Érase una vez

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Desde los tiempos antiguos, en el lugar donde todos los dioses habidos y por haber se refugiaban, estalló una revolución por quien sería el único y más conocido, debido a que había muchos de ellos. Entonces las sombras atentaron contra los seres divinos porque también querían que se les reconociera.

Fasta huyó mientras aún estaba embarazada de Críovaldo, quien fue su último hijo y que en su honor los escaviosos nombraron una de sus regiones.

Los hijos e hija, alfas, betas y omegas de Fasta huyeron con ella, algunos murieron protegiendo a su madre embarazada, de las fechas.

Fasta formó de sus lágrimas la tierra conocida como Fastravia y bendijo la tierra con el don de que solo los nacidos allí la habitarán para que ningún otro ser divino o mal les afectará.

De sus hijos mayores destacaban Dendra, Lobu'el, Pluvania, Merid, Poncio y Criovaldo.

Fasta puso a su hija mayor Dendra, una omega y le dio su favor para que reinara y estableció su descendencia sobre lo que es Dendraia y tomó por esposa a una diosa menor que controlaba las plantas.

A su segundo hijo Lobu'el, al ser un alfa y mitad lobo, le dijo que tomara su porción de tierra en el bosque, lo que hoy es Lobulalia. Al ser un lobo, la luna le trajo como acompañante a un ser divino nacido de las estrellas, un Omega.

Pluvania,  una mujer híbrida, beta de naturaleza tímida, la tercera nacida se fue a las montañas, se asentó en una cascada y formó Pluvilania. Al estar sola, recluida en las montañas, del cielo bajó un extraño hombre que controlaba el ciclo atmosférico y le ofreció su compañía, jurando que mantendría sus tierras fértiles y que el agua jamás faltaría.
Ellos tres y sus parejas, estaban agradecidos con su madre Fasta y sus progenitores la luna, el sol y la madre Naturalrza.

Fasta se retiró a las montañas con Pluvania, dijo a Poncio y Merid que se dividieran el resto de la extención terrestre, apartando un lugar para el hijo que Fasta llevaba en su vientre: Criovaldo.

El alfa de entre ellos dos tomó la porción de tierra más grande y formó Ponzodia, Merid se quedó con Meraia y para Críovaldo dejaron libre la parte de Crióvatolia.

Así vivieron contentos hasta que los ejércitos de otras deidades intentaron atacarlos por ser diferentes.

Quienes no estuvieron conformes con que las sombras se salieran con la suya fueron Poncio y Merid, quienes cegados por la sed de venganza se revelaron y fundaron Escavya para no tener que verse las caras con sus hermanos mayores.

Poncio, protegió la tierra haciendo que el paso de los años no afectara para mal y la esperanza de vida fuera óptima, pero creó los dragones escaviosa para que ningun extranjero que no compartiera sus ideales pudiera traspasar sus fronteras.
Merid se encargó de inculcar en sus hijos el deseo carnal y por ello es considerada la madre del pecado, pues con su belleza incitó a las criaturas a llevar sus instintos al límite, olvidando sembrar el amor en ellos.
Críovaldo al ser un alfa muy joven, se dejó influenciar por Poncio y Merid, así que congelo las montañas Teren y sembró frivolidad en el núcleo de las personas, para que cualquier intento de bondad no logrará descolocarlos.

Fasta al ver el rencor en sus hijos, aún herida y recuperándose, trató de convencerlos de retractar sus pasos. Poncio y Merid, sintieron algo de culpa al ver a su madre tan destrozada, así que juraron dar una oportunidad a las personas de elegir que hacer.

Críovaldo al ver que sus hermanos se retractaban, los mismos hermanos que lo habían convencido de hacer el mal, tomó el pico de una montaña y mató a Merid.
Entonces los dragones escaviosa atacaron a Críovaldo por mandato de Poncio, dañando aún mas a Fasta en el proceso.

ᴇʟ ʜᴏᴍʙʀᴇ Qᴜᴇ ᴘʀᴏᴠᴇɴÍᴀ ᴅᴇʟ ᴍᴀʀ [ᴍiɴʙiɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora