Rhaenyra Targaryen

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Narradora ____

La historia de cómo conocí a Rhaenyra fue algo peculiar  estaba caminando por las calles de la villa que solía ser mi hogar. Mi marido se había ido hacía unos meses, dejándome sola y embarazada de su hijo. No tenía a nadie que me ayudara y estaba luchando para sobrevivir.

Fue entonces cuando me di cuenta de que no había pagado los impuestos de la villa en varios meses. Sabía que tenía que hacer algo al respecto, pero no sabía cómo. Me encontré con un grupo de soldados que estaban recogiendo los impuestos y trataron de llevarme a prisión por no haber pagado.

- ¡Por favor, no me lleven a la cárcel! -suplicé, desesperada.

- Lo siento, señora, pero tenemos que hacer cumplir la ley -respondió uno de los soldados.

Justo en ese momento, apareció Rhaenyra. Era una mujer hermosa y poderosa, con un aire de autoridad que era imposible de ignorar.

- ¿Qué está pasando aquí? -preguntó Rhaenyra, con una voz firme.

- Esta mujer no ha pagado sus impuestos y la estamos llevando a la cárcel -respondió el soldado.

- ¿Cuánto debe? -preguntó Rhaenyra.

- Cinco monedas de oro -respondió el soldado.

Rhaenyra sacó su bolsa de monedas y le entregó al soldado las cinco monedas de oro.

- Ya está pagado. Ahora, ¿por qué no llevas a esta mujer a mi castillo? -dijo Rhaenyra, mirándome con compasión.

Los soldados asintieron y me llevaron al castillo de Rhaenyra. Estaba asombrada por lo que estaba sucediendo, pero también agradecida. Rhaenyra me trató con amabilidad y respeto, y me permitió quedarme en su castillo hasta que pudiera encontrar un hogar seguro para mí y mi hijo.

Mientras estaba en el castillo, Rhaenyra y yo hablamos de todo: de nuestras vidas, nuestras esperanzas y nuestros miedos. Descubrí que ella también había pasado por momentos difíciles en su vida y que, a pesar de ser una reina poderosa, todavía tenía un corazón cálido y compasivo.

- No sé cómo agradecerte por todo lo que has hecho por mí, Rhaenyra -dije, mientras acariciaba mi vientre abultado.

- No tienes que agradecerme, querida. Te estoy ayudando porque sé lo difícil que es estar sola y necesitar ayuda -respondió Rhaenyra, con una sonrisa.

Pero a medida que pasaba el tiempo, empecé a sentir algo más por Rhaenyra. Era una atracción que nunca había sentido antes, una conexión profunda que iba más allá de la amistad.

- Rhaenyra, necesito hablar contigo -dije, una noche mientras estábamos sentadas en los jardines del castillo.

- ¿Qué pasa, mi querida? -preguntó Rhaenyra, mirándome con atención.

- No sé cómo decir esto, pero me he enamorado de ti -dije, con la voz temblando.

- Yo también me he enamorado de ti, querida -respondió Rhaenyra, con una sonrisa.

Nos besamos bajo la luz de la luna, y supe en ese momento que Rhaenyra era el amor de mi vida. Estábamos juntas, compartiendo nuestras vidas y nuestros corazones.

Pero nuestra felicidad no duró mucho tiempo. La gente de la villa comenzó a hablar de nuestra relación, y pronto todos sabían que Rhaenyra y yo estábamos juntas. La gente comenzó a hacer comentarios desagradables y a burlarse de nosotras.

Rhaenyra intentó luchar por nuestro amor, pero fue en vano. La sociedad no nos permitía estar juntas, y tuvimos que separarnos.

Pasaron años antes de que Rhaenyra y yo volviéramos a vernos. Estaba en su lecho de muerte, y yo estaba a su lado, sosteniendo su mano.

- Te amo, Rhaenyra. Nunca te olvidaré -dije, con lágrimas en los ojos.

- Y yo te amo a ti, mi amor. Siempre estarás en mi corazón -respondió Rhaenyra, con una sonrisa débil.

Rhaenyra cerró los ojos y dejó de respirar. Fue uno de los momentos más tristes de mi vida, pero también fue un momento de paz y amor. Sabía que Rhaenyra había luchado por nuestro amor hasta el final, y que siempre estaría agradecida por todo lo que había hecho por mí.

Me quedé en el castillo de Rhaenyra durante un tiempo más, recordando nuestro amor y reflexionando sobre lo que significaba para mí. Eventualmente, decidí que tenía que seguir adelante con mi vida y criar a mi hijo sola.

Pero siempre llevaré a Rhaenyra en mi corazón, como un recordatorio de que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo. Y aunque nuestra historia no tuvo un final feliz, siempre estaré agradecida por haber conocido a la reina compasiva que me cuidó cuando más lo necesitaba, y que me enseñó que el amor no tiene límites.

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Povs house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora