Ronnie Webb es una estudiante de moda que gusta vestir de manera particular. Kai Lancaster es un hombre misterioso que llega a su vida, gracias a un error que podríamos catalogar como "tragicómico", y con más secretos de los que ella está dispuesta...
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Otro día llega a su fin, y comienza para mí un nuevo horario de trabajo en este lado del globo. No me quejo, al contrario, me emociona el saber que seguiremos la historia de mis humanos favoritos del momento. Es curioso, sabes, me he interesado por varios humanos a lo largo de su existencia, me han cautivado sus historias; he sufrido con ellos; los he visto crecer y los he visto desvanecerse, dejando atrás sólo un recuerdo. En cada historia he escogido un momento preciso para alejarme, para fijar mi atención en alguien más y sé que esta historia eventualmente llegará a su final, y deberé mover mi vista omnipresente hacia otro punto de interés. Pero, no te alteres, no pienso dejarlos todavía; aún nos queda mucho de este relato, pues apenas estamos comenzando.
El domingo ha llegado a su fin, nos encontramos en el día siguiente a la cita que ha marcado desde ya la vida de nuestros protagonistas. Ronnie se encuentra en su habitación, conversando por videollamada con su mejor amiga, Joselyne Peña, mejor conocida como Jojo, quien vive a varios kilómetros de distancia, en el pueblo que nuestra chica abandonó hace algunos años para venir a la universidad. Jojo es, de cierta manera, el complemento perfecto que hace que nuestra querida y muy volátil Ronnie mantenga sus pies sobre la tierra. Con su cabello color miel de un largo excepcional, ondulado y brillante, ojos del color de las olivas, protegidos por unos gruesos lentes de forma circular, y sus múltiples piercings que sobresalen de su ceja derecha, Jojo es un espíritu libre, con un estilo relajado que adora los suéteres holgados de lana, y quien prefiere no apegarse a una moda en particular; un alma que busca vivir en paz, al mismo tiempo que cuida de aquellos a quienes valora con el corazón; un título del que, sólo Ronnie puede presumir.
—Entonces lo conociste porque tu gato hizo que le dieras "me encanta" por error y al verlo en persona, en una cita que, si me hubieras preguntado, te habría dicho que rechazaras tajantemente porque —¡¿quién carajo acepta salir con un completo desconocido de buenas a primeras, Ronella?!—, resultó ser alguien totalmente opuesto a su perfil —lo cual es en extremo alarmante y, de haber estado ahí te habría sacado de ese café pellizcandote ambas orejas, después de denunciar al tipo y hacer que lo encierren de por vida—, —rezongó. —Bueno, y si hablamos de opuesto al perfil que leíste, nos referimos a que vendría siendo alguien con gustos muy similares a los tuyos. ¿Entendí bien? —Preguntó dubitativa la castaña.
—Ajá. Fue básicamente eso, sí. Claro, si omitimos los comentarios pasivo-agresivos. —Respondió nuestra joven de negra cabellera.
—Ok, dejando de lado tu estúpida decisión de encontrarte con un extraño a mitad de la noche, y ya sabiendo que todo resultó no ser tan malo, —aunque podría haberlo sido—, es mi deber como amiga preguntar: ¿Qué tal estuvo la cita?
—Fue muchísimo mejor de lo que esperaba, me llevó a la feria. Es un poco cascarrabias, pero, al final se subió a todos los juegos conmigo. Se comportó de manera atenta e incluso ganó a estos amiguitos para mí. —Dijo con un tono de ensueño, recordando los momentos de la noche anterior.
