7*Nudo*

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Las manos le dolían, pasar del agua caliente a la fría estaba pasándole la cuenta, dejándolas más delicadas y eso que trabaja con guantes gruesos, pero de igual forma dolía.

-Como vas?-

-Bien, ya casi están listos, solo falta meterlos en la secadora y están-

-Genial, al fin me traen a alguien que haga el trabajo- sonrió, ya que se sintió lindo que alguien apreciara lo poco que él sentía hacía.

-Que bueno que mi trabajo le agrade-

-Primero, deja de tratarme de usted, tenemos la misma edad-Jimin lo miro- bueno soy mayor dos años, pero son solo dos años tampoco es tanto-

-Me cuesta ser confianzudo con las personas, no es personal-

-Eso lo entiendo, pero desde hoy llámame por mi apodo, ok, solo Ruki, nada de señor y esas cosas raras, Ruki a secas-

-Está bien- respiro profundo- Ruki-

-Tan lindo, te juro que me encantas- se acercó y dejo un abrazo en el menor que solo se dejó hacer, el chico aquel era gentil además de ser también Omega.

-Lamento interrumpir...-oyeron la voz de Jin a sus espaldas y los dos dieron un brinco.

-Señor Kim-

-Jimin ven conmigo por favor- lo miro asustado- no es nada malo, solo necesito que me acompañes-

-Ok- quitó su delantal de goma y se acomodó mejor su ropa.

-Oye relájate o apestaras todo el lugar- había disparado su aroma al sentirse nervioso- toma- le entregó un parche- esto ocultará un poco tu aroma, porque en serio que apestas, no mal, pero apestas-

-Gracias- se lo pegó en el dorso de su mano y trato de calmarse, esperando no fuera algún reclamo por su trabajo o peor por su hijo.

Salió al sector del restaurante y sus nervios se dispararon más, aquel lugar era en verdad elegante, gente con mucho dinero teniendo incluso reuniones importantes, con muchas mesas llenas de gente.

-Sígueme-

-Señor Kim, hice algo mal o...-

-No nada de eso- subieron al segundo piso y paso por las puertas que daban a las oficinas administrativas, a medida que se acercaba, algo llamó su atención, un aroma, más bien dos aromas- solo quiero presentarte con los dueños, es protocolo-

En cuanto abrió la puerta, aquel aroma inundó los sentidos del menor que apretó sus ropas, para no saltar sobre los dos alfas que estaban dentro, pidiendo un poco de atención, porque de tener control su lobo perfectamente lo habría hecho.

Es que eran incluso más intimidantes y apuestos de lo que su mente los recordaba, dos gotas de agua.

-Buenas tardes, aquí está el nuevo empleado, jóvenes Min- sonrieron, claro que lo hicieron, lo buscaron por días y el pequeño estaba bajo sus narices, maldito destino.

Entro y bajo la mirada, odiaba ser así de sumiso, pero el golpeteo en su corazón y más aún, la alegría de su lobo, no dejaban de confundirle, en especial ese susurro que se repetía en su cabeza, "Nuestros Alfas"

Su lobo estaba reclamando a los dos hombres frente a él.

-Cómo te llamas?-dio un salto al oír la voz tan ronca de Suga, gesto que al mayor le encantó, el menor no era inmune a ellos.

-Pa...- se mordió la lengua- Warut Jimin, señor- Yoongi miro a Suga y este le regreso la mirada, es que sin duda su destinado se escondía de alguien.

-Apellido curioso, para un coreano-hablo Yoongi recibiendo también un respingo por parte del menor, que no sabía qué hacer con su vida en estos momentos, estaba nervioso, tanto que ni el parche podía ocultar el dulce aroma que, terminó por derretir a los Min, sus lobos solo querían reclamar lo que sentían suyo, al lindo omega frente a ellos.

-Es el apellido de mi padre, señor-

-Tu padre era Tailandés?- Jin no tardó mucho en sentir que solo sobraba en aquel lugar, los aromas de los mayores, mezclados con el de Jimin, lo tenían mareado, estaban de alguna forma llamándose.

-Así es- mordió su labio, causando el primer gruñido interno en Yoongi, sus manos picaban, pero tenía que controlarse, su primer encuentro tenía que salir bien.

-Tiene un pequeño cachorro, muy lindo, por cierto- dijo Jin así como por si a los hermanos les interesaba ese detalle, pero claro, la reacción que vio no fue la que espero, esa sonrisa triunfante es que se dio cuenta de que los mayores habían puesto sus ojos en el menor, ni así tuviera tres brazos cambiarán su sentir por él, fue testigo del amor por destino, y tuvo que reconocer, que eso fue hermoso.

-Cuántos años tiene?- Sin poder contenerse mucho más, Suga salió de detrás del escritorio seguido de su hermano, caminando lento hasta que quedar a solo dos pasos del menor, que se negaba por todos los medios a mirarlos a la cara, apretaba sus manos y mojaba su labio inferior de forma insistente ajeno a lo que aquello provocaba.

-Pronto cumplirá los siete años, se llama Agust- Suga sonrió, pronto Jin sintió que su presencia no era necesaria en aquel lugar.

-Bueno, con permiso, los dejo-

-Señor Kim, pero...-

-Tranquilo Jimin ya te dije esto es protocolo, el joven Min, bueno los dos solo quieren saber de ti- sonrió.

-Es que...-y luego de una reverencia y claro de ignorar por completo la petición del menor, salió dejándolo con los nervios a full.

Es que no entendía la reacción de su lobo, ese que pedía salir.

-¿Nos tienes miedo?- rugió Yoongi, su lobo de a poco tomaba el control, quería abrazarlo y besarlo de ser posible, marcar ese lindo cuello, y que ese omega oliera a él, el resto de su vida, deseo que compartía con quien pasaba saliva y movía los dedos, a su lado, Suga también estaba luchando contra su lobo.

-Un poco, es que yo no...- vio aquellos finos zapatos, pararse frente a él y su cuerpo tembló, su lobo quería salir, y lucirse frente a esos alfas, quería ser marcado por ellos.

-No tienes por qué- hablo suave Yoongi, logrando tomar el control nuevamente- como dijo Jin esto es protocolo, tenemos que saber qué gente es la que trabaja con nosotros- era hermoso, ojos pequeño igual que su nariz, sus labios, por otra parte, eran gruesos, con ese lindo tono rosa natural, que invitaba a perderse en ellos, un poco más pequeño en comparación, igual que fino, cuerpo de omega- tu pequeño viene a la guardería?- asintió.

-Si, no tengo quien lo cuide, ya que mi hermano también trabaja aquí-

-Hermano?- lento se dio el valor de levantar la vista, dos pares de ojos negros que parecían atravesar su alma, por un segundo sus pies parecieron querer moverse, pero los freno.

Yoongi quería tocarlo, acariciar esa suave y aún algo marcada mejilla, mientras Suga, quería todo de ese omega, hacerlo parte de su vida, de sus vidas.

-Si él es mesero se llama Prem- y el recuerdo, llego rápido a la mente de los hermanos, ese era el joven que paseaba con su cachorro, porque sí, Agust ya era suyo.

-Ya veo, por cierto me llamó Suga, Min Suga- estirando su mano, a lo que Jimin por educación y también porque quería, la tomó, notando lo grande y cálida que era.

-Min Yoongi- también estiró su mano, siendo tomada por la libre del menor.

Y los tres lo sintieron, la sincronía y ese sutil cosquilleo en su pecho, el aullar a coro de sus lobos, la mezcla perfecta de sus aromas, todo, ellos eran el uno para el otro.

Cuando sus miradas cruzaron, fue que también se cruzaron sus vidas, el nudo estaba hecho, ahora era trabajo de ellos hacerlo fuerte, tanto que nadie ni nada pudiera deshacerlo.

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.Mi Acróstico.⛭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora