Un mal día

9.8K 837 405
                                    


Eran las únicas personas ese día en el cementerio, ambas caminaban pausadamente hacia su destino, una lapida no muy lejos. A diferencia de muchas otras, su lapida lucia perfectamente cuidada, no había nada de hierba crecida a su alrededor, la piedra con la que esta construida no estaba empolvada y las letras aun se conservaban, lucían como el primer día. 

Viste como con dificultad tu madre se hincaba ante ese lugar, hablándole con un cariño que te parecía tan extraño al no estar acostumbrada a recibirlo. Ella actuaba como si le estuviera hablando de verdad a el y a no a un pedazo de piedra tallada. En su lugar colocaba un pequeño ramos de flores frescas, tan variadas en colores, todos llamativos. 

Tu te mantenías justo a un lado, como si fueras una extraña a esa escena. Suponías que acercarte seria arruinar el momento entre tu madre y tu hermano, así que solo permaneciste observándola. Ya llegaría tu turno para "hablar" un poco con el.

"Mi niño, te echo tanto de menos...no tienes una idea" 

Cualquiera pensaría que al sufrir una tragedia en común eso haría que se hicieran mas unidas pero eso jamás paso. La brecha entre ambas solo se hizo aun mas grande hasta llegar a un punto apenas sostenible. 

Verla llorar ahí en el suelo, cubriéndose el rostro para que nadie pudiera verla, te hacia sentir mal. Quizá no fue la mejor madre del mundo contigo pero no por ello le deseabas el mal, solo era una madre sufriendo por la perdida de quien era la luz de su vida. No tenias problema con no ser la preferida, y tu hermano y tu se llevaban bastante bien, eran unidos. Solo que no pudo compartir contigo, ni con nadie, ese dolor con el que cargaba. 

Colocaste tu mano sobre el hombro izquierdo de ella en señal de un apoyo en silencio pero tu acción no fue bien recibida, casi de inmediato arrojo tu mano lejos de ella, como si tu contacto le quemara. 

"No necesito tu lastima" Te miraba por encima de su hombro, sus rostro lleno de lagrimas pero con el ceño fruncido. 

"No es lastima, mamá...yo también entiendo tu dolor"

"¿Lo entiendes?...¿Cuándo has perdido un hijo? !¿Cuando?¡" Se levanto, casi cayendo, para luego enfrentarte. 

"Era mi hermano...somos parte de la misma familia ¿Cómo podría no entenderte?" 

"El era mi todo, mi razón de vivir...y se fue...me dejo sola" Sus ojos se llenaron nuevamente de lagrimas, ahora con la mirada perdida en el suelo. 

"No estas sola...yo estoy aquí, también soy tu hija"

"No es lo mismo...yo hubiera preferido que el..." No termino su frase. Volvió a mirar hacia aquella lapida. 

"¿Que el estuviera vivo? Yo también lo deseo, pero no pudimos hacer nada..." 

"Hubiera preferido que fuera al revés, que el estuviera aquí...y tu..."

Retrocediste un paso. 

Una cosa era saber que su relación era mala pero ¿A tal grado? ¿Prefería que la tumba fuera tuya? La mujer delante tuyo ahora se veía como una completa extraña, ¿Cómo podía tu propia madre desearte la muerte? 

"Eso duele, ¿Sabes?" El dolor de su perdida no justificaba que fuera así de cruel contigo.

"Con mi niño aun vivo podría vivir tranquilamente, aunque no estuvieras aquí"

"¿Estas escuchando lo que dices?" Ya no solo era indignación lo que sentías, era tristeza "No se supone que la vida de ninguno vale mas que la del otro" 

"¡El valía mas para mi!" Te grito casi histérica "Dijiste que querías ser militar para ayudar a los demás, para protegerlos...¡Pero ni siquiera pudiste ayudar a tu propio hermano, a tu sangre!"

You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora