Cap 32: He vuelto

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Después de la conversación que Arnold tuvo con Gerald, salió para la casa de Helga. Cuando llegó se quedó parado mirando hacia su puerta, contemplándola, como si con la mente quisiera llamarla. 

El hombre rubio tenía muchos sentimientos encontrados internamente, por un momento quiso salir corriendo, nuevamente, pero se dijo a sí mismo que debía enfrentarlo

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El hombre rubio tenía muchos sentimientos encontrados internamente, por un momento quiso salir corriendo, nuevamente, pero se dijo a sí mismo que debía enfrentarlo. Después de todo, él se fue por ella y por ella es que regresó y tenía que luchar por última vez.

Partí, porque me rechazaste, Partí, sin ordenar mi viaje

Partí, con mi tristeza acuesta...Sin ti, olvide mi equipaje.

Partí, al verte en otros brazos...sentí que era un infierno sin ti

Es porque aun te amo.

Partí, no daba crédito a aquello que vi, 

Partí y me engañe porque solo fue en vano

He vuelto, después de tanto tiempo

Detrás de muchos sueños gigantes, pequeños encima del amor

Y te encuentro con la misma decisión de darte a otro

Cuando piensas que el despecho es la venganza ideal.

He vuelto dispuesto a ser sincero

Con la esperanza llena, el chiste, la queja debajo del dolor

Y me encuentro con la sensación de amarte siempre,

De amarte hoy como ayer, y más allá de la muerte.

...

Dentro de la casa azul

...Percepción de Helga...

Después de hablar con mi mejor amiga y contarle todo lo ocurrido, en la cena que tuve con André, decidí recostarme en mi cama, las luces estaban apagadas, pero las cortinas de mi ventana, estaban corridas, por lo tanto no estaba completamente a oscuras, ya que la luz de la luna, alumbraba gran parte de la habitación, me quedé pensando y miraba hacia el techo, mientras sentía que el dolor que llevaba en el corazón iba acrecentándose más y más, tanto que no me dejaba respirar con naturalidad, me coloqué de costado, buscando la posición perfecta, para poder dormir, de pronto mis ojos fueron a dar con un objeto que brillaba y que yacía abandonado, sobre la mesa de noche, era el anillo que Arnold me había dado, lo tomé y sin proponérmelo miles de lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, haciendo que mi almohada se humedezca

Vuélveme a quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora