- 𝟐𝟔. Bella durmiente

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Caminando torpemente por el pasillo, arrastró los pies hasta que llegó al comedor.

— La bella durmiente despertó. — Escuchó.

Miró con algo de odio al pelinegro que pasó junto a él.

Era algo alto, atractivo y muy parecido a 8cho en cuanto a actitud, para su gusto.

Un gruñido bajo hizo que el chico se encogiera un poco.

En menos de un segundo, sintió unos brazos rodearlo en un abrazo, apretándolo lo suficiente como para hacer aparecer una mueca en su rostro.

Enfocó su vista en el cabello castaño de quien lo abrazaba, muy parecido al suyo.

— Luzu, vas a romperme. — Murmuró, con poco aire por la fuerza del abrazo.

Su hermano lo soltó al instante, alejándose un poco, pero aún sosteniéndolo por los brazos, mientras murmuraba un "lo siento" varias veces.

Reborn inhaló el olor familiar del castaño, arrugando un poco la nariz. Nunca había sido su aroma favorito, y era más fuerte de lo que recordaba.

Asintió sonriendo, para que Luzu dejara de pedir disculpas.

— ¿Qué te ha pasado?. — Dijo el de traje, mirando lo pálido y delgado que se encontraba Reborn.

— ¿Quién habla? Me copiaste el color de pelo... Me gustaba más tu cabeza de zanahoria. — Respondió.

Luzu rió, volviéndolo a abrazar.

Reborn hizo un esfuerzo para devolverle el gesto. El sueño se había despejado y su cuerpo volvía a doler, así que el solo mover sus brazos le dolía.

Al separarse, Luzu frotó sus ojos, despejando una lágrima. Cosa que de alguna manera, provocó dolor en Reborn.

— Tienes que tomar algo. — Le dijo Luzu, un poco más tranquilo. — ¿Puedes caminar? ¿Te ayudo?.

Reborn negó.

Por más que le hubiera servido la ayuda de su hermano, quería hacerlo solo, por orgullo.

Al llegar a la mesa, se sorprendió cuando 8cho acomodó una silla para que se sentara.

— ¿Quieres un té?. — Preguntó el pelinegro. —Normal, saborizado, con miel... ¿O prefieres un Colacao?.

Reborn lo pensó un momento.

— Creo que quiero algo que me haga más dulce... Un Colacao. — Dijo. — Por favor.

8cho asintió, caminando hasta la cocina para preparar lo que le había pedido.

Al voltear, se encontró con la mirada de Luzu sobre él.

— ¿Sabes cuánto te extrañamos?.

"Mierda". Pensó.

Reborn frunció sus labios en una mueca, sabiendo que el otro iba a empezar la conversación que no quería tener. No sabía si había creído que durarían más tiempo sin hablar del tema o qué, pero no se sentía listo.

— N-No puedo-

— Ya lo sé, Reborn. — Lo interrumpió. — Dios ¿Creías que no lo sabía? Nuestra familia es de las más importantes en Italia... ¿Crees que no contratamos detectives privados? ¿O que no mandamos a unos cuantos a golpear porque no querían hablar?.

Reborn quiso desaparecer.

Cerró con fuerza los ojos, frotando su rostro.

— ¿Por qué no nos dijiste? ¿Por qué te fuiste sin más?.

𝐃𝐄𝐋𝐓𝐀  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora