Una fiesta se desata en la casa del pequeño y tranquilo barrio de Mellowbrook, esas típicas fiestas adolescentes, toda la secundaria fue invitada a ir. -¡Juguemos a 10 minutos en el cielo!- grita un chico, algunas personas se reúnen en un círculo y empiezan a girar una botella esperando a quien será la elegida o elegido. La botella gira señalando uno por uno a los integrantes del círculo llenándolos de curiosidad a ver cuándo se detendrá y en quién. Que sea Kick, que sea Kick, que sea Kick repetía en su mente la alocada adolescente y también fan de nuestro acróbata favorito. ¿Qué sopas hago aquí? pensaba mientras tanto nuestro medio doble de riesgo. Esto es tan estúpido… pensaba la presidenta mientras miraba la botella girar como un carrusel. La botella poco a poco va deteniéndose, mientras todos miran ansiosos, pasa uno por uno. La botella pronto para, todos empiezan a hablar bajo. La botella señala a Kick y Kendall, bueno, no exactamente a ellos, si no al medio, ese pequeño espacio vacío entre sus cuerpos. El temerario mira a la rubia que ella no le dirige la mirada.
-¿Eso significa…?- pregunta la rubia algo confundida.
-Que vamos nosotros- a risas y también canturreos, los dos entran en el armario mientras la puerta se cierra dejándolos olvidados en esa habitación por 10 minutos, Kendall apoya su espalda contra la pared y suspira. Aunque en esto, estar con el chico más deseado de la escuela, desde que empezó a tener la altura, los músculos y demás sería para las chicas una bendición para ella no lo era, sabía que el la odiaba, pasar juntos en una habitación en dónde tenían que besarse no era lo que ella esperaba. Esperando a que haga algo decidió quedarse quieta sin saber que Kick no la miraba si quiera a esa sombra. -¿Qué se supone que haremos?- pregunto.
-Se supone que tendríamos que besarnos- con los brazos cruzados, su cabeza en alta pero sus ojos mirando al suelo.
-¿Por 10 minutos?- la mira- Creo que no…
-No tengo idea ¿vale?- lo mira- Jim me dijo que era algo así-suspira- Estúpida fiesta.
-En eso concuerdo- apoya su espalda contra la pared- Estúpida fiesta. Kendall suspira. -¿Por qué viniste?- pregunta pero ella no responde. -¿No lo sabes?- pregunta, ella asiente.
-No tienes por qué decirme- sonríe- Me encuentro aquí para ayudar a Gunther con la chica que le gusta.
-Eso es tierno…- se sienta en el suelo.
-Especialmente por qué hablamos de Gunther- se sienta al lado de ella. -¿A ti te gusta alguien?- pregunta mirándola, ella se vuelve roja se abraza a ella misma. –A mí me gusta una chica…- eso le dolió, llego hasta su corazón y se incrusto en él, ella sabía que ellos nunca serían nada pero no soportaría verlo con otra chica. –La chica que fue mi primer y único beso…- la mira. Ella no lo mira, ni siquiera pensó en eso. No nota piensa. -¿Me ayudarías a conquistarla?- ella lo mira y asiente. –Entonces se ayudaré con el chico que te gusta.
-Es difícil, él le gusta otra chica…- dice.
-Veamos eso…- dice.
-Acaba de decirlo- dice.
-Pero dijiste- él nota lo que quiere decir- Oh…- ella no lo mira. –La chica es tu- ella se sorprende, lo mira. –Pensé que lo notarías con: fue mi primer beso- sin mediar palabra ella se acerca, el igual poniendo una mano en su mejilla, cuándo están a punto de besarse los minutos se terminan y alguien abre la puerta. Ella se detiene frente a sus labios, besa la mejilla de él.
-Sólo…- le susurra en el oído- te amo mucho- sale de la habitación, Kick sonríe y sale después de ella. Kendall se fue de la fiesta, él la busca pronto puede verla irse.
-¡Kendall!- grita corriendo hacia ella, ella se vira. -¿Podemos tener una cita mañana?- pregunta.
-Me encantaría- sonríe.
-Oh si- corre hasta ella, la toma del rostro, la besa. Pero ella no se deja besar, él la mira confundido.
-Tendrás que esperar hasta la cita- le guiña el ojo, se va. La toma de la mano.
-Te amo Kendall- ella sonríe y besa su mejilla.
-Te amo también.