Una Brecha en el Muro

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Joanney Xochiyo.

Físico: Cabello castaño claro ondulado y largo. Rostro ovalado. Ojos azules, grandes y exprecibos. Labios gruesos, cejas rectas. Pecas espolvoreadas en sus mejillas, nariz y frente.

Edad: 21 años.       Nacimiento: 7,713 Luna del Ciervo (Verano).       Lugar de Nacimiento: Islas del Viento      Hogwarts:  Ravenclaw      Lineamiento inicial: Moral/Neutral      Comida favorita: Trozos de Manzana espolvoreados con Canela        Color favorito: Azul Marino        Hora del día: Por la mañana     Pasatiempo: Pintar

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—¿Estas bien?

La voz de Joanney sacó a Aylín de su estupor. Desde que volvieron a su habitación ella había estado perdida en sus pensamientos. Justo en ese momento estaba sentada en su cama, acababa de cepillarse el cabello y se preparaba para dormir.

—Sí, no pasa nada. —Hablaba mecánicamente, sin prestar atención a su amiga.

—¿De verdad? —Esperó un momento pero Aylín no contesto. —¿Es por lo del compromiso? Tal vez  tu padre decía la verdad.

—¿Y en que otra ocasión habías escuchado una regla tan absurda? —Aylín suspiró ahogando un sollozo.

Joanney se sentó en la cama al lado de la maga y tomo sus manos en un intento por sacarla de su línea de pensamientos.

—En ninguna, pero estas en la capital y aquí las cosas son diferentes. Tal vez debimos hacer caso a Bianca y estudiar la etiqueta y costumbre de aquí.

—No, es extraño. Desde que recuerdo lo de Eliram y yo siempre fue dado por hecho. Y ahora parece como si mi padre no quisiera ni tocar el tema. Algo cambio.

Suspiraron al mismo tiempo. Joanney entre abrió la boca, como buscando algo más que decir; sin embargo no emitió ningún sonido. Sabía que para reconfortarla tendría que decir cosas que talvez no fueran ciertas.

—También piensas lo mismo ¿No? —Continuo Aylín. —Puedes decírmelo. Sabes que lo que más admiro es tu sinceridad.

Joanney bajo la mirada y medito un poco antes de hablar.

—Puede que tengas razón. Yo también esperaba que en este viaje se acordara la fecha, pero no mentía al decir que no conocemos las costumbres de la capital. Creo que si decides ser optimista deberías aferrarte a eso. —Espero un momento, pero de nuevo Aylín pareció encerrarse en sí misma. —Vamos relájate, nos esperan unos días largos y las cosas aún se pueden arreglar. Además esto es tú culpa por ser tan empalagosamente romántica.

Aylín esbozó una media sonrisa apenas perceptible.

—Bien, intentare ser optimista, pero no...

Unos ligeros golpes en la puerta de la habitación llamaron la atención de ambas. Joanney se adelantó para abrirla mientras Aylín la seguía de cerca.

—Espero no haberlas despertado. —Dijo una voz masculina del otro lado.

Aylín se acercó para abrir más la puerta y ver mejor a Eliram. Estaba vestido con una camisa gris ligera y humilde, como la de cualquier campesino.

—¿Qué haces aquí? —Pregunto ella.

—Te dije que esta noche tendrías que desvelarte. —Eliram le regalo una de esas sonrisas amplias y encantadoras, y le paso un paquete envuelto en papel y cuerda. —Cámbiate rápido, te espero aquí.

Ojos Amatista - Espíritus Nocturnos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora