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Aquella noche lluviosa se había abierto espacio después de una mañana algo nublada. Algunas personas que salían de sus trabajos se retiraban a sus hogares o a otros lugares para atender sus asuntos. Otros corrían mientras se cubrían con los maletines en un intento inútil de no mojarse.

Por aquellas veredas mojadas y bajo las luces de las farolas caminaba el joven rubio quien no se preocupó por estar recibiendo la lluvia que caía. Para ese punto de su vida esas cosas tan banales ya no le causaban inquietud o preocupación.

Kaveh quien algo disociado caminaba, observó la cabina telefónica un instante y como permanecía vacía. Tal vez ese seria un buen lugar para resguardarse almenos un poco de la lluvia.
Ante ese pensamiento entró y cerró la puerta mientras quitaba el exceso de agua de su rostro y cabello.

El teléfono frente a él lo hizo dubitar pues sabia bien que no tenia a nadie a quien llamar y posiblemente los pocos que conocía no responderían.
Tal vez era buena idea mandar todo al carajo, por que a fin de cuentas, solo necesitaba a alguien con quien charlar.

Su mano derecha se guió al teléfono mientras escribia cualquier número al azar con la izquierda.
Los tonos empezaron a sonar hasta que la otra persona contestó la llamada.

-Alhacén al habla.

-¿Hola? -en un susurro habló y pronto se apoyó en una de la paredes de la cabina- no me conoces pero me gustaría pedirte un favor.

-Si se trata de citas para agendar una audiencia con un juez debe realizarlas mañana con la secretaria indicada que hoy no tengo apetito de trabajar horas extras -aclaró el sujeto tras la linea- y por favor, no llame de noche que molesta.

-Vaya temperamento -bufó si colgar- me siento perdido y realmente no se que hacer con mi monótona vida. Es exasperante...

-¿Y a mi eso en que me incumbe?

-Nada, solo buscaba alguien con quien charlar un rato -aclaró bajando la mirada- pero no contaba con que alguien de su temperamento fuera el que estuviera al habla.

-Si tanto le molesta voy a colgar.

-¡No! -solicitó el rubio antes de exhalar un suspiro- ¿podrias solo escucharme? No hace falta que opines y creo que eso seria lo mejor -al no obtener respuesta lo tomó como una señal para hablar- tengo un trabajo que me hace levantarme a las 7am y volver a las 6pm, se que es agotador. De seguro te preguntarás, "¿Por qué no renuncia y consigue otro?" pero creeme que he buscado pero soy un arquitecto poco conocido y sin muchos contactos.
Me está enfermando la vida que llevo pero no encuentro alternativas para cambiarla...-el silencio detrás de la linea causó que las lágrimas amenazaran con salir al saber que nisiquiera así era escuchado- perdón por las molestias y gracias por no colgar...

Al dejar el teléfono en su sitio se agachó al sentir un dolor en su estomago y pecho por esa sensación de insuficiencia que lo acogía.
Tal vez solo debía buscar una distracción real.

Cuando ese pensamiento llegó a su cabeza, se enderezó cuidadoso y salió bajo la persistente lluvia hacia el antro más concurrido en la ciudad.

El trayecto fue largo pero el destino seguro. En la entrada mostró su identificación aunque no fuera necesario y adentro pidió uno de los tragos más fuertes que podían servir.
Kaveh era consciente que al dia siguiente debía trabajar pero eso no le impidió degustar de las bebidas que el bartender le facilitaba con cada pedido que él hacia.

Poco a poco su intolerancia al alcohol causó que estuviera apoyado en la barra con su cabeza escondida entre sus antebrazos mientras de sus labios salia la letra de la canción que estaba sonando en ese momento. En una de sus manos también reposaba lo que era una copa con tequila la cual no había provado aún.

Cabina telefonica || kavetham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora