- 𝟎𝟓. Olor

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— ¡No es justo, Ari! Están buscando un Alfa para
Auron...

— ¿Y qué piensas que van a estar buscando, estúpida? ¿Una tortuga para que se aparee?.

— ¡No, Ari! Pero me- ¡Auch!.

— No me pegues, sabes que te la devolveré.

¿Tengo que mandarlas a la mierda todos los días de esta puta máquina?.

De nuevo ambas chicas lo miraron, Sara con un poco de miedo y Ari con fastidio. Sin decir nada se fueron, dejando que Reborn sacara su lata de refresco para ir hacia la biblioteca.

— Buenos días, Reborn. — Dijo el bibliotecario.

Reborn se acercó al escritorio para ver el nombre en la placa por primera vez en todo lo que llevaba en esa universidad.

— Manuel Fernández. — Dijo, más lento de normal, haciendo que el chico lo mirara con el ceño algo fruncido.

— Reborn. — Dijo la misma forma que el castaño había hecho con su nombre.

— Un gusto. — Reborn sonrió irónico, mientras extendía la mano hacia el bibliotecario, pero la corrió rápidamente en cuanto él fue a tomarla.

Reborn rió, divertido, pero el Alfa gruñó, acomodándose los anteojos con una expresión molesta en el rostro.

El castaño dio media vuelta para dirigirse hacia su sillón, dispuesto a dormir un poco, pero la voz de Manuel lo hizo frenar.

— Veo que estás de buen humor hoy, Reborn. — Dijo. — ¿Ese olor que llevas encima tiene algo que ver?.

Confundido, Reborn se giró para caminar de regreso hacia donde el chico estaba sentado.

— ¿De qué olor hablas?.

Manuel lo miró como si estuviera bromeando, pero por la expresión en el rostro del castaño se dio cuenta que no era así.

— Hueles como a caramelo. — Dijo. — Es algo leve, pero puedo sentirlo igual, no sé... ¿Tuviste una noche interesante?. — Preguntó con una sonrisa.

Reborn no dijo nada por unos segundos, cayendo en cuenta que había dormido abrazando a Auron y que el olor del Omega se había quedado consigo.

Pensó que quizás, si tuviera su olor propio no se notaría tanto.

— Corrígeme si me equivoco. — Dijo Manuel al ver que Reborn no iba a hablar. — ¿Una Omega interesante en la noche?.

Reborn comenzó a sentir el nerviosismo en su interior, y un calor lo abrumó.

— ¿Tengo razón?. — Preguntó Manuel, alzando una ceja y sonriendo de forma victoriosa.

Reborn reaccionó de golpe, encogiéndose de hombros.

— ¿Y qué si fue así?. — Dijo en todo defensivo, lo que hizo reír a la bibliotecaria. — Tú tampoco hueles mucho como tú. — Dijo, inclinándose hacia él de forma desafiante.

El chico rió.

— Porque no es un secreto que tengo a mi Omega, Reborn. — Dijo. — En cambio, no me esperaba eso de ti.

— ¿Eso?.

— Una Omega, o un Omega... No lo sé. — Sonrió.

Reborn tomó un sorbo de refresco, su nerviosismo había pasado.

— Lo que haga durante la noche no te incumbe. — Dijo de forma fría y para sorpresa del Alfa. — A menos que quieras ser parte de ella. — Añadió, con una sonrisa y un guiño.

𝐃𝐄𝐋𝐓𝐀  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora