- 𝟐𝟐. Alfa

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"Auron, Auron, Auron".

En su sueño, Reborn parecía estar dentro de un edificio abandonado de infinitas habitaciones y pasillos.

Las luces no andaban aunque de alguna manera podía ver plantas, basura y algunos animalitos. 

Eran su única compañía en aquel lugar, pero no le ayudaban.

Dentro de su cabeza, se repetía una y otra vez el nombre de su Omega.

En aquel lugar, sentía la presencia de Auron.

Estaba en cada habitación. Llamándolo, aullando dentro de sí para que lo encontrara, llorando en su soledad.

Pero cada vez que abría una puerta, la habitación estaba vacía.

Y así, pasaba a otra habitación, y volvía a correr para intentar encontrarlo.

Repitiendo ese ciclo toda la noche, hasta despertarse, con el nombre del Omega repitiéndose en sus labios y lágrimas en los ojos.

Reborn negó para despejar su mente.

Se frotó el rostro para borrar sus lágrimas y se levantó viendo el reloj en la pared, preparándose sin ganas para ir al trabajo.

Se sentia peor que ayer.

El dolor de cabeza aún era leve, pero sabía que en cuanto se le despeje el sueño sería peor. Tomó los medicamentos que él mismo se había recetado para al menos intentar evitarlos.

Sentía su cuerpo débil, casi adolorido.

Su nariz y oídos tapados le hicieron creer que todos esos síntomas eran de una gripe, pero en su interior sabía que no era así.

Su lobo lloraba y aullaba, desconsolado, en su interior.

Extrañaba a su Omega, lo necesitaba.

Reborn estaba un poco confundido, pero su cabeza no lo dejaba pensar demasiado.

Él y Auron no compartían un lazo.

Entonces... ¿Por qué se sentía así?.

¿Sería por ser predestinados?.

Los predestinados son amantes de vidas pasadas, que compartieron un lazo tanto en forma humana como lobuna. Son sus lobos los que recuerdan al otro, los que se siguen amando, y los que tienen ese lazo desde hace vidas atrás.

Es un lazo un poco "débil", algo incompleto. Para que sea del todo fuerte, el Alfa tiene que marcar al Omega, físicamente, para que estén totalmente conectados.

A Reborn no le parecía tan débil.

Él sabía lo que era tener un lazo con alguien.

Cuando lo habían marcado, y había huido, estuvo conectado al otro Alfa.

Se sentía agobiado por las emociones de otra persona en él, junto a la extraña sensación de querer regresar a Italia (cosa que no tenía nada que ver con extrañar su casa, o su familia).

No lo había disfrutado ni un poco, pero solo fueron cuestión de semanas para que el lazo se rompiera.

Supuso que ese Alfa había marcado a otra persona e intentó olvidarlo.

Ese lazo emocional, propio de su lobo, que tenía con Auron, era tan o más fuerte que el que había tenido antes.

Su lobo sentía que había perdido a su Omega, y por más que Reborn le dijera que Auron estaba bien, en algún lado, su lobo parecía no creerle.

Intentando llenarse con un poco de vida, bebió dos tazas de café antes de salir hacia su trabajo, donde también tomó sin permiso una lata de bebida energética, como la del día anterior.

𝐃𝐄𝐋𝐓𝐀  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora