XIV

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El viento sopla, las nubes se mueven lentamente en el cielo. Las hojas de los árboles chocan unas con otras creando una hermosa melodía de paz y serenidad, momentos como esos le hacían pensar que vivir valía la pena, como si el simple hecho de hacerlo no fuera un problema.

Acostado sobre la rama de aquel mismo árbol, frunce el entrecejo preguntándose ¿Qué hace ahí esperando pacientemente por un desconocido? El simple hecho de pensar en cómo llegó a ese acuerdo con el chico le parecía ridículo. El podía conseguir pan en cualquier otro lado, pero no, él estaba justo ahí suspirando por enésima vez perezosamente y casi arrepentido, porque bien podría estar pasando ese tiempo dormido en su pequeño "hogar" al lado de sus "hermanitos".

Gruñó decidiendo no darle más vueltas al asunto. Minutos después, pasos comenzaron a escucharse en medio del monte hasta estar debajo de él, sintió como las ramas comenzaron a moverse y en efecto, cuando volteó a ver, el mismo chico de ayer estaba ahí, tan cerca de él.

El mismo chico de ayer, el mismo chico mañana. Para él y su fiel corazón, siempre será el mismo chico.

–¡Hola! –saludó Izuku con gran sonrisa.

Jump... –musitó Katsuki, curveando inconscientemente sus labios sin darse cuenta, en una ligera sonrisa.

Se sentó haciendo espacio para Izuku, entonces pasó lo inevitable.

El naranja en el cielo comenzó a hacerse presente, siendo el fondo y Katsuki la imagen principal del hermoso retrato que Izuku obtuvo al alzar la mirada, sus ojos brillaron asombrados por primera vez ante una persona, y quedó mudo comenzando a sonreír ante el revoloteo de mariposas en su estómago.

Katsuki era ageno a lo que en el otro estaba pasando, hasta que Izuku por estar distraído pisó mal antes de llegar a él, provocando que la delgada rama en la que estaba parado, se partiera en dos.

–¡Por la mierda! ¡¿Estás bien?! –Katsuki asustado logró tomar su brazo, Izuku estaba peor que asustado, colgando del árbol, buscaba apoyarse de las demás ramas con su mano libre y sus pies.

–S-¡Sí! –tartamudeó logrando estabilizarse.

Katsuki le ayudó a subir hasta llegar a su lado.

–¡¿Siempre eres tan torpe!? Maldición... ¡Si te quieres suicidar, hazlo en otro lado, no en frente de mi! –Izuku escuchaba todo el regaño con la cabeza gacha. –Casi me matas del susto... Maldición...

Izuku sentía el rojo en sus mejillas avergonzadas después de la palidez del susto. –Lo siento... –Fue lo único que pudo decir.

–Si no puedes escalar un árbol, quizá lo mejor es que no lo hagas.

–Solo me distraje, no es para tanto...

"Sili mi distriji" Tu cabezota hubiera desaparecido si no hubieras tenido la suerte de que yo esté aquí "Ni is piri tinti" ¡Huevos! ¿Luego qué hacía yo con un brócoli aplastado?

–¡Ya dije que lo siento! –Alzó un poco más la voz a pesar de la vergüenza por los regaños. –Pondré más atención a mi entorno y no veré a un solo lado ¿Feliz? Y gracias... –Casi susurró lo último. –Es más ¿Por qué le das tanta importancia?

–¿Cómo que "por qué"? –refutó tratando de sonar indignado. –te conocí hace un día y ¿Ya quieres suicidarte en frente de mi?

Luna Sangrienta |Bakudeku-Katsudeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora