🐾19🐾

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Seo Joon tomo entre sus brazos a su pequeño hijo, tan dramático como siempre empezó a llorar como si este se fuese a la guerra.

— Papá, calma, vuelvo en tres días — Jimin acarició el rostro de su lloroso padre — ya no llores.

— Mi bebé — dijo entre hípidos para luego rodearlo con sus feromonas — cuídate, por favor.

Jimin solo pudo asentir a todo lo que su padre decía, la sensibilidad -drama- era la herencia en todos los varones de la familia Park.

— Nene, ya guarde tus maletas, ¿Nos vamos? — el pelinegro entró a la casa encontrándose con la escena.

— Ten paciencia, pela-... Jeon — al alfa mayor aún le costaba llamarlo por su nombre.

— Kookie en un momento voy, espérame en el carro — el rubio se dirigió a su alfa.

Jungkook obedeció en ese mismo instante, todo con tal de llevarse a Jimin a su casa lo más rápido posible.

Su celo empezaba en unas horas y como antes habían platicado, decidieron unirse con la marca, esa palabra que su suegro empezó a odiar hasta hace poco cuando mencionaron su unión.

Jeon fue a su carro con una sonrisa hasta que recordó lo que había descubierto.

Los malditos que intentaron abusar a su Omega estaban desaparecidos, ese suceso era tan sospechoso que no sabía que pensar.

Por un lado creía imposible que su dramático, chillón, escandaloso y torpe suegro sea capaz de hacer algo tan macabro como las torturas u otras cosas que salen en las películas.

Pero desde otra perspectiva, podía creerlo solo un poquito casi nada, su suegro amaba con su vida a su familia, ya lo había notado, y se preguntaba si este sería capaz de llegar a tan lejos. Con lo que le contó Jimin sobre su desaparecida hermana pudo ser un punto importante, cuando suceden este tipo de sucesos trágicos algo llega a romperse.

No se puede seguir como si nada, algo siempre cambia.

El pelinegro negó con su cabeza, no era momento de especular tonterías.

Simplemente era imposible, tal vez se estaba haciendo ideas en la cabeza por las puras.

Los tipos eran unos imbéciles, no se sorprendería si estuviesen en algo turbio.

Drogas, tal vez.

— Kook, ¿Me ayudas? — la dulce voz de su novio lo saco de su transe, salió del auto y con cuidado lo tomo entre sus brazos.

Lo subió al asiento para luego guardar la silla en la parte trasera del auto.

En ese instante la señora Park le entrego un par de galletas casera mientras le deseaba un buen celo placentero.

— Disfruten mucho y portense muy mal — dijo seguido de un guiño.

Jeon no era de avergonzarse pero esa adorable Omega decía comentarios que lo dejaban pensando avergonzado.

— Lo haré — respondió con las mejillas rojas.

La madre del Omega se dirigió a su pequeño para darle "consejos de omegas", desde la distancia podía notar las mejillas regordotas con un tierno tono rosado sobre su Omega.

— Jungkook — la grave voz de su suegro lo alertó, solo un poco, casi nada.

— Dígame — mal momento para que su voz flaqueara y que un sonido horrible a la vez vergonsante lo dejara en descubierto.

El señor Park río por su tono, para luego cambiar en menos de un segundo su rostro a seriedad — Cuida a mi hijo, sé que lo marcaras y ya di mi bendición, lamentablemente no puedo rectificarme, así que, cuídalo, te convertirás en su alfa, tu deber será protegerlo ahora, como lo he estado haciendo yo todos estos años.

El celo de Jimin |Kookmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora