Si fuera ciego, aunque no viera el camino para llegar a ti, tengo por seguro que llegaría, porque tu aroma es mi mapa y mi amor por ti son mis ojos.
—Enzo Rinaldi.
El doctor levanta las manos hacia arriba en señal de que no es su culpa.Ya me está dando mala espina este doctor.
—Solo pregunto porque ella antes de operarse pidió hacer una llamada urgente. Dijo que llamaría a su mamá y en la conversación ella dijo que estaba embarazada de otro hombre, que los bebés no eran suyos, que solo lo está engañando para matarlo.
Antes de pensar en alguna cosa o de decir alguna palabra descompuesta, levanto mis manos y las dirijo a mi rostro, para acariciar este y buscar la paciencia y el control que por cierto, no tengo.
Este doctor de mierda me acaba de decir que Crystal llamó a su madre cuando su madre la abandonó a su suerte con su padre y hermano. Entonces o Crystal me ha estado mintiendo todo este tiempo o el doctor de mierda quiere un plomazo en los huevos por mentiroso.
Giro mi rostro hacia Elliot, él sabe lo que estoy pensando y no solo eso, también estoy deseando vaciar mi arma encima de este hombre.
—Vamos a hacer una cosa. Usted me dice la verdad o le vuelo los dos testiculos. Aproveche ahora, ando descontando el precio de tortura. —saco mi arma y sobo el gatillo.
Me importa una mierda que los pacientes y enfermeros se queden anonadados por lo que estan viendo.
El doctor se queda inmune, como si no hubiese hablado. Ay caray, esto me esta gustando.
¿Con qué haciendose el fuerte? No mames. Le enseñaré quién es más fuerte, él o yo.
Levanto el arma y le disparo en la rodilla derecha y solo el grito que echó este hombre por el dolor y el asombro del disparo, hace que quiera seguir disparandole.
—Ahora si estamos bailando, carajo. Hable ahora o calle para siempre. —el doctor cae en el suelo, gritando por el gran dolor que siente.—. Muy bien calmados se ven mejor. No mataré a ninguno de ustedes, aunque al doctor no se los prometo.
Le señalo a Elliot que lo levante y este lo hace de inmediato colocándolo frente a mi.
Camino hacia la habitación en donde está Crystal y me siento en uno de los muebles que está en una esquina lejos de mi esposa. Elliot entra con el doctor y cuando llega cerca de donde estoy, lo empuja haciendo que el doctor caiga en el suelo y que esto lo lastime aún más.
—¡Mi pierna, mi pierna! ¡Ayuda, ayúdenme! —exclama el doctor a toda voz y pues como Elliot tiene la misma paciencia que yo, con el mango de la pistola, le da justamente en la frente.
Esto se está poniendo divertido.
—Enzo, ¿Qué es esto? ¿Te has vuelto loco o qué? —al Crystal ver al hombre sangrando frente a mi y yo estar tan tranquilo sentado, ella piensa que lo mataré, lo cual todavía no lo tengo decidido.
—¿Me dirás la verdad o terminamos esto aqui mismo? —le pregunto al doctor quién todavía está llorando.
Él levanta las manos en señal de que se rinde.
Perfecto.
—Enzo, estoy hablando contigo. No me ignores, gonorrea. —cuando ella menciona la última palabra, mi rostro se gira hacia ella automáticamente.—Y yo estoy hablando con él. Cuando termine, te daré todo mi tiempo, Crystal. —menciono su nombre al final, para que ella se de cuenta de lo enojado que estoy.
—¿Qué es lo que pasa? Tu nunca me llamas por mi nombre. —menciona ella. Genial, me alegro de que se haya dado cuenta.
Giro mi rostro hacia el doctor para que comience a hablar, pero de pronto la puerta de la habitación se abre, dejándome ver a la señorita Ivanka.
Ivanka, ella es la clave de todo este mierdero. Me he dado cuenta.
—¿Comenzaron la fiesta sin mi? Eso es de mala educación. —expresa ella con su sonrisa diabólica.
Lo que me faltaba.
—Es ella. Es ella señor. Ella me pagó para que dijera todo esto. —en cuanto el dice esto, un disparo le atraviesa la cabeza.
Levanto mis ojos y observo que Ivanka fue quién disparo. El caos afuera de la habitación, me trae viejos recuerdos.
Me levanto del mueble y lentamente camino hacia donde está Ivanka. Dándome ventaja, Elliot está a su lado, apuntándole con su pistola en la cabeza.
Varios de mis hombres abren la puerta y entran apuntándole a Ivanka, ya que ellos estan viendo que Elliot tambien lo hace.
—¿Tenías que matarlo? —le pregunto intrigado en su respuesta.
—Si, no me gustan los soplones. —responde ella calmadamente.
Esta mujer tuvo que haberle vendido su alma al diablo.
—Esto no hubiera pasado si la dejaras a ella. Ella es la que ocaciona el caos. —comenta ella intentando tocarme con su manos derecha, pero no se lo permito quitando su mano.
Detras de mi observo como Crystal intenta pararse, pero a mucha dificultad lo está logrando.
—Siéntate, no te metas en esto, por favor. —Le ordeno e inmediatamente veo como se sienta.
Ya me duele la cabeza de tantas desgracias.
—Enzo, yo te amo, vamos tu no la amas, solo te gusta el sexo con ella. —expresa ella con el ceño fruncido.
—No te amo, nunca te amé y nunca lo haré. —señalo a Crystal con mi dedo índice.—. Más sin embargo, a ella la adoro, la amo y la deseo en cada momento, en cada segundo, en cada minuto, en cada hora y cada día. La amo, amo a Crystal y aún no entiendo como tú no lo has entendido.
Su rostro cambia de expresión. Está enojada, lo deduzco.
—La mataré Enzo. Lo haré porque no hay otra forma, no hay manera de que ella se quede contigo mientras que yo sufro cada momento al no tenerte.
En ese momento decido matarla. Ella no le pondrá ni un solo dedo a Crystal.
—Como dijiste, así será hecho. —Y en ese instante mis tímpanos resuenan por el disparo que cruza justamente al lado mío y que termina en la cabeza de Ivanka.
Miro hacia atrás y observo que Crystal tiene un arma en las manos.
¿Dónde la obtuvo? ¡Por Dios!
—Casi me matas, mujer. —expreso anonadado.
—Si me vuelves a decir mujer, te arrancaré las pelotas y te las pondré de adorno en la boca, amado esposo.
Bueno, Crystal está enojada con Enzo.
Por mi y que le dé par de guantazos.🔥🔥
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IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]
RomanceArrogante. Desalmado. Traicionero. Embustero. Hay demasiadas palabras que pueden describir a este hombre. Nadie ha encontrado al mafioso más buscado en toda latinoamerica. Este hombre ha sabido escabullirse y burlarse de las autoridades, pero un er...