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A como sabia bien, no supo más de aquel hombre de cabellos grisáceos ni pudo recordar el número que por casualidad marcó.
Sus días habían vuelto a esa monótona rutina.

Amaba su profesión, todo lo arquitectónico por lo que tanto se había esforzado, pero no amaba en como se estaba desempeñando.
Hacer planos dentro de una oficina pequeña y sencillos para personas que simplemente los venderían para su propio beneficio.
Y quería cambiar eso, el joven arquitecto buscaba cambiar eso y poder hacer en lo que era bueno su propia vida. Con recompensas monetarias pero también gratificantes.

Los días lluviosos aún persistían y eso lo hacia recordar aquel curioso encuentro.

Bastante concentrado pero también disociativo, observó la puerta ser abierta y en como su jefe entraba lo que lo llevó a levantarse y hacer un sútil saludo.

-El juez quiere hacer un edificio adjunto a su recinto para servicio al cliente. Debido al ser un trabajo que no cualquiera puede hacer, decidimos que tú te encargarás de esto así que más te vale de arruinarlo.

-¿Yo?

-Eres uno de los más competentes de este lugar y si sale bien el proyecto nos beneficiaremos. Lo dejo en tus manos.
Ve de una vez al juzgado y solicita hablar con él, ya saben que irás. Planifica todo y empieza a trabajar.

Siendo todo eso bastante repentino, agradeció y al tomar sus pertenencias salió.

Con prisa se dirigió al lugar entre nervios al no saber como dirigirse a un juez.
Los nervios habían empezado a jugar consigo cada instante en el que el taxi avanzaba.

Era su primer proyecto el cual atendería personalmente. Sabia que debía hacer todo de manera perfecta.

Un trayecto largo debido a la notoria diferencia de distancia que había entre ambos trabajos .

Ya en aquel gran recinto, se dirigió a la recepción donde una chica pelirroja atendía con una sonrisa y personalidad bastante amable.
Esta al verlo sonrió.

-¿En que le puedo ayudar?

-Si, bueno. Me llamo Kaveh y fui enviado como el arquitecto encargado de un proyecto que el señor Juez vas a llevar a cabo.

-Oh, si. Me informaron en la mañana -aclaró la chica mientras se enderezaba y acomodaba su vestimenta- sigame por favor.

Obedeciendo caminó detrás de ella observando lo bien parecida que era.

-El señor juez por el momento no se encuentra, sin embargo, el encargado del proyecto es un abogado que estará supervisando todo.

-¿No es mejor un maestro de obras?

-Creame, este hombre va a ser más capaz de lo que usted cree. Si bien es abogado, también estudió arquitectura, por ende sabe lo debido.

Aún algo inconforme solo asintió y al llegar a la oficina entró con esta.

Grande fue su sorpresa al ver al peligrisaceo sentado frente a un escritorio transcribiendo algunas cosas.

-Joven Alhaitham, el arquitecto ha llegado.

-Bien.

La chica al saber que era lo único que diría solo se retiró dejando a ambos en esa habitación.

Cuando el peligrisaceo levantó la mirada y observó el rubio, arqueó una de sus cejas antes de seguir en lo suyo.

-Estás despedido.

-No jodas -al sentarse frente al escritorio observó todo sobre este- ¿qué lugar utilizaré para hacer los planes?

-Por mi el suelo esta bien.

Cabina telefonica || kavetham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora