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El reloj daban las 7:15am de uno de los tantos días que habían pasado. El frío mañanero era presente en la casa a pesar de estar la pequeña chimenea encendida.

Estando sentado en la cama y a su costado su pareja durmiendo tranquilo, Alhacén observó sus manos temblorosas pero no a causa del frío.
Un repentino temor lo había hecho despertar despues de una pesadilla que para ese momento ya no tenia tan clara.

Sin saber a que se debía, se recostó de nuevo abrazando a Kaveh quien se acurrucó entre sus brazos en busca de más calor.

-¿Qué haces despierto tan temprano? -cuestionó Kaveh bastante adormilado- hoy tenemos bastante trabajo...

-Quisiera no asistir..

-Es el final del juicio y en la construcción se va a avanzar el tercer piso, no podemos faltar.

Alhacén exhaló un suspiró antes de abrigar mejor a su pareja mientras evitaba pensar demasiado en ese mal presentimiento.

Cuando se hizo más de mañana y ya estaban ambos despiertos, Kaveh se encontraba frente al espejo de su habitación terminando de alistarse cómodo para el trabajo.
Al colocarse los guantes de artista sonrió. Pronto su mirada se dirigió a una pluma de adorno para el cabello que habia comprado días antes.

Decidiendo usarla sonrió por el resultado observando por el espejo como Alhacén entró, al girarse vio como se acercó  a paso calmado pero con una expresión algo indescifrable.

-¿Sucede algo? Desde la mañana estás algo extraño.

-Solo fue una pesadilla.

-¿Sobre qué?

Alhacén lo observó pero negó al no querer preocuparlo por ser una pesadilla que lo incluía.

-Solo una pesadilla, nada mas.

Kaveh ladeó un poco su cabeza pero luego se acomodó en su ángulo visual.

-¿Qué tal me veo? Hoy sin duda resaltaré.

El abogado lo observó a detalle; los guantes y la pluma, la camisa blanca de manga larga ajustada en las muñecas pero holgada en los brazos al igual que un pantalón negro.

-¿Planeas que responda todo embobado por lo lindo que te vez? -al ver como Kaveh sonreía mientras asentia con su cabeza negó divertido- te ves hermoso.

-Uhm, no te creo.

-¿Acaso quieres que te lo demuestre?

Kaveh asintió entre risas esperando lo que era un beso.
Sin embargo, al sentir como Alhacén lo levantaba sin problemas y lo llevaba a la cama lo hizo mirarlo nervioso.

Antes de poder decir algo, fue semirecostado de manera cuidadosa.

-Acabo de vestirme...-nervioso lo miró- nos dará tarde..

-Al fin de cuentas hoy ni quiero ir.

Kaveh lo observó mientras sentía como lo desprendía solo de sus prendas inferiores sin mucha espera.
Avergonzado cuando lo vió desabotonar su pantalón desvió la mirada recibiendo sus labios contra su cuello cuando el abogado se inclinó sobre él acomodándose en medio de sus piernas.

Cuando la intromisión llegó y con ellos las estocadas, Kaveh entre jadeos subió su mano izquierda a la nuca de su pareja ante la necesidad de aferrarse de este.

Alhacén deleitado de sus sonidos tomó con su mano una de las piernas del pelirubio con un poco de fuerza para mantenerla elevada provocando que sus dedos quedaran remarcados en su suave y blanca piel
El sonido del choque de pieles y los gemidos resonaban por toda la habitación.

Cabina telefonica || kavetham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora