pequeña puta, seré sincero contigo, tu eres mío, de nadie más, tome tu virginidad, eres mi novio, mio, ¿oíste? -dijo acercándose y tomándolo del brazo con algo de fuerza, haciendo que el menor se queje un poco- y si vuelves a hablar, te haré algo peor de lo que voy a hacer.

- no, espera..

el español lo jaloneo, llevándolo hacía la habitación que compartían. Mesut ya sabía que le esperaba, tristemente.

- ¡no, espera, no quiero ir, Sergio!

- deja de lloriquear, si lo disfrutas al final.

- no, no.. Por favor, sueltame -pidió intentando safarse-

- ¡te dije que no mariconees, aquí mando yo, tu simplemente obedeces, no me hagas enojar! -luego de haberle gritado, apretó más su brazo-

el pequeño alemán asintió temblando y lagrimeando.

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- para la próxima, ya sabes que te corresponde, Mesu -le dijo Sergio mientras se ponía el cinturón-

había dejado al pelinegro tirado en la cama solamente con una prenda, su bóxer, mientras aún lloraba.

el mayor volteó a verlo.

cuando lo conoció, era un niño algo alegre, no tenía tantas ojeras, su mirada era de alguien que no estaba tan mal. Sumiso, alegre, tímido. Simplemente un niñato amigable.

¿y ahora?

ahora estaba destruido, sus ojeras eran enormes, su mirada vacía. Asustadizo, aún más sumiso, triste, callado, obediente, más cuando le amenazas. Un niñato depresivo.

- ... -simplemente pensó en eso de la nada, sonrío y se acerco a él- muy bien, mi niño -le acaricio el cabello y le dio un beso en el cuello-

le encanta este gran cambio. Que loco de mierda que era, ¿quién en su sano juicio le haría eso a un niño? Y encima estar contento por haberle arruinado la vida.

- me iré a trabajar. Cuida la casa.

no podía seguir así, estaba deprimido, le dolía todo el cuerpo, lo violo y golpeo, es un maldito imbécil que debería estar encarcelado.

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