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―¡Jaque mate!

―No es justo, dijiste que no sabías jugar ―. Hizo un puchero con sus labios antes de cruzarse de brazos ―. Exijo la revancha.

―No, dale la oportunidad a alguien más.

El chico se puso en pie y dejó el asiento libre para que alguien más se sentara. Detrás de éste, un entretenido Sunoo no dejaba de observar como aquel par de chicos jugaban con tanto empeño. Él no sabía jugar ajedrez, ni siquiera sabía manipular el tablero, mucho menos organizar las fichas en su orden. Prefería quedarse siendo un espectador.

―¿Quieres jugar? ―. Sunoo negó ―. Vamos, juega conmigo. Es aburrido si no hay nadie al frente.

―Pero yo no sé jugar...

El uniformado sonrió y negó.

―Solo diviértete, la mayoría de aquí tampoco sabe, así que no te abrumes si mueves las torres en diagonal.

No entendió, pero igual sonrió porque su contrario pareció haberlo dicho con tanta gracia. No había visto a ese chico antes, por lo que imaginó que era alguien nuevo. Parecía alguien agradable con mucha paciencia, de lo contrario, no estaría con ellos en el patio. Trató de imitar el orden en el que el enfermero organizaba más fichas negras en el tablero. Sunoo se quedó con las fichas blancas. El ajedrez era un juego de estrategia y consideraba que solo las personas inteligentes sabían cómo jugar.

Tal vez a Tae le gustaría o a Jake, pero a él definitivamente nunca se le cruzó por la cabeza que acabaría jugando una partida. Mientras terminaba de acomodar las fichas, observó un poco a su alrededor; no había visto a Ni-ki desde el día anterior, tampoco lo había visto en el desayunador en la mañana y ahora ni lo veía en su tiempo de recreo ¿Dónde estaba?

―Vas primero ―. Escuchó decir ―. Los peones se mueven una casilla a la vez, excepto en la primera movida, porque pueden rodar dos casillas y matan en diagonal ¿Entendiste?

―Huh, eso creo ―. Sus manos temblaron un poco, pero consiguió mover su primera ficha de peón en dos casillas ―. Hecho.

Su contrario sonrió divertido y movió su primera ficha. Los pacientes que estaban a su alrededor se mantenían en silencio observando la nueva partida en el tablero. El enfermero le explicaba cada movimiento a Sunoo antes de realizarlo. Aprendía rápido y antes de lo que imaginó, ya habia conseguido muchas piezas de su oponente. No pensó que un juego de estratégico sería tan divertido para él.

―¿Por qué estás aquí? ―. Preguntó, moviendo una nueva pieza al tablero.

―Tuve un accidente y olvidé algunos recuerdos ―. Respondió ―. Tú eres nuevo ¿Verdad? No te había visto antes.

―Soy practicante de enfermería, me recomendó un amigo que trabaja aquí ―. Respondió ―. ¿Puedo saber cómo fue tu accidente?

Antes de dar una respuesta, Sunoo movió su pieza de alfil y consiguió arrebatarle la segunda torre a su oponente. Sonrió satisfecho porque él aún seguía con las suyas intactas. Tal vez estaba siendo muy amable al dejarlo ganar o quizás Kim Sunoo era mejor jugador de lo que imaginó. Sin embargo, pensar en su accidente era como un trago amargo. Había empezado a recordar de a poco. Tenía pesadillas y despertaba llorando algunas noches llamando el nombre de su padre o el de Ni-ki.

Tomaba su medicamento y nuevamente parecía estar en modo reposo. Los placebos lo hacían vivir en una realidad que no era la suya. Veía todo color de rosa y siempre reía, aún cuando por dentro todo se sentía pesado y doliente.

―Estuve en un incendio y me cayeron restos en la cabeza ―. Respondió con simpleza, arrastrando una nueva ficha que fue arrebatada en segundos por su oponente ―. También estuve en coma por casi un mes.

Young boys || TXT & ENHYPEN ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora