6.

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Spreen y Juan llevaban semanas saliendo juntos a planes tontos, como ir a comprar juntos, ver películas, llamadas hasta la madrugada e incluso dormir en videollamada..

Eran bastante cercanos, cosa que le daba miedo al oso, pero bueno ¿Qué podría salir mal?

El híbrido no era mucho de regalos, pero, quería hacer una cita, si se le puede llamar así, una cita de amigos.

Agarró su teléfono y llamo a su hechicero favorito.

La llamada tardó en ser respondida.

-¿Hola?-Habló alguien que no era Juan.

-¿Quién sos?-Preguntó.

-Rubí-Respondió para luego soltar un quejido.

El empresario podría jurar que sintió una pequeña punzada en su corazón.

-¿Qué mierda hacés vos con el teléfono del gafotas?-Interrogó mordiendose el labio inferior.

-Estoy en su casa-Habló con dificultad.

-¿Quién es?-Una tercera voz se hizo presente, la de Juan.

-Es un tal Spreen-Respondió Rubí viendo el nombre del contacto.

-Pásame el teléfono-Ordenó Juan.

Rubí le pasó el móvil al hechicero, este se fue, dejando solo a Rubí en su sala de estar.

-Gafotas, ¿Qué mierda?-Preguntó.

-Puedo explicarlo-Habló.

-Si no es molestia-Respondió, en su voz se notaba un evidente enojo.

-Rubí estaba en una mina, y yo fui, te juro que no sabía que estaba allá, nos encontramos y buscamos minerales, un esqueleto disparó a Rubí, lo llevé a mi santuario, le estaba curando sus heridas-Explicó rápidamente.

-¿Es por eso que le costaba hablar?-Preguntó.

El hechicero hizo un sonido de afirmación.

-Yo creía que-Hizo una pausa-Ustedes estaban cogiendo o que se yo-Su voz dejó de ser hostil a una suave, estaba aliviado.

-Ojalá-Pensó, aunque no lo dijo en voz alta.

-Bueno, ¿Para que me llamaste?-Cuestionó Juan.

-Amigos cita, cita vos y yo, de amigos, no quiero una cita con vos, bueno si pero no de ese modo, yo-La voz sonaba nerviosa.

Es la primera vez invitando a salir a alguien, no lo tomen en cuenta.

El hechicero río, no podía creer que fuera un empresario temido por todos y que le costará pedir una cita.

-¿Me estás pidiendo una cita?-Preguntó mientras reía.

Ante la risa del otro, el pelinegro sintió como si se burlaran de él.

-¡Sí!-Gritó-No de ese modo, de amigos-Aclaró.

-Acepto-Juan sintió su corazón latir rápidamente, le recordaba a Rubí en ese aspecto.

Spreen estaba aliviado y feliz.

-Yo te aviso-Dijó, acto seguido colgó.

Bueno, primera parte lista.

Ahora faltaba hacerla, él mismo iba a buscar un lugar para hacerle algo al hechicero.

Él conocía un lugar, solo lo conocian él y su ''hermano'' Carrera, pero era el lugar perfecto.

Pusó pétalos de rosas por todo el camino, acompañado de antorchas para que los mobs no le hagan daño.

Compró un mantel rojo, sabía que era su color favorito, el hechicero se lo dijó.

Junto al mantel pusó 2 cestas color rojo claro, donde estaban las comidas favoritas de Juan:
Hizo hamburguesas, por si no le apetecian cocinó perritos calientes y de postre puso unas galletas de chocolate, por si no le apetecia algo dulce, agarró algunas fresas. El oso cocinó todo solo.
Para beber compró un poco de vino.

Puso una radio, tenía algo especial para más tarde.

Tenía todo listo, solo faltaba la presencia de su hechicero.

Infiel [spruan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora