𝐃𝐄𝐋𝐓𝐀 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘

- 𝟑𝟓. Real

Para cuando la pareja despertó, era mediodía, y el olor a comida llegaba hasta la cama que compartian.

La abuela había cocinado suficiente para un ejército, aunque solo serían tres los que debían terminar toda la comida.

Luzu no llegó hasta que ya habían casi terminado el primer plato, cargando una bolsa de plástico.

Soltó un suspiro de cansancio, dejando su abrigo sobre el sillón antes de acercarse a la mesa.

— ¿Dónde estabas?. — Preguntó Reborn, cuando el castaño se acercó hacia la cocina-comedor, para ver las ollas de comida.

— Tu amigo me debía un celular. — Respondió, sonriendo cuando la abuela le pasó un plato con una generosa cantidad de arroz frito con kimchi.

Reborn rodó los ojos cuando entendió que su "amigo" era Buhajeruk.

— Pero me tardé más en buscar uno para ti. — Dijo Luzu, comenzando a comer.

— ¿Me compraste un celular?.

El castaño asintió, saboreando la comida con gusto.

— Pero no se pueden tener los celulares en la mesa. Come y después te lo muestro. — Su hermano sonrió con burla.

Reborn frunció el ceño.

— No me des órdenes como si fueras el mayor.

— No empiecen con sus peleas de hermanos por los años que no se vieron ahora. — Interrumpió Auron.

— Hazle caso a tu señora. — Dijo el castaño con una risita, ganándose una mirada fulminante por parte de Reborn y Auron.

— El que come en silencio, come dos veces. — Dijo la abuela.

Los demás entendieron la indirecta y se callaron, terminando su comida.

Se irían ese mismo día a Italia, y por más que le ofrecieron repetidas veces a la señora de ir con ellos, ella se negó.

Se despidió con el mismo cariño con el que los había recibido, y agitó su mano en el aire hasta que el auto no pudo verse más entre los árboles.

Diferente a la noche anterior, la entrada al terreno de los Álvarez estaba cubierta de reporteros, paparazzis y gente curiosa, obligándole a Luzu a bajar la velocidad para pasar entre ellos.

Aunque se aguantaba las ganas de pisar el acelerador, con cada golpe que recibían sus vidrios polarizados.

Con la pareja sentada en los asientos traseros, Auron permaneció con una mueca molesta en el rostro, y Reborn sintió lo que casi parecía odio a la muchedumbre.

El viaje hacia Italia fue tan tranquilo que la pareja terminó durmiéndose, con Auron apoyando su cabeza sobre el hombro de Reborn, y este acomodando la propia sobre la de su Omega.

Luzu los miró con una sonrisa tierna todo el camino, y al llegar a su destino, no pudo evitar tomar una foto antes de despertarlos.

Al ver el auto frente a la casa, varias personas lo reconocieron, aunque no todas sabían lo que significaba.

— Reborn, ya estamos en casa. — Murmuró, moviendo su brazo hasta que el Alfa despertó, al mismo tiempo que Auron.

Reborn miró por la ventana al exterior.

Una sonrisa cansada se plantó en sus labios, destrabando la puerta.

Escuchó aplausos, y quiso reír y llorar al mismo tiempo.

Su padre se acercó a él, con paso apresurado, abrazándolo con fuerza.

Reborn sintió el agradable y a la vez fuerte aroma a bosque y tabaco de su padre, apenas entendiendo las palabras bonitas que le dedicó.