Los cuatro jóvenes viajaban en el auto, con Gerald al volante y su novia a su lado. En la parte trasera, los rubios se mantenían pegados a las ventanas, dejando un espacio considerable entre ellos. El silencio se había vuelto incómodo, y la oriental, notando la tensión, decidió romperlo.
— Helga... ¿cómo te sientes de estar en Hillwood nuevamente? — preguntó la oriental con interés, buscando abrir la conversación y aliviar el incómodo silencio.
-Pues la verdad, era algo que no tenía planeado, sucedió de un momento a otro, como sabrás yo ya tenía mi vida hecha en Francia y no es fácil adaptarme a este lugar – decía con seriedad
Arnold, aunque seguía mirando por la ventana, prestaba una atención plena a las palabras de la rubia
-Te entiendo amiga, pero deberás acostumbrarte; ya que, tu estadía será algo larga – sonrió
-Ruego que las semanas pasen rápido, para poder irme – dijo, mostrando sinceridad y haciendo que el rubio se ponga triste – pero...mejor dime ¿a qué restaurante estamos yendo? – cambió de tema la rubia, pues no soportaba, estar en el centro de atención
-Tranquila Pataki, lo sabrás cuando lleguemos...mejor cuéntanos...¿Cómo te va con tu novio? – agregó el moreno
-¿Novio?...¿Qué hablas Geraldo?...
-El tipo con el que te vi ayer, cuando fui a recoger a Phoebe, ¿Cómo se llamaba?...ah ya lo recuerdo...André
-Pues, André no es mi novio, solo es mi amigo – respondió la mujer, sin dar mayor importancia y sin percatarse que dicha respuesta, hizo que a cierto rubio se le suban los ánimos.
-Ah ok – respondió el moreno, con una sonrisa, porque sabía que esa información, le iba a interesar a su mejor amigo
-¿Y tú Arnold? – habló Phoebe – a pesar que hemos estado viviendo en la misma ciudad, hace mucho que no salíamos...¿cómo has estado?
-Pues la verdad, muy bien y con mucho trabajo
-Eso es cierto, Arnold ha estado tan ocupado, que los chicos lo han estado extrañando, en la reuniones de los sábados – hablaba el moreno, haciendo referencia, a las reuniones semanales que tenía con los de la pandilla – espero que hoy si puedas estar viejo...tendremos una partida de naipes
-Sí, hoy si iré...gracias – sonrió
Los jóvenes volvieron al incómodo silencio inicial. En la parte trasera, los rubios intercambiaban miradas fugaces, pero cada vez que se daban cuenta de que habían sido descubiertos, rápidamente apartaban la vista.
Gerald decidió poner algo de música para poder relajar el momento, después de unos minutos dijo:
-¡Llegamos!
Helga vio que habían llegado a un restaurante de estilo francés
-"Este es...¿Chez Paris?" – pensó, queriendo matar a su mejor amiga
-Entremos – dijo Phoebe, observando que Helga no tenía una buena impresión
Los cuatro jóvenes se dirigieron a la entrada y uno de los hostess los recibió y les dijo:
-Buenas tardes señores...¿tienen reservación?
-Si claro, llamé en la mañana para hacer una reservación – respondió Gerald
-¿A nombre de quién está la reservación? – preguntó el empleado del lugar
- A nombre de Gerald Johanssen – dijo la oriental
-Ok, yo les llevaré a su mesa...acompáñenme por favor
Los jóvenes se dirigieron al lugar donde almorzarían, pero al llegar, dos de ellos se quedaron confundidos.
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Vuélveme a querer
أدب الهواة¡Atención!...El teatro municipal se está cayendo a pedazos, se necesita con urgencia a los mejores profesionales nacionales e internacionales, para que puedan reconstruirlo - es el anuncio que dio la alcaldesa esta mañana. Debido a eso una rubia ing...