𝐒𝐇𝐄 𝐈𝐒 𝐌𝐈𝐍𝐄 ┃ ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ

XXXV.

Tom entró a la casa hecho furia, bruscamente tomó sus llaves, ni siquiera mencionó una palabra.

Su ceño estaba fruncido y su mandíbula apretada, realmente estaba enojado, solo miraba al frente, no se detuvo a mirarme, solo siguió si camino.

—¡Tom!—Dijo Bill, al ver a su gemelo salir furioso, con las llaves de su auto.

—¿A donde va? Tiene que ver algo con ella, estoy seguro.—Dijo Georg.

—Bill, voy a seguirlo.—Dijo Gustav, tomo las llaves de su auto he iba a salir, solo que el pelinegro lo detuvo.

—Yo lo haré, Gustav.—Mencioné.—No quiero que cometa una locura, debo detenerlo antes.

Salí rápidamente de la casa y subí a mi auto, Tom iba más adelante, sería más fácil que no me mirara, pero debía apresurarme.

De un momento a otro, su rumbo cambió. Fruncí el seño con confusión, si que estaba loco, aún así, lo seguí.

El había acelerado más de lo común, así que tuve que hacer lo mismo para no perderlo.

Maldición, malditas tres horas en carretera, algo andaba mal, no sabía que, pero estaba seguro de que esto tiene mucho que ver con Miranda.

Después de esas largas horas, Tom al fin paró, Miranda se acercó a él a paso regular y no guió hacia adentro de una bodega.

Suspire, necesitaba prepararme para lo que iba a ver, bajé del auto con un poco de nervios y temor, no quería saber que pasaba, pero era necesario averiguarlo.

Carajo, no podía avanzar, la pesadez de la situación me hacía mal, los nervios eran más grandes y el miedo estaba invadiendome, era algo malo, yo lo sabía.

Me recargue en el auto, así respire hondo, salí de mis pensamientos al escuchar un disparo, dejé el miedo de lado y entre a esa maldita bodega.

Tenía miedo por Tom, no quería que algo le sucediera, si le llegara a pasar algo, nunca me lo perdonaría, no podía verlo bajo tierra, a menos que sea conmigo en la misma situación.

Al estar dentro, me oculte tras varias estanterías...

No podía creer lo que veía, esto partía aún más mi corazón...

(...)

Leonard comenzó a sangrar, todo paso en cámara lenta, frente a mi ojos. Leonard cayó lentamente al suelo, con la mirada vacía, ya no había vida en ese cuerpo, esa alma ya no existía, las capas de piel ahora serían frías, su vida al fin acabó.

Miranda miró con horror lo que acababa de hacer, sus manos temblaron con el arma entre estas, estaba horrorizada y talvez, arrepentida.

Intente acercarme a Idara, pero Miranda no me lo permitió, ella se colocó a lado de Idara, con la daga en la mano, me apuntaba a mi con el arma y la filosa daga se encontraba en el abdomen de Idara.

Tenía que intervenir, ante este caso, estaba en probabilidades de perder lo que más amaba...

—Aléjate, te lo pido...—Miranda pidió.

—Déjala ir, asesiname, llévame contigo... Pero déjala ir, no la dañes más.—Pedí.

—No quiero matarte... Tom, yo te amo, pero ella debe morir.—Dijo Mirando a Idara.—Si ella aún existe, tu nunca vas a amarme de nuevo.

Estaba al borde de la muerte, ella dependía de mi ahora, tenía miedo... por segunda vez en mi vida, experimentaba el verdadero terror.

—Miranda..—Dije.—Prometo amarte, juro que estaré a tu lado, solo déjala ir..