IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

35th

El amor es un sentimiento atormentoso, que carcome cada sentido de tu cuerpo y te empuja en un abismo de sensaciones y sentimientos inexplicables.

—Enzo Rinaldi.

    Miedo.

    Temor.

    Sentimientos que odio tener, esos sentimientos han aparecidos y han esparcidos semillas en mi corazón y en mi cabeza para que me vuelva loco y pierda la cordura.

   Sofia, mi hija querida.

   Salgo de mi parálisis y corro hacia la puerta. Cuando agarro el portillo noto que esta cerrado con seguro por dentro.

   ¡Dios mio, que hizo Sofia!

    Retrocedo 4 pasos y empujo la puerta con mi hombro. Lo hago varias veces y por el sonido tan fuerte que hago al estrellarme con la puerta, supongo que Elliot lo ha escuchado y viene hacia mi corriendo.

   —Amor quiero ayudar, déjame empujar. —Dice Crystal y en ese instante me asusto. Ella está embarazada, no puede hacer este esfuerzo.

   —Tranquila, lo hago yo. —expreso esas palabras con la voz entrecortada por el sufrimiento de que Sofia muera antes de que derribe la puerta.

    Elliot se suma conmigo y los dos nos estrellamos con la puerta. Lo hacemos 4 veces, al punto de que mi hombro grita que pare, pero no me detengo, sigo intentando y en última medida, Elliot y yo golpeamos la puerta con una patada, a lo que logramos romper la puerta y esta vuela hacia adentro de la cabina.

    Mi corazón acelerado no miente al hacerme sentir que estoy muriéndome por dentro por mi niña.

    Corro hacia dentro y salto por encima de la puerta, para así subirme en la mesa de producción y sostener el cuerpo de Sofia, mientras Elliot con una pequeña daga, romper la soga a la que ella está atada.

    Elliot con ardo esfuerzo rompe la soga y antes de que Sofia caiga en el suelo, lo que hará que se golpee fuerte; la sostengo fuertemente evitando que caiga y que yo la acompañe.

   Elliot extiende sus brazos para sostenerla hasta que me baje de la mesa, así que coloco a Sofia en sus brazos y bajo de inmediato de la mesa.

    —¡Vamos, revisen su pulso! —exclama Crystal haciendo que nos apuremos en colocar a Sofia en el suelo para verificar que está viva.

     Bajo mi cabeza y la coloco en su pecho para escuchar su corazón, pero lo siento demasiado lento y eso me asusta.

    —¡Busca alcohol, rápido! —exclamo preocupado ordenandole a Elliot que corra a buscarlo.

    Crystal se echa en el suelo a mi lado y sostiene mi mano para que no pierda la cordura mientras espero que Sofia no muera.

    Los segundos se me hacen eternos. El momento es caótico y lo único que quiero es tener paz, algo que no he tenido desde hace mucho tiempo.

    —Ella estará bien. —Crystal presiona mi mano más fuerte de lo que ya lo hacía. Admito que ella me da fuerzas.

    Escucho ruido, realmente pasos y es allí cuando veo a Elliot cruzar la puerta a todo dar corriendo como si su vida dependiera de que ella viviera.

    Él llega a mi y me entrega el alcohol. De inmediato abro el frasco y agarrando el pañuelo que siempre tengo en mi bolsillo trasero, lo mojo en alcohol un poco y luego dirijo el pañuelo a su nariz para que aspire su olor.

    Los primeros segundos no sucede nada. Es como si ella estuviera muerta, pero de un momento a otro ella abre los ojos.

    Su mirada.

    Su expresión.

    Su ceño no parece el de una persona normal, más bien el de un ser vivo con problemas mentales.

    Su respiración se pone más fuerte cada segundo y esto no me gusta para nada. Pareciera que ha perdido el control y la racionalidad.

    —¡Te mataré, te mataré, te mataré maldito infeliz! —exclama a toda voz esa frase aterradora.

    ¿Qué le pasa a Sofia? ¿Tan degradada estará su cabeza? ¿Realmente estará loca?

    No sé en qué momento pasó.

    No tengo idea de cómo sucedió, pero puedo afirmar que sentí como si algo hubiera atravesado mi pecho haciendo que un dolor aterrador arrasara conmigo.

   Paralizado, así me quedo y es allí cuando bajo mi mirada a mi pecho, entonces noto que tengo una daga clavada en pecho y la persona que me apuñaló es nada más y nada menos que mi hija.

    Con la mirada violenta de Sofia, así cierro mis ojos.

    

      ¿Miedo?

      ¿Terror? Si, terror es lo que tengo al ver como la propia hija de mi esposo lo apuñala y el cae tendido en el suelo, convulsionando.

    Mi corazón creo que se detuvo al ver esa imagen.

    Sofia no vivirá para contar lo que ella hizo.

    En este día, en este momento, en esta hora, la voy a matar. Esto no se quedará así.

Por mi que se muera Sofia.

Maldita, te metiste con Crystal.🔥🔥🔥🔥