Jacaerys Velaryon

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Narradora ____

La cena familiar en la que el príncipe Jacaerys y yo nos conocimos tuvo lugar en el gran salón del castillo de Dragonstone. Yo, como hija de un señor menor, había sido invitada a la cena junto con otros miembros de la nobleza.

Al principio, la cena fue aburrida y monótona, pero todo cambió cuando el príncipe Jacaerys llegó al salón. Era alto y apuesto, con una sonrisa encantadora y una mirada penetrante que me hizo sentir nerviosa.

Me fijé en él desde el momento en que entró en la sala, y no pude evitar sentirme atraída por su presencia. Pero no fue hasta el baile que me di cuenta de que estaba completamente enamorada de él.

- ¿Puedo tener el honor de bailar contigo, señorita? -preguntó Jacaerys, extendiendo su mano hacia mí.

- Sería un honor, alteza -respondí, sintiendo mi corazón latir con fuerza.

Comenzamos a bailar, y rápidamente me di cuenta de que Jacaerys era un excelente bailarín. Movía su cuerpo con gracia y elegancia, y me hacía sentir como si estuviéramos flotando en el aire.

- Eres una bailarina excepcional, señorita -dijo Jacaerys, sonriendo.

- Gracias, alteza. Pero debo admitir que es fácil bailar contigo -respondí, sonrojada.

- ¿Por qué lo dices? -preguntó Jacaerys, con una sonrisa pícara en el rostro.

- Porque eres un caballero amable y apuesto. Cualquier mujer estaría encantada de bailar contigo -respondí, sintiéndome tonta por mi respuesta.

Jacaerys se rió y me miró directamente a los ojos.

- Pero yo solo quiero bailar contigo, señorita. Me has cautivado desde el momento en que entraste en la sala -dijo Jacaerys, con una voz suave.

Mi corazón latió con fuerza cuando escuché sus palabras. No podía creer que el príncipe Jacaerys estuviera hablando conmigo de esa manera.

- Alteza, no sé qué decir -respondí, sintiéndome tonta.

- No digas nada. Solo disfruta del momento -dijo Jacaerys, acercándose a mí.

Pude sentir su aliento cálido en mi rostro, y su mano se posó suavemente en mi cintura. Me sentí abrumada por la intensidad de la situación, pero también me sentí emocionada por la posibilidad de algo más.

Cuando terminó la canción, Jacaerys me acompañó de regreso a mi asiento. Nos despedimos con una sonrisa y un apretón de manos, pero ambos sabíamos que algo había cambiado entre nosotros.

En las semanas siguientes, Jacaerys me invitó a pasear por los jardines del castillo y a cabalgar por los campos cercanos. Hablamos de todo, desde nuestros sueños y ambiciones hasta nuestras familias y nuestras historias de vida.

- Me gusta pasar tiempo contigo, señorita. Eres una mujer valiente y hermosa, y tienes una inteligencia que me fascina -dijo Jacaerys, mientras caminábamos por un sendero en el bosque.

- Y yo también disfruto pasar tiempo contigo, alteza. Eres un hombre apuesto y amable, y tienes una pasión por la vida que es contagiosa -respondí, sonriendo.

Jacaerys se detuvo y me miró directamente a los ojos.

- _____, sé que esto puede sonar loco, pero me he enamorado de ti. No puedo dejar de pensar en ti y en todo lo que eres -dijo Jacaerys, con una voz suave.

Mi corazón latió con fuerza cuando escuché sus palabras. Nunca había imaginado que un príncipe pudiera enamorarse de una campesina como yo.

- A mí también me has robado el corazón, Jacaerys. No puedo negar que siento lo mismo por ti -respondí, sonriendo.

Jacaerys se acercó y me besó suavemente en los labios. Fue un beso dulce y tierno, pero también lleno de pasión y deseo.

A partir de ese momento, comenzó nuestra historia de amor. Jacaerys y yo nos veíamos a escondidas en los jardines del castillo y en los paseos por el campo. Hablábamos de nuestras esperanzas y sueños para el futuro, y nos prometimos el uno al otro que siempre estaríamos juntos.

Pero nuestra felicidad no duró mucho tiempo. La madre de Jacaerys, la reina Rhaenyra, comenzó a sospechar de nuestro amor y nos prohibió vernos. Jacaerys intentó luchar por nuestro amor, pero fue en vano. La reina estaba decidida a separarnos.

Finalmente, Jacaerys decidió huir del castillo y unirse a la causa de su madre en la guerra de los Targaryen. Me prometió que volvería por mí una vez que todo estuviera resuelto.

Los días y las semanas pasaron, y yo esperé ansiosamente la llegada de Jacaerys. Pero nunca llegó. En cambio, recibí una carta de él, diciéndome que había muerto en la batalla.

Mi corazón se rompió en pedazos. Había perdido al amor de mi vida, y no había nada que pudiera hacer para cambiarlo.

Pero incluso en la muerte, Jacaerys me dejó un regalo. Descubrí que estaba embarazada de él, y di a luz a un hermoso niño al que llamé Jacaerys en honor a su padre.

A medida que mi hijo crecía, yo lo miraba y veía a su padre en él. Y aunque Jacaerys nunca regresó a mí, siempre lo amé, y siempre lo recordé como el hombre que me enseñó lo que era el amor verdadero.

Pero eso no me detuvo a sentir que mi amado seguía conmigo, cada noche bailaba el mismo baile que bailamos el día que nos conocimos y muchos me toman por loca o por dolida, pero siento que esta conmigo aún bailando.

Mi apuesto príncipe

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Otra historia más jsjs

Espero que les haya gustado, hasta la próxima historia

Povs house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora