Cap 15: Celos

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André se encontraba muy incómodo por haber visto que Helga y Arnold llegaron juntos después de la hora del almuerzo, pero decidió ya no hacer más preguntas y no hacer nada por ahora, el francés estaba planeando a qué lugar podría llevar a cenar a la rubia, ya que ella le había aceptado esa invitación y no permitiría que el enojo que sentía arruine la noche junto a ella.

Eran las seis de la tarde y todos en la oficina estaban alistando sus cosas para retirarse a sus hogares, Arnold había alistado sus cosas primero y había salido muy rápido de la oficina sin olvidarse de dejar otra nota en el escritorio de Helga, cuando esta vio aquel papel que tenía el perfume de él, se emocionó tanto que se olvidó de todas las personas que estaban a su alrededor y con manos temblorosas leyó la pequeña carta

"Helga, no quiero darte más problemas con tu jefe, así que decidí salir primero, estoy esperándote cerca al parque en donde nos encontramos esta tarde, no demores que te estoy extrañando demasiado"......A.P.S.

La rubia sonrió al terminar de leer y se dispuso a salir cuando una persona se lo impidió

-Helga...¿ya estas lista?...¿vamos?

-Ehh...yooo...mmm...André, discúlpame pero no podré ir contigo

-¿Queeee?...pero...¿Por qué? – dijo con desilusión

-Lo siento, no puedo...y ya tengo que irme discúlpame – diciendo esto la rubia salió rápidamente sin mirar atrás

El francés estaba entre confundido y triste porque sentía que Helga se distanciaba cada vez más

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Era cerca de la medianoche y dos amigas conversaban amenamente

-Cuéntamelo todo...¿Cómo estuvo la cena?

-Exquisita...Stella cocina realmente bien – decía la rubia súper emocionada

-¿Stella? – dijo la pelinegra sorprendida – mmm...quieres decir que...¿cenaste con Arnold y sus padres?

-Siiii – relataba con alegría –...pues cuando yo le pregunté a Arnold a donde iríamos a cenar, me dijo que tenía pensado ir a un restaurante, pero cuando le pidió un consejo a su madre, ella le dijo que me invitara a su casa, porque quería verme

-¿Si? waooo...pero, cenar con sus padres, tiene algún mensaje escondido...¿acaso pidió tu mano?

-No, Phoebs...solo cenamos

-Y...¿Qué más paso?

-Estuve muy nerviosa, pero traté de disimular...pero la pasé muy bien...son una familia maravillosa

-Helga, en serio te veo y no te reconozco – decía la oriental sonriendo

-jajaja...creo que me he vuelto una completa estúpida...ese cabezón tiene la culpa, él me pone así

-Me alegra verte tan ilusionada amiga...y dime que sigue ahora...¿serás su novia?

-Aun no estoy lista Phoebe – respondió la rubia poniéndose seria

-¿Qué?...pero, ¿Qué te falta?

-Falta que me demuestre que no me dañará...aun siento miedo Phoebs

-Helga, pero se nota que se muere por ti...él no será capaz de dañarte, él te ama Helga

-¿Sabes?...se siente muy bien escuchar eso...él me ama – decía la rubia sonriendo – pero...me haré la difícil un poco más de tiempo

-Helga...por favor...ten cuidado, no vaya a ser que te lo quiten

-Pues si él me ama tanto como dice, entonces sabrá esperar a que vuelva a confiar en él

Vuélveme a quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora