Bajo la superficie I

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Kai no podía escuchar nada, los cantos de las aves no se escuchaban más, ni siquiera podía escuchar su propia respiración y mucho menos sus primitivos pensamientos.

Changbin llevaba buscándolo desde el atardecer hasta el toque de queda sin ningún resultado, durante tres soles y tres lunas seguidos. El principe Félix no llegaba según lo acordado, Jeongin perdía la paciencia.

Los soldados Cryo estaban perdiendo el decoro que, hasta entonces habían conservado. Habían dejado de ocultarse y se mostraban pálidos a la luz del sol candente de Seslan. Casa por casa y omega por Omega eran interrogados e intimidados por los peones Cryo, preguntando por cierto omega de cabello largo, así como la desaparición de muchos de los cachorros.

-Vamos muchacho, despierta ya.

Era el susurro de la voz que seguía dentro del jóven alfa, llamándolo a despertar y encarar al primer paso real para conseguir lo que ambos deseaban.

-¿Dónde estamos?

-Por ahí, por aquí y por allá. En todos lados y en ninguno.- volvió a decir el ente extraño.

Kai no volvería a preguntarle nada, conseguía lo mismo sin preguntarle y se ahorraba fuerzas, escucharía lo que dijera y se encargaría él de deducir el resto. Si quería mantener a salvo a su familia y amigos, debía hacer un pequeño sacrificio.

¿Qué de malo tendría ayudar a alguien a conseguir la libertad? Libertad era algo que todos anhelan.

¿No?

Kai sentía que volaba en el inmenso cielo azul, pero cuando vio las sombras contrastantes con los rayos de luz que se colaban entre las hojas de los arboles, se dió cuenta de que flotaba sobre el agua.

¿A dónde irían ahora? No lo sabía, solo aguardaba llegar al destino y que ahora mismo todo terminara.
Pobre Kai, trataba de enfocarse en los dulces rostros de sus hermanas, pero no podía conectar con ninguno de sus recuerdos o ideas, había una interferencia entre él y su mente provocada tal vez por la voz en su interior.

-Pronto estaremos con mi amigo y él nos dará algo que necesitamos. No vamos a tardar mucho, si lo haces bien.- volvió a decir.

Kai se estremeció al oír aquello, no poder pensar con claridad le tenía aterrado, revuelto y enjaulado.
Pronto, su cabeza chocó y le siguió un chasquido débil contra una madera mohosa, luego de ello Kai volvio a sentirse dueño de sus actos.

-Nada hacia aquella orilla- por voluntad del ente Kai apuntó a la orilla pedregosa y luego a una cuerda atada a un cabo. -cuando estemos allí vas a enredar la cuerda al rededor de tu cintura, caminarás veinte pasos en dirección a la palmera más grande y alta que veas.- Explicó la voz en su interior.

Kai asintió, buscando con la mirada una vez más las cosas que la voz le señalaba, sopesando lo que haría a continuación. Sentía peligro.

-Una vez que estés en el lugar, sentirás que la arenisca cubrirá tus pies, entonces brinca muy fuerte y llegaremos finalmente a nuestro destino.

Kai nadó tan rápido como pudo, sin embargo se sentía drenado, su interior agotado, así que tardó más de lo que esperaba en llegar a la orilla, (que no estaba más lejos de doce metros, quizá menos). Cuando llegó lo hizo jadeante y se dejó recostar en la orilla, tratando de reconectar consigo mismo.

Miró sus manos arrugadas por el agua, las muchas laceraciones por las ramas, espinas y pedrería que se encontró en el camino, el peso de las cosas que se había llevado de Hinok le aplastaban la espalda. Le faltaba el aliento, estaba agotado a más no poder.

Se quedó un rato más tendido sobre la orilla hasta quedarse dormido, los salvajes lugareños le observaban desde sus escondites, esperando el momento oportuno para llevárselo.

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2023 ⏰

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ᴇʟ ʜᴏᴍʙʀᴇ Qᴜᴇ ᴘʀᴏᴠᴇɴÍᴀ ᴅᴇʟ ᴍᴀʀ [ᴍiɴʙiɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora