-Que pasó viejo...¿en dónde te habías metido?
-Gerald...la vi...la vi – decía el rubio exaltado
-Tranquilízate Arnold...¿a quién viste?
-A Helga...vi a Helga
-¿Queeeee?...hermano, creo esta copa se te subió a la cabeza y te ha hecho alucinar cosas
-No, Gerald...estoy seguro...era Helga...estoy seguro
-Arni...será mejor que vayas a descansar
—Gerald, te lo ruego, créeme... era ella. ¡Estoy seguro de que era Helga! —suplicaba Arnold, con la voz llena de desesperación y angustia.
—Arnold, escúchame... por favor, no te hagas más daño —respondió Gerald con una seriedad que ocultaba su profunda compasión— Tienes que aprender a olvidarla.
—No puedo, Gerald —dijo Arnold con voz quebrada— La extraño tanto... Cada momento sin ella se siente como una eternidad.
-Sí, lo sé...pero, lamentablemente desperdiciaste la oportunidad que tenías
-Lo sé...siempre me lamento por eso...en realidad, creo que siempre la quise, pero me negaba a aceptarlo...primó en mi la superficialidad – decía el rubio con mucha tristeza
-Ya nada ganas con culparte...tienes que luchar por olvidarla...enamórate de alguien más
-Eso es imposible – decía cabizbajo
-Hay hermano – hablaba con tristeza
-Ya no digas nada...solo, gracias por estar conmigo hermano...gracias
-Siempre estaré para apoyarte Arni...ahora ya vámonos, porque mañana hay que trabajar
....
En el auto del carro de André, Helga iba muy pensativa
-¿Helga?
-Eh...si, dime...¿Qué pasa?
-Eso te quiero preguntar yo a ti...¿Qué te pasa?
-¿A mí?...nada ¿Por qué? – le preguntó, con la mirada perdida en la ventana
-Desde que subiste al auto estas muy callada
-¿Ah?...¿Yo?...estoy bien...tal vez; debe ser por el cansancio – respondió la rubia, fingiendo una sonrisa
-mmmm, bueno, debe ser eso – dijo con incredulidad – yo también me siento exhausto, mañana tenemos un día con mucho trabajo...
-Sí, será un día muy ajetreado...
-Bien...ya llegamos – dijo el francés, estacionándose – que descanses hermosa...mañana vengo por ti a las ocho
-Está bien, nos vemos – se despidió la joven, bajando del auto y entrando rápidamente a la casa de Phoebe
Una vez dentro de la casa, la rubia se dirigió a la habitación de la oriental y pudo ver que su amiga ya se encontraba en la cama
-Hola Helga...¿Cómo te fue?
-Hola Pheebs...me fue bien – contestó la rubia
-¿Pasó algo? – le preguntó la pelinegra, al notar la intranquilidad en su mejor amiga
-¿Por qué lo preguntas?
-Pues te siento un poco rara...como si algo hubiese pasado
-Pues, si mmm...cuando estuve saliendo de la cafetería...me pareció escuchar que alguien me estaba llamado
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Vuélveme a querer
Hayran Kurgu¡Atención!...El teatro municipal se está cayendo a pedazos, se necesita con urgencia a los mejores profesionales nacionales e internacionales, para que puedan reconstruirlo - es el anuncio que dio la alcaldesa esta mañana. Debido a eso una rubia ing...