You Love Me

Decir que la cena fue encantadora no le haría justicia a la realidad, no solo porque la comida sabia deliciosa, sino también por el hecho que en todo momento Ghost fue un verdadero caballero contigo. Las miradas furtivas nunca faltaron y las sonrisas cómplices se intercambiaban en cada oportunidad de que tenían. Ghost aprovechaba cada momento para tener contacto contigo, por mas mínimo que fuera, desde un roce entre sus manos cada que tomaban sus copas con vino o sus piernas chocando por debajo de la mesa de manera un tanto seductora. Todo estaba siendo un juego previo para lo que realmente estaba por venir para ambos, y lo estaban disfrutando. 

"Eres hermosa..." La vista que tenia Ghost delante suyo era simplemente sublime. La luz de la luna te bañaba, realzando cada detalle tuyo. Su mano se extendió hasta poder llegar hasta tu rostro y acariciar con tal cuidado tu mejilla, como si su brusco contacto fuera capaz de romperte como el cristal. Si alguien le preguntaba como se sentía estar enamorado, el describiría ese momento tal cual. 

"Gracias, nunca dejas que lo olvide" Sonreíste. Ciertamente Ghost te lo repetía a diario pero no por ello dejaba de hacerte sentir mariposas en el estomago cada vez que lo decía. 

"Así debe ser, mi trabajo como tu esposo es hacer que nunca lo olvides. Entre otras cosas" Sonrió juguetonamente. 

"¿Quien hubiera pensado que terminaríamos así? Después de tantas cosas..." 

"Me arrepiento de algunas cosas pero al mismo tiempo me siento dichoso de la forma en que todo nos llevo a este momento" Ghost abandono su lugar en su silla para ponerse de pie, dio unos cuantos pasos y se coloco justo a tu lado, extendió su mano esperando que la tomaras. 

No lo pensaste mucho, tu mano se coloco sobre la suya, siendo atrapada por la de el casi de inmediato. Te dio un pequeño tirón para que tu también pudieras estar de pie. Te atrajo entre sus brazos, sosteniéndote con firmeza. Su mano libre ahueco tu mejilla, contemplándote así por espacio de unos minutos. El podía perderse fácilmente en tu mirada, la misma que siempre estaba llena de amor por el. No recordaba a una sola persona en el mundo que lo pudiera ver de la misma manera en que lo hacías, y siendo sinceros, no creía capaz que eso fuera posible.

Sus dedos dibujaron la linea de tu mandíbula, rozando sutilmente tu piel, deteniéndose hasta llegar a tu barbilla, la cual elevo ligeramente para que tus labios estuvieran a un mejor nivel para el. Así, con suma paciencia, unió sus labios a los tuyos con cuidado. El calor que sentía al contacto contigo era simplemente embriagador, era una sensación de la que nunca podría cansarse. En un comienzo fue algo lento, como quien esta disfrutando del sabor del momento, para luego volver su avance mas osado. Ambos brazos te atraían tanto como podían hacia el, mientras que sus labios devoraban los tuyos con una intensidad única, abriéndose al poco tiempo paso entre tus labios, recorriendo el interior de tu boca, permitiendo que sus lenguas se unieran en un baile que no podía verse, solo sentirse. 

Eventualmente debieron separarse, la falta de aire se hizo presente, dejando a ambos enamorados con sus respectivos rostros sonrojados y unas respiraciones entre cortadas. 

"Es momento de ir a un lugar mas...privado" Sugirió Ghost mientras susurraba seductoramente a tu oído. Acción que provoco que cada centímetro de tu piel se erizara. 

"Me leíste la mente" Respondiste. Tu tampoco ibas a quedarte atrás, por lo que lo jalaste su camisa para bajara un poco a tu altura y poder así hablarle igualmente al odio, con la diferencia de que al termino tu mordiste el lóbulo de su oreja. Tu recompensa fue escuchar ese sutil gruñido escapando de su garganta. 

Al salir Ghost se hizo cargo por completo de los gastos en el restaurante, espero que les hicieran entrega de su vehículo y te abrió de nueva cuenta la puerta. En esta ocasión, mientras te ayudaba a subir, aprovecho el momento para acariciar muy discretamente su piernas.