You Love Me

Autocontrol

Descendiste del vehículo despacio, como si tuvieras que cuidar en donde pisabas, en parte por el alcohol y por el raro ambiente que se formo entre Ghost y tu. 

Te acercaste a el, quien ya se encontraba abajo también, con toda intención de regresarle su sudadera pero el no dejaba de mirarte con seriedad. 

"¿Estas enojado por algo?" Bueno, solo había una forma de saber y era preguntando. 

"Regresa a tu habitación" Presiono el control del vehículo en su mano y activo el seguro. Después de ello solo te dio la espalda y se encamino hacia el interior de la base.

No, no ibas a dejar que se fuera solo así. 

Le diste alcance y lo tomaste de su brazo, intentando frenar su avance. Se detuvo y giro su cuerpo para quedar frente a frente, su mirada no había cambiado. Pronto el agarre cambio, ya no eras tu quien lo sostenía a el, sino al revés. Te tomo del brazo y te arrastro detrás del, sin importarle mucho que estuvieras usando tacones y tu coordinación estuviera comprometida por los grados de alcohol en tu sangre. 

Lo primero que pensaste fue que lo habías hecho perder la paciencia y que te llevaría a la fuerza a tu habitación, pero no paso eso. 

Terminaron cerca de las bodegas en donde guardaban el equipo para entrenamientos, un sitio que a esas horas estaba completamente solo y débilmente iluminado. 

Te atrapo contra la pared y su mano tomo con firmeza tu mandíbula, obligándote a mirar hacia arriba. Su acción te sorprendió y tu mirada se encontró fija en la de el. 

"No me provoques, niña"

 Su voz ronca tan cerca de tu rostro resulto mas embriagador que todas las bebidas que habías tomado esa noche. Tu propio cuerpo respondió a el y llevaste tus manos hacia la muñeca de esa mano que te sostenía, acariciando la poca piel que se asomaba por debajo de la manga de su sudadera. 

"¿Te estoy provocando? ¿Cómo es eso?" Una sonrisa engreída se formo en tu rostro, casi triunfante. Tu voz había salido casi como un susurro, suave y aterciopelado. 

Su mirada ya no solo estaba fija en ti sino que recorría cada parte de tu cuerpo, deleitándose con lo bien que te quedaba aquella ropa y de lo poco que cubría.  

"Lo que no pueda hacer esta noche me lo cobrare otro día" Te advirtió

"¿Que le detiene esta vez, Teniente?" El alcohol te estaba dando un valor para hacer cosas que antes no te atreverías, retarlo era una de ellas. 

"No voy a follarme a una mujer ebria"

Se le escuchaba enojado...no, frustrado. 

"Estoy muy consciente, Ghost" Tu mano derecha abandono su muñeca para dirigirse justo a su pecho, acariciándolo por encima de su ropa de una manera coqueta.

"No voy a cambiar de parecer...pero la próxima vez te hare llorar por esto y no me detendré" 

Se suponía que aquello debía ser aun amenaza pero el escenario no resultaba para nada atemorizante, de hecho estabas anhelándolo. Solo esperabas en verdad no terminar arrepintiéndote. 

Dicho aquello volvió a jalar de ti, ahora si con dirección a la base. 

No te soltó hasta que llegaron a la puerta de tu habitación, porque te escolto hasta ese punto, y aun ahí seguía de pie con los brazos cruzados, esperando que abrieras y entraras. 

"¿Quieres pasar?" Insinuaste fingiendo inocencia. 

"Solo estas cavando mas profundo tu tumba, niña" 

"Bien, solo estaba jugando" 

"Yo no" 

Resignada y sintiéndote una niña a la cual acababan de regañar, entraste a tu habitación dándole un ultimo vistazo a Ghost, despidiéndote con una señal de tu mano, el por supuesto que no respondió, se mantuvo en su posición hasta que cerraste la puerta y dejaron de verse. 

                                                                                            (⧫)

"Fucking hell..." 

Todo el camino a su propia habitación fue una tortura, entendía el porque el área de dormitorios de mujeres estaba al otro extremo del de hombres, pero en ese momento como maldecía por aquello. 

Ahora tenia que caminar con una maldita erección entre sus pantalones. 

Tan solo llegar se dejo caer pesadamente sobre su cama, desabrocho su cinturón y sus pantalones, liberando su miembro ya duro. Hacia tanto tiempo que no había tenido que autosatisfacerse y ahora estaba ahí, volviendo a esas viejas costumbres, todo por culpa tuya. Tuya y de Soap. 

Se había propuesto no ir a ese festejo, se había autolimitado para evitar cualquier situación que fuera mas allá de su acuerdo contigo.

Y entonces Soap tuvo la brillante idea de mandarle fotos. 

No le importaba mucho el lugar en el que estaban y estuvo a punto de cerrar el chat e ignorarlo, pero entonces mando una ultima foto, la tuya. 

Su celular estuvo a tan poco de caer de sus manos al suelo.

Lo que veía le gustaba, tu le gustabas, pero aquello estaba por encima de lo habitual. Quería no solo estar ahí, quería poder sacarte de ahí mientras usabas ese vestido, llevarte a otro lugar y arrancártelo para poder hacerte suya. Joder que te veías demasiado bien a sus ojos. 

Y lo hubiera llevado a cabo de no ser porque noto que estabas algo tomada. 

Así no le gustaba. 

Tuvo que resignarse, no sin antes darse la oportunidad de acariciar un poco tu piel y de besarte. 

Y ahora estaba ahí, acostado en su propia cama masturbándose, utilizando sus recuerdos de sus manos sobre ti, de sus labios en los tuyos. Pero por mas que lo estaba intentando, su mano no se sentía ni una puta fracción tan bien como cuando eras tu. 

Naturalmente su cuerpo reaccionaba a los estímulos que se daba, le tomo bastante tiempo, pero consiguió terminar en su propia mano. Físicamente lo había conseguido pero se seguía sintiendo frustrado. No lo disfruto. 

Se había acostumbrado a tener a alguien con quien hacerlo, específicamente se había acostumbrado a ti.

Le gustaba esa sensación de poder que tenia sobre ti, el como por voluntad propia le obedecías y le permitías tomarte. Había algo placentero en saberse quien te llenaba de placer,  en provocarte gemidos y marcar cada centímetro de tu piel con sus caricias. 

Tuvo que mantener su temple hasta el ultimo minuto mientras esperaba que entraras a tu habitación. Dudo, lo hizo, cuando le invitaste a entrar pero esa regla no la rompería por nadie, ni siquiera por ti. No iba a aprovecharse de alguien que claramente no esta en sus cinco sentidos. 

Pero ese acto de rebeldía iba tener un castigo, e iba a cumplir su palabra, te iba a hacer llorar y pedirle perdón por provocarle.