Cap 7: Aun te recuerdo

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-Que pasó viejo...¿en dónde te habías metido?

-Gerald...la vi...la vi – decía el rubio exaltado

-Tranquilízate Arnold...¿a quién viste?

-A Helga...vi a Helga

-¿Queeeee?...hermano, creo esta copa se te subió a la cabeza y te ha hecho alucinar cosas

-No, Gerald...estoy seguro...era Helga...estoy seguro

-Arni...será mejor que vayas a descansar

—Gerald, te lo ruego, créeme... era ella. ¡Estoy seguro de que era Helga! —suplicaba Arnold, con la voz llena de desesperación y angustia.

—Arnold, escúchame... por favor, no te hagas más daño —respondió Gerald con una seriedad que ocultaba su profunda compasión— Tienes que aprender a olvidarla.

—No puedo, Gerald —dijo Arnold con voz quebrada— La extraño tanto... Cada momento sin ella se siente como una eternidad.

-Sí, lo sé...pero, lamentablemente desperdiciaste la oportunidad que tenías

-Lo sé...siempre me lamento por eso...en realidad, creo que siempre la quise, pero me negaba a aceptarlo...primó en mi la superficialidad – decía el rubio con mucha tristeza

-Ya nada ganas con culparte...tienes que luchar por olvidarla...enamórate de alguien más

-Eso es imposible – decía cabizbajo

-Hay hermano – hablaba con tristeza

-Ya no digas nada...solo, gracias por estar conmigo hermano...gracias

-Siempre estaré para apoyarte Arni...ahora ya vámonos, porque mañana hay que trabajar

....

En el auto del carro de André, Helga iba muy pensativa

-¿Helga?

-Eh...si, dime...¿Qué pasa?

-Eso te quiero preguntar yo a ti...¿Qué te pasa?

-¿A mí?...nada ¿Por qué? – le preguntó, con la mirada perdida en la ventana

-Desde que subiste al auto estas muy callada

-¿Ah?...¿Yo?...estoy bien...tal vez; debe ser por el cansancio – respondió la rubia, fingiendo una sonrisa

-mmmm, bueno, debe ser eso – dijo con incredulidad – yo también me siento exhausto, mañana tenemos un día con mucho trabajo...

-Sí, será un día muy ajetreado...

-Bien...ya llegamos – dijo el francés, estacionándose – que descanses hermosa...mañana vengo por ti a las ocho

-Está bien, nos vemos – se despidió la joven, bajando del auto y entrando rápidamente a la casa de Phoebe

Una vez dentro de la casa, la rubia se dirigió a la habitación de la oriental y pudo ver que su amiga ya se encontraba en la cama

-Hola Helga...¿Cómo te fue?

-Hola Pheebs...me fue bien – contestó la rubia

-¿Pasó algo? – le preguntó la pelinegra, al notar la intranquilidad en su mejor amiga

-¿Por qué lo preguntas?

-Pues te siento un poco rara...como si algo hubiese pasado

-Pues, si mmm...cuando estuve saliendo de la cafetería...me pareció escuchar que alguien me estaba llamado

Vuélveme a quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora