XXXVIII.

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¿Eramos muy jóvenes para esto? Si, toda la mierda nos cayó encima. Paso tiempo desde lo sucedido, un año desde entonces; las heridas hicieron que me viera con otros ojos, todas las mañanas despertaba y me veía en el espejo, lloraba de tan solo recordar todo, estábamos mejor que antes y todo mejoro para bien, teníamos más tranquilidad y al fin el tormento acabó pero, el recuerdo nunca se iba. Esas mañanas mis dedos tocaban mi piel, aquella que cambió drásticamente y al verla solo quería derrumbarme.

La textura era diferente, ya no conocía lo que era mi piel, no me reconocía, cambie y lo sé, el temor se va y vuelve y eso es lo que me ha ayudado para seguir; derrumbada no conseguiré nada, solo me lastimo yo misma. Es un proceso demasiado doloroso, todo es un proceso y uno mismo decide si mejora o cae de nuevo.

Sentí un hueco en mi estómago al volver a verme esa mañana, estaba en ropa interior, acariciaba mis cicatrices como ya era rutina. Mis ojos se cristalizaron otra vez, los cerré con fuerza y oprimo mis labios tratando de que ese recuerdo se vaya, que me deje otra vez. La puerta fue abierta y abrí los ojos; en el reflejo del espejo lo miré, entraba con cautela.

—Son las diez de la mañana, pensé que ensayabas. —Digo y me giro a verlo.

—Conociendo tu rutina mañanera.—Dice y me escanea con la mirada.

—Pasó tiempo y aún no me acostumbro... Mi abdomen está destrozado, es un asco.—Me siento en la cama y coloco mis manos en mis ojos, cubriendolos.

—Idara, me duele tanto verte así... Solo mirate como yo lo hago, quisiera que lo hicieras. Para mí eres más hermosa de lo que alguien puede llegar a ser.—Se acerca hacía mi y se coloca de rodillas.

—No me consueles, Tom. No funciona.—Digo al dejar de cubrir mis ojos.— Esto es una locura, ya no se ni como sentirme..

—Locura es la que sentirás cuando esté enterrando todo de mi en ti, cuando escuche cada uno de tus suspiros penetrare aún más fuerte que la misma locura ni siquiera será palabra para describir lo que sentirás, mon ange. —Su mano subió por mi muslo, acariciando este con dulzura, con delicadeza. Esas palabras no descubren a Tom Kaulitz, así que todo lo que dice es más enserio que mis ganas de no ceder.

—Tom...

Se levanto del suelo y se dispuso a recostarme en la cama, se subió sobre mi con delicadeza y entrelaza nuestras manos, besa el dorso de la mía y deposita otro beso sobre mis labios, uno corto. Está entre mis piernas, con su mano libre acaricia mi muslo, lo aprieta y me mira con deseo, amor, algo diferente, algo que no podría explicar. Su actitud es tan delicada, tan sutil que incluso me trata como si fuera de cristal, como si no quisiera romperme.

—Eres mía... solo mía... —Me susurra en el oído.— No sabes cuanto te amo, cuanto daría por ti.. Daría todo porque dejases de denigrarte cada que te vez en un espejo. Eres la belleza en persona, lo magnífico en pocas palabras, no se puede describir tanta perfección, eres única y solo para mi... Desde que te conocí hace tres años mi rumbo cambió, mi vida dio un giró y solo tu sabes cómo causar cada deseo mío.. Por más impuro y doloroso que sea, por más que sea tan destructor, por más que sea imposible tu lo quieres cumplir; eres mi luz, mi estrella, mi sol, cada cosa que logre iluminar mi vida tiene tu nombre. Mi alma ya no está vacía, mi cuerpo ya no siente el frío de la soledad, cada suspiro te pertenece y así mismo soy tuyo... Solo tuyo, mon ange.

Estaba sorprendida, cada palabra me dejó nerviosa. Dicen que los chicos buenos van al cielo, pero los chicos malos lo traen hacia ti.

Me besó con deseo, así como jamás lo había hecho, con rapidez y tanta pasión, algo que comencé a conocer. Su mano apretó mi muslo haciendo que soltara un jadeo entre el beso, este mismo siguió con tanta profundidad y deseo, con tanta pasión que me dejaba sin aliento. El, el hacía que mi cordura desapareciera, hacía que cada uno de mis deseos fueran traídos hasta del mismo infierno y seguía, seguía dejandome sin suspiros.

𝐒𝐇𝐄 𝐈𝐒 𝐌𝐈𝐍𝐄 ┃ ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora