Desde el inicio de los tiempos, el ser humano se ha afrontado a la innegable necesidad de volar, libres cual pájaro en pleno cambio de hemisferio. Desde dejarse caer de un peñasco en busca de tan ansiada sensación, hasta, como algunos mitos recalcan, pegarse al cuerpo plumas revestidas con cera. Lastimosamente, para el hombre, su cuerpo no fue diseñado para esta tarea. En lugar de estas habilidades extraordinarias reservadas para algunos animales, este fue dotado por algo aún mejor: una mente pensante e imaginativa que los llevaría a avanzar más allá que las bestias a las que tanto quisieron imitar. Como la de dos hermanos, sumamente soñadores, quienes inspirados por las mismas aves que tanto envidiaron, crearon transportes que, gracias al paso del tiempo, los han llevado incluso hasta el espacio. Pero, ¿era eso lo que buscaban sus antepasados realmente? ¿Viajar por el cielo en artilugios de metal? ¿O era esa sensación de volar libres por el firmamento, sobre el océano, sin ataduras, sin depender de nadie más que de sus propias alas?
Eventualmente, esa visión de caer en picada desde una roca hasta el océano evolucionó en un estado mental. La libertad de ser, hacer e ir a donde se quiera, aún sin levantarse del suelo, pero, con la certeza de que no hay nada que pueda detenerte, surcando tu propio cielo, trazando tu propia ruta, cual cometa dejándose llevar por el viento.
Pero, como siempre y, como ya te lo he dicho muchas veces, la libertad es algo que llega sólo para unos pocos afortunados que han sabido dar ese salto de fe al vacío, sabiendo que viene con un precio a pagar; valor que dependerá de las decisiones tomadas en tu vida. Para unos, el grillete será pequeño y fácil de liberar, mientras que otros, cargarán con una pesada bola de acero atada a sus tobillos, impidiéndoles dar un solo paso y alejándolos cada vez más de ese sueño liberador.
Tal como el personaje a quien dedicamos atención en esta historia.
Kai Lancaster tenía un sueño que se había planteado en su mente desde hacía mucho tiempo, y que sentía cada vez más tangible en sus manos, pero que, cualquier paso en falso podría llevarlo a verlo desvanecerse frente a sus ojos. Por ahora, sólo podía seguir en las sombras, cumpliendo con lo necesario para al fin, dar un paso hacia la luz.
Después de que los dejé en su romántica noche del viernes, todo fluyó de la mejor manera posible. Me despedí de ellos en el punto más alto de su desborde de pasión, sabiendo ahora con certeza de que el error anterior no se repetiría. De acuerdo con la información que recabé, en la mañana del sábado compartieron un agradable desayuno antes de que él se retirara para organizar todo lo necesario para su reunión, o cómo él le llamaba realmente, "la emboscada de los peces gordos".
Durante mi turno lo observé leer con detenimiento varios periódicos de días, meses e incluso años pasados, marcando hechos y situaciones relevantes, antes de recibir en su teléfono una notificación de un nuevo crimen sucedido momentos atrás; acto que lo llevó a salir a toda prisa a buscar al equipo de investigación, en donde se topó con la Detective Reyes y compañía. Silencioso como de costumbre, se infiltró entre la oscuridad, recabó la información necesaria; aunque no pasó desapercibido frente a los ojos de la detective, quien lo vio alejarse de soslayo, rodeado por su aura misteriosa de siempre.
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Night Changes
عاطفيةRonnie Webb es una estudiante de moda que gusta vestir de manera particular. Kai Lancaster es un hombre misterioso que llega a su vida, gracias a un error que podríamos catalogar como "tragicómico", y con más secretos de los que ella está dispuesta...