- 𝟐𝟖. Melancolía

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Luzu regresó a la casa de Iván Buhajeruk.

El pelinegro lo había llamado para que fuera, y esperaba que fuera importante.

Tuvo que dejar a su hermano para lo que sea que el chico quería.

— El joven Buhajeruk salió un momento. — Le dijo el mayordomo cuando entró a la casa.

Luzu rodó los ojos con fastidio.

Ahora aquel niño lo hacía esperar.

— ¿Desea esperarlo en la sala?. — Ofreció el hombre.

— Si no tengo otra opción... — Masculló.

Caminó hasta la sala de estar, con intención de sentarse en el que se había convertido en su sillón favorito.

Individual pero amplio, y con una agradable vista al patio trasero.

Pero alzó las cejas cuando notó una cabellera castaña sobre el respaldo.

Alzó las cejas, ofendido.

Rodeó el sillón para ver el rostro de un chico joven y de rasgos muy atractivos, quien alzó su mirada de su celular hacia el rostro de Luzu.

El Beta hizo una mueca con los labios al sentir el olor de aquel hombre.

— ¿Pasa algo?. — Preguntó el castaño, en tono normal, casi desafiante.

Luzu chasqueó su lengua, más que ofendido.

— ¿Cómo te llamas, niño?.

— Soy Juan Guarnizo. — Respondió con desinterés. — ¿Debería conocerte?.

— En realidad no. — Dijo. — Pero ya que estamos. — Se llevó una mano al pecho. — Borja Luzuriaga.

— Oh, sí. El que dio el discurso motivador con Iván hace unos días.

— El mismo.

Juan asintió una vez, y volvió a mirar su celular.

Luzu permaneció de pie unos segundos, al notar que el otro no tenía intención de levantarse.

Suspiró, sentándose en el sillón más amplio para acomodar los pies sobre el mismo.

Entre el pelinegro que lo había llamado para luego irse, y aquel chico en su lugar favorito, habían logrado ponerlo de mal humor.

Pasaron más de diez minutos hasta que Iván llegó, pero apenas un minuto antes de que el auto entrara a la propiedad, el chico castaño se levantó y salió de la sala, ganándose una mirada extraña por parte de Luzu.

Cuando el pelinegro apareció en el umbral, notó el humor del Alfa por haberlo hecho esperar, y tragó duro.

— ¿Qué querías?.

Iván se apresuró a sentarse cerca de él, recordándole lo que le había dicho de comentar el estado del Omega y el de su hermano, con lo que Luzu pareció relajarse un poco.

Ambos coincidían con la fiebre, el cuerpo frío, dolor muscular, y un estado somnoliento, letárgico, constante.

Y el fuerte olor a tristeza, que hacía sentir bastante mal a los demás.

Aunque parecía que Auron estaba más afectado, porque no tenía apetito, y pasaba todo el día en cama, caminando poco y con dificultad.

A diferencia de Reborn, que parecía más activo.

Luzu hizo una mueca al escuchar que el Omega estaba tan mal, y por un momento se sintió agradecido por el estado de Reborn.

Iván le comentó que un médico estaba revisando al Omega, con lo que Luzu finalizó con que había dejado a Reborn a cargo de unos raritos.

𝐃𝐄𝐋𝐓𝐀  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora