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La sorpresa adornaba los ojos de Kim Sunoo, sin embargo trató de disimularlo. Se hizo a un lado y lo dejó pasar a su casa. Ni-ki trataba de mantenerse tranquilo, no quería que Sunoo se sintiera preocupado por nada, igualmente le avisó a los chicos que lo mejor era que por el momento solo él estuviera en casa de Sunoo, de lo contrario sería muy sospechoso. Les pidió que confiaran en él y por supuesto que ellos lo hacían, pero nada les garantizaba que ellos estarían. Pero ¿A qué le tenían miedo exactamente? No lo sabían, pero el sentimiento de que algo grave estaba a punto de ocurrir no dejaba de perseguirlos. 

―No sabía que ibas a venir ―. Mencionó Sunoo ―. Estaba por salir, pero ya que estás aquí le diré a Wonie que pasaré a visitarlo otro día. 

Imaginarse a Sunoo caminando por las calles él solo, con alguien persiguiéndolo le heló la piel. Suspiró tranquilo, ya que había llegado a tiempo. Dio un paso al frente y se atrevió a tomar las manos de Sunoo entre las suyas. Después de hablar con Taehyun, descubrió muchas cosas que siempre había dejado pasar por alto. Su corazón emitió punzadas y sus comisuras se elevaron. Ver a Sunoo después de diferenciar lo que era el amor y estar enamorado se sentía mucho mejor. 

―¿Pasa algo? 

Ni-ki negó y bajó su mirada sin dejar de sonreír. Acortó la distancia entre ambos cuerpos y lo rodeó con sus brazos. Se sintió como en su propia utopía. El aroma dulce de Sunoo, la suavidad de su piel y sus brillantes cabellos. Como los había extrañado. Sintió un nudo en su estómago y sus ojos se llenaron de lágrimas. 

―¿Puedes hacerme la pregunta de nuevo? ―. Susurró con voz débil ―. ¿Puedes preguntarme de nuevo si te amo? 

Sunoo soltó una pequeña risilla y aun sabiendo que el japonés no lo estaba viendo, movió su cabeza. 

―Nini ¿Todavía me amas? 

Ni-ki cerró sus ojos y apretó aun más el cuerpo de Sunoo con sus brazos. Sonrió débilmente pero acabó moviendo su cabeza para afirmarlo. 

―Te amo, cariño... Hoy te amo más que nunca. 

Ni-ki dejó escapar un pequeño gemido de sus labios mientras que las lágrimas caían como pesadas gotas de lluvia por sus mejillas. Fue en ese momento que Ni-ki comprendió el mensaje que Taki le había dicho la otra vez. El oso solo se estaba cubriendo del frío, pero seguía ahí esperando que las flores renacieran otra vez. Igual que el amor que Ni-ki sentía por Sunoo. Siempre estaría ahí. 

―¿Por qué lloras? ―. Preguntó Sunoo preocupado ―. ¿Te duele algo? 

―Me duele haber pensado que ya no te amaba, Sunoo ―. Habló con voz rota ―. Me duele pensar en que quizás pude haberte lastimado por mi confusión. Te amo, Kim Sunoo. De verdad te amo. 

―Yo también te amo, Nini. 

Permanecieron abrazados por un rato más hasta que fue Sunoo quien decidió romper la cercanía. Llevó sus manos hasta el rostro contrario y limpió la humedad de sus mejillas. Apreció sus bonitos lunares y volvió a enamorarse de aquel par de ojos que lo miraban con tristeza y preocupación, como si temiera perderlo otra vez. Ni-ki por su parte, se mantuvo aferrado a la pequeña cintura de Kim Sunoo, grabándose lentamente su perfilada nariz, el lunar de su mejilla, ese par de ojos felinos y por supuesto, aquellos labios que no dejaba de mirar. Subió lentamente una de sus manos y acarició las mejillas redondas de Sunoo ¿Por qué tenía que seguir conteniendo sus ganas por besarlo? 

Acercó su rostro al de Sunoo y cerró sus ojos, sin embargo, un carraspeo inesperado los obligó a separarse. Yugyeom y Bambam se encontraban de pie frente a ellos con una sonrisa cómplice que no podían borrar de sus rostros. Habían estado ahí en casa, pero no querían interrumpirlos, sin embargo, eran un poco crueles a veces. 

Young boys || TXT & ENHYPEN ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora