Cap 6: Tu aroma

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Una hora más tarde, cerca de las oficinas de la alcaldía, una francesa pelirroja se encontraba perdida, ya que era la primera vez que visitaba Hillwood

-Aish...que fastidio, ¿dónde estará el edificio? – miraba de una lado hacia otro y revisaba por quinta vez, la dirección que estaba escrita en su celular

-Disculpe señorita...¿puedo ayudarla?

La pelirroja se sobresaltó, cuando escuchó esa voz, ya que estaba muy concentrada viendo su teléfono, entonces levantó la mirada para ver quien le había hablado y se quedó impactada, ya que el joven que se encontraba parado a su lado, era muy bien parecido

-Ho...hola – respondió la francesa – "wao que hombre tan guapo, nunca había visto a un hombre así" – pensaba

-Hola, mi nombre es Arnold...bajé de mi auto para comprarme una gaseosa y de pronto la vi y me pareció que estaba perdida...¿necesita ayuda?

-Gracias...bueno sí, estoy buscando una dirección...la verdad es que, yo no soy de este lugar

-Sí, puedo notarlo por el dejo que tienes...¿eres europea?

-Sí...exactamente soy de Francia...estoy buscando el edificio en donde se encuentra las oficinas de la alcaldía de Hillwood

-¿Si?...que coincidencia, yo también estoy yendo para allá...si usted desea, podemos ir juntos en mi auto...

-¿De verdad?...no quiero causarle molestias – dijo, tratando de fingir timidez

-No te preocupes, no me molestas...como te dije, también voy para allá...sube a mi auto – le sonrió

-Bueno, entonces muchas gracias por tu ayuda, Arnold...

-De nada...¿Cuál es tu nombre?

-Oh disculpa...mi nombre es Geraldine

El rubio al escuchar aquel nombre, sintió que su corazón tembló, y recordó a Helga

-¿Arnold?...¿te sucede algo? – le preguntó la mujer, al notar que la expresión del rubio, se tornó sombría

-No, nada...es solo que tu nombre me trajo algunos recuerdos

-¿Recuerdos?...ahh ¿de tu novia? – preguntó la francesa con la intención de averiguar sobre la vida del muchacho

-No...no tengo novia – respondió el ojiverde con un dejo de tristeza que pudo notar la joven, quien iba de copiloto

-¿No tienes novia? – dijo la muchacha con suma alegría – ¿Cómo puede un hombre como tú, estar soltero?

-¿Cómo yo? – dijo el rubio sin entender y enarcando una ceja – ¿a qué te refieres?

-Es que eres un hombre guapísimo y al parecer, eres muy caballeroso

-Gracias – dijo el joven sonrojado, mientras seguía manejando

-¿Y por qué te dejo?

-¿Quién?

- Aquella mujer, por la que te encuentras así en estos momentos

-¿Así?...¿cómo así?

-Disculpa que sea entrometida, pero...te vez con un semblante triste...y creo que es, por una mujer...¿qué pasó?

-Pues, la verdad...yo no supe tratarla como se merecía y se cansó de esperar – dijo el muchacho con los sentimientos a flor de piel

-Pues yo creo que, el amor verdadero nunca se cansa, tal vez ella no fue tu amor verdadero – dijo la francesa, con una sonrisa coqueta

Vuélveme a quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora