• 𝓜𝓲𝓷𝓲 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬 •
❙ 𝓣 𝓸 𝓵 𝓵
๑ 𓂃๑ 𓂃๑
Yo, Bill Kaulitz primero, poseo el don de la premonición; A lo largo de mi infancia descubrí que tan prodigiosa era mi mente. Haciéndome entender no solo que había sido bendecido si no también protegido de muchos acontecimientos que hubieran acabado con mi vida en aquel entonces."Dichoso el hombre quién posee semejante don".
Solían decir la gran parte del tiempo, y vaya que si tenían razón, tal beneficio me permitió de una y mil maneras conseguir lo que mi mente ambicionaba...¿Y mi corazón?
No desacredito lo felíz que fuí entre los mejores lujos, pero mi corazón jamás
probó ni una gota del amor que estaba en boca de todos. Estaba sediento por probar aquello que todos llamaban amor verdadero, y por extraño que parezca, —me daba cuenta de todo a mi alrededor y como afectaría mi entorno, pero por primera vez no le ví venir— , el no estaba pronosticado en ninguno de mis universos, más hizo presencia alocando mi existencia.Había acertado toda mi vida y nunca me había equivocado en mis premoniciones, acción que me hace preguntarme:
¿Me es conveniente amarte?
...
𝟐 𝟎 𝟐 𝟒
En el interior de uno de los mejores bares de la ciudad, el humo y el olor al licor es el mayor acompañante de las hermosas mujeres que ofrecen de sus mejores bailes a todo tipo de negociantes que han permitido vender su ética por lo que todos aman, la vida facil y el dinero abundante.
En la barra, de mano de un delicioso cóctel el oficial Kaulitz se oculta y se hace pasar por un cliente más en la célebre noche. Su tarea es fácil y es la misma de siempre, debe encontrar a los responsables de las múltiples muertes de las últimas semanas. Se creé, —por las intensivas investigaciones que el mismo ha realizado— , que se trata de una asociación que apenas está creciendo. Para su suerte ya lo había anticipado y saldría victorioso está noche con dichos hombres y con una cadena perpetua esperando por ellos.
Lo que ninguno de sus sentidos logró captar fue el par de ojos que le veían al otro lado y que al igual que el, humedecía sus labios con su bebida.
Su cuerpo fuerte es bañado por un luz roja que oculta perfectamente el color café de sus ojos y ese don que ante el desconocido era inexistente, solo podía admirar ese constante movimiento que fluye al ritmo de la música.
Dispuesto a acabar con su necesidad por conocer aquel rostro se levantó y llevo consigo su bebida. Se sentía atraído, atrapado por la música y ese porte que no parecía ser cualquiera cosa.
—¿Esperas a alguien? —Indagó recargando sus codos en la barra. —De no ser así, podríamos ir allí y enseñarme como se supone que se baila está música —.—Me llamo Tom.
Bill sonrió de medio labio, pensando que como lo hacía normalmente podría ver qué pasaría con dicho hombre que se hacía llamar Tom, más eso no pasó, en su mente no venía nada relacionado con el.
Al no entender que ocurría acabó por mirarlo. Los dos conocieron sus miradas, sin embargo, eran ajenos a lo que realmente eran. Bill su cazador y Tom su presa. Aunque, ahora mismo parecía ser todo lo contrario.
—No. No espero a nadie —dijo con tranquilidad. —¿Y tú? —Echo un corto vistazo a su alrededor. —Alguien tan guapo es toda una presa fácil —Dejó salir una risita.
—Gracias por lo de "guapo" —Se unió a su risa a penas audible. —Pero no es como que tú te quedes atrás —Le guiñó el ojo sin vergüenza alguna, Tom quería hacerle saber cuán atractivo le parecía. —¿Que dices?¿Bailamos?
Con el tema "tuyo" de fondo, Tom lo tomó de la mano y lo guío hasta la pista muy cerca de la tarima donde las damas seguían bailando.
—El truco está en las caderas, muévete lento, siguiendo la sintonía de los instrumentos —Indicó acomodando sus manos de debida forma. —Eso, así —Afirmó al ver que Tom entendía rápido.
Con sus pasos lentos, sensuales y elegantes las largas piernas de Bill le daban ese toque que hacia de está danza digna de admiración. Pero dicho espectáculo era entre el bien y el mal, dos seres con ambiciones opuestas y una perspectiva diferente de la vida y como debería solucionarse.
—soy el fuego que arde en tu piel — entonó coquetamente muy cerca de su oreja. Sus cuerpos se unieron como dos imanes y como lo había dicho, la piel de Bill quemaba la suya sin importar que sus prendas en su mayoría eran gruesas. —Soy el agua que mata tú sed...—
Tom lo apretó de la cintura y sus rostros quedaron sumamente cerca. Sentía la respiración del adverso y el olor a licor florecer de sus labios. Un lindo mechón oscuro decoro el perfil de Tom, entonces, se percató que el hombre tenía el cabello largo y recogido.
—Eres hermoso —Murmulló mirando sus labios.
La sorpresa se presentó en sus ojos, y sus labios poco a poco se volvieron testigos de como Tom dejaba su marca en ellos.
—Quiero que sepas que, desde ahora, todo lo que tú desees te lo daré, solo basta con mirarlo, y será tuyo —Confesó, y es que Tom ya tenía una decisión, quería al hombre que bailaba con el.
Continuará...
❛ Ƥ Ʀ Є ɱ Ʋ Ɲ Ɩ Ƈ Ɩ Ơ Ɲ ❜
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𝗩 𝗘 𝙎 𝗧 𝗜 𝗚 𝗜 𝗢
Hayran Kurgu𝗛 𝗨 𝗘 𝗟 𝗟 𝗔 ┃ Se estima desde hace mucho que debemos permanecer en nuestra de zona de confort para así no experimentar el dolor y sus malestares. Aunque, ¿eso será del todo cierto? Junto a los distintos integrantes de la banda de rock más acl...